Indra, la campeona del Gobierno, prepara su asalto a Hispasat con Telefónica de comparsa
Este pasado lunes, la compañía de defensa, aeroespacial y de tecnología presentó resultados del primer trimestre de 2024
Marc Murtra, José María Álvarez Pallete, Joseph Oughourlian y Pedro Duque
Estábamos todos tan ocupados con la OPA del BBVA al Sabadell que parecía no haber otra cosa en la economía. Y sí, están pasando cosas. Las empresas se mueven, y mucho en esta etapa. Y no solo porque estén baratas sino porque la intervención del Gobierno está tan crecido en los mercados que es capaz de decir si una OPA va a prosperar o no, o dónde seguir invirtiendo dinero público -ese que es de todos nosotros- para sacar réditos políticos y de futuro. Pues bien, uno de los movimientos más interesantes sigue estando en el entorno de Indra.
Este pasado lunes, la compañía de defensa, aeroespacial y de tecnología presentó resultados del primer trimestre de 2024. La subida acumulada, superior al 40 %, la convierte en una de las firmas más alcistas del Ibex 35 en lo que va de año. También se han incrementado sus ventas un 22 %. Pero la cosa no queda ahí: los analistas prevén que este crecimiento tenga más recorrido, sobre todo gracias a sus negocios en Defensa.
Recordarán que, el pasado mes de marzo, ya les adelanté algunos movimientos en esta empresa. El Gobierno seguía aumentando su presencia en el conglomerado presidido por Marc Murtra. Exactamente igual que el resto de sus accionistas. Mechanical & Engineering, la empresa de Ángel y Javier Escribano había llegado hasta el 8 %, por delante del tercer accionista, la vasca Sapa Placencia (con el 7,94 %); y Prisa, cuyo presidente, Joseph Oughourlian, que también preside el fondo estadounidense Amber Capital -que no se entere Yolanda Díaz-, posee el 7,24 % del accionariado.
La propia Indra ha reconocido que pretende crear una filial espacial entre 2024 y 2026
También adelantaba que la propia Indra había reconocido que pretendía crear una filial espacial entre 2024 y 2026. Una nueva división que suponía cambiar su estructura empresarial, pasando a tener departamentos de Defensa, Gestión del Tráfico Aéreo (ATM), Espacio, Minsait (en la que se incluirá Movilidad) y el área de «nuevos negocios industriales». Y que si pensaban en la venta de Minsait era únicamente para poder hacer caja y comprar Hispasat.
Hispasat es el principal accionista de Hisdesat, el operador de satélites, en el que el Gobierno posee un 43 %. El resto del accionariado se divide en un 30 % que controla la sociedad pública perteneciente al Ministerio de Defensa ISDEFE (Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España); un 15 % de Airbus Defence & Space; un 7 % de Indra y un 5 % de Sener. Es decir, todo un entramado de empresas públicas, semipúblicas y privadas.
Pues bien, en los últimos días, el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, ya ha reconocido públicamente el interés de su empresa en adquirir el gestor de satélites propiedad de Redeia dentro de su plan multimillonario de inversiones hasta 2026. Y aunque admite que tienen «otras opciones», esta vez no creo que el Gobierno se plante como contra la OPA del BBVA.
Varios gobiernos europeos aumentando su gasto en Defensa para cumplir con los planes de la OTAN
¿Y todo esto para qué? Pues para convertirse «en la multinacional española de referencia de defensa aeroespacial y de tecnologías industriales», según dijo su presidente Marc Murtra. Ya saben que hay varios gobiernos europeos aumentando su gasto en Defensa para cumplir con los planes de la OTAN y quieren aprovechar esa coyuntura, y también los nuevos desembolsos de la guerra de Ucrania. Además, y dada la buena marcha de Indra, tampoco necesitan ya vender su filial de tecnología civil, Minsait y sólo contemplan una desinversión de algo más del 50 %. Con esta venta parcial se cumpliría con los deseos de liquidez de Amber Capital (Jospeph Ourghoulian), para así paliar la mala marcha de sus negocios periodísticos: Prisa y compañeros.
Indra, nunca mejor dicho, pasaría a ser el brazo armado de este Gobierno. La empresa ya no culta que, con esta operación, doblaría sus ingresos de cara a 2030. De los 4.343 millones de euros de 2023, pasaría a más de 10.000 millones de facturación. Y es que da gusto cuando el que hace negocio con sus empresas amigas es también el Estado. Eso sí, siempre como decía con nuestro dinero. Ya somos el octavo exportador mundial de armas según el último informe del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), que además señala que los cinco principales vendedores europeos de armamento, entre los que se encuentra España, son responsables de una cuarta parte de las exportaciones mundiales entre 2018 y 2022. Y luego algunos dicen que somos tan pacifistas.
Si se fusionan dos bancos la cosa perjudica a la competencia, pero si son varias tecnológicas, eso no hace daño a nadie
Y ¿Quién faltaría en este entramado tecnológico? Pues evidentemente Telefónica. No solo completaría del despliegue de satélites y tecnología punta, sino que permitiría abrir las ventas a los mercados árabes, los socios inconfesos de José María Álvarez-Pallete, tan amigo –como casi todos los de Indra– de Pedro Sánchez y al que tanto tiene que agradecer el presidente de Telefónica. Ya saben, si se fusionan dos bancos la cosa perjudica a la competencia, pero si son varias tecnológicas, eso no hace daño a nadie, aunque los despidos –los de Telefónica ya están en ello– se multipliquen.
Queda por saber en toda esta operación quien va a mandar; quien será el que dirija todo este magma de empresas. La respuesta es sencilla: el que sea más amigo del Presi. Por eso, y aunque sean muchas las sospechas sobre algunas personas, nadie se atreve a negarle un consejero en Telefónica. ¡Y los que vendrán después!
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