¿Qué asir sino lo que escapa,
ver sino lo que oscurece y
desear sino lo que muere,
lo que habla y se desgarra?
Yves Bonnefoy, Del movimiento y de la inmovilidad de Douve (versión de GL)

¿Vale la pena ponerse nervioso por algo que es divertido? Me envolví en la cabeza el mensaje de que no iba a ponerme nerviosa nunca más, nunca más… pero nunca, nunca más. Era algo que no podía seguir soportando. Y me funcionó cuando me metí en el asunto de los Pixies, porque el mánager se pasaba la vida intentando ponerme nerviosa, diciéndome cosas odiosas como «Estarán viéndote millones de personas, de modo que más te vale estar perfecta». Así que yo podía responderle: «Genial, así no me pondré nerviosa». O cosas así.
Kim Shattuck (trad. de GL)

Entre septiembre y noviembre de 2013, los Pixies dieron treinta y nueve conciertos a ambos lados del Atlántico, dos de ellos en la sala Riviera de Madrid. En julio del mismo año, la banda había lanzado una canción («Bagboy») tras mantenerse alejada de los estudios de grabación durante casi una década [1]. Kim Deal ya no era, oficialmente, la bajista del grupo (ni ella misma sabe desde cuándo no lo era de hecho). En su lugar, fue Simon Archer, un antiguo bajista de The Fall, quien se hizo cargo del instrumento en el estudio. Sin embargo, para las actuaciones en directo, la banda tenía reservada una sorpresa: ni más ni menos que la maravillosa Kim Shattuck.

Kim Shattuck fue la cuarta bajista del legendario grupo femenino de rock garajero The Pandoras, al que se incorporó a tiempo de grabar su segundo LP (Stop pretending, 1986) y en el que permaneció hasta 1990, tras grabar un EP (Hard rock, 1989) y un registro en directo de la gira subsiguiente (Live nymphomania, 1989). The Pandoras fue un grupo tan excitante como inestable. No soy lo suficientemente fan como para escoger mi formación favorita de la banda desde su creación en 1982 hasta la muerte a causa de un aneurisma de su fundadora, Paula Pierce, en 1991. Estoy casi seguro, sin embargo, de que los nombres de Kim Shattuck, como bajista, y de Melanie Vammen, como teclista, entrarían en la mayor parte de las alineaciones de sus incondicionales seguidores.

Tras abandonar juntas The Pandoras, Shattuck y Vammen formaron The Muffs, la primera como cantante y guitarrista y la segunda como guitarra rítmica. Junto a Ronnie Barnett, bajo, y Chris Crass, batería, grabaron el epónimo primer LP de la banda en 1993. Una gozada. Sin Vammen ni Crass, pero con la incorporación del ex Red Kross Roy McDonald, quedó establecida la formación definitiva de The Muffs hasta el año 2019. Debemos al trío seis LP más, desde el maravilloso Blonder and Blonder (1995) –¡atención!, que alguien haga chistes con las cosas de Dylan es cosa seria– hasta el estremecedor No holiday (2019), que Shattuck ya grabó herida de muerte.

Dice Sigmund Freud en Tótem y tabú que el animismo, la idea de que los cuerpos están habitados por un alma que no es propiamente parte de aquel, se fundamenta en estados naturales como el sueño, en que el alma parece manifestarse en ausencia de actividad corporal acompañante [2]. Podríamos sumar a su argumento aquellas condiciones patológicas que incapacitan al cuerpo para casi cualquier actividad motriz, preservando cruelmente la vida consciente del individuo. Una de estas condiciones es la temible esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que devasta progresivamente las neuronas que controlan los movimientos voluntarios del cuerpo. La perversidad de estos casos es que, lejos de apoyar la idea de un alma soberana, capaz de una vida independiente a la del cuerpo, demuestran la dependencia de aquella respecto a este, que se convierte en prisión y carcelero de lo que resulta estar lejos de esa forma de vida ajena al dolor y absolutamente libre que se supone que sea la del alma.

Kim Shattuck nunca declaró públicamente que padecía ELA, aunque sí explicó, con motivo de un concierto benéfico con su grupo paralelo The Collies para recaudar fondos destinados a la investigación de la enfermedad, que se trataba de un mal devastador en su línea familiar paterna. Ella recibió el diagnóstico en 2017, inmediatamente después de terminar la primera gira de The Muffs en Argentina y Uruguay. El grupo regresaba tan entusiasmado de aquellos conciertos que había decidido, sin concederse unas vacaciones, acelerar el proceso de composición final y grabación del disco que ya tenían en marcha. Si no fuese por los antecedentes familiares, nadie habría dado importancia a un dolor de muñeca, especialmente en el caso de una bajista. Sin embargo, Kim había visto consumirse a su propio padre por los efectos endiablados de la enfermedad y sospechó. En muy poco tiempo, empezó a perder el habla y la coordinación de sus movimientos. No la voluntad de dejar una última muestra de su genio, para lo cual aceleró todo el proceso de grabación y se hizo rodear por muchos de los músicos, Melanie Vammen entre ellos, junto a los que había construido una de las carreras musicales más contagiantemente alegres de la historia de la música minúscula y esquimal.

Kim Shattuck falleció el 2 de octubre de 2019. Tenía 56 años. El maravilloso No holiday fue lanzado exactamente quince días después [3].

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Shattuck fue despedida como bajista de los Pixies, antes de que el grupo comenzase la grabación de Indie Cindie (2014), por una razón tan sorprendente como incontestable: exceso de entusiasmo. Recibió una primera señal tras el quinto concierto de la gira, en el Mayan Theater de Los Angeles, CA, el 12 de septiembre de 2013. Ella misma contó que se entusiasmó tanto durante la actuación que se arrojó al público. Al resto del grupo no pareció gustarle mucho. Al acabar el concierto, el mánager le pidió que no volviera a hacerlo:

  • ¿Cuestión de seguridad? –respondió ella.
  • No, porque los Pixies no hacen cosas así [4].

Black Francis/Frank Black (o como correspondiera llamarlo el día en cuestión) refrendó la historia explicando el despido con estas palabras: «Ella es muy Costa Oeste, muy extravertida; nosotros somos muy Costa Este, muy introvertidos» [5]. O sea, una cuestión de determinismo geográfico capaz pillar descolocada a cualquier legislación laboral. Díganme si no es admirable. Es como si a Chiquito de la Calzada lo hubiesen despedido del tablao en que trabajaba en Tokio por ser demasiao saleroso y, encima, andaluz [6] [7].

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[1] Los Pixies habían grabado en 2004 «Bam Thwok», una canción de Kim Deal que no llegó a lanzarse en formato físico, aunque resultó un éxito en las listas de descargas digitales. Fue un encargo para la película de animación Shrek 2, aunque acabó por no formar parte de la BSO.

[2] Sigmund Freud. 1967. «Animismo, magia y omnipotencia de las ideas», en Tótem y tabú. Alianza, págs. 103-132 (el original es de 1913 y la traducción de Luis López-Ballesteros y de Torres).

[3] Para más detalles, vid. el comunicado de Roy McDonald en la web del sello Omnivore Records: https://omnivorerecordings.com/r-i-p-kim-shattuck/.

[4] «Bassist Kim Shattuck opens up about being fired by the Pixies». The Guardian, 12.12.13.

[5] Randall Roberts. «Singer fronted The Muffs, at vanguard of L.A. pop-punk». Los Angeles Times, 05.09.19. Consultado: 09.08.22.

[6] David López Canales. Un tablao en otro mundo. La asombrosa historia de cómo el flamenco conquistó Japón, Alianza, 2021.

[7] Este texto está especialmente dedicado a mi amigo Robin Webb (aka Summerisle), quien tuvo el buen gusto de programar una canción del segundo álbum The Muffs en la última aparición de los enigmáticos Summerisle vs. perropampa™, este año en que se cumplen cinco de la muerte de Kim y en que Robin ha tenido que despedirse definitivamente de uno de sus seres más queridos.

Guillermo Lorenzo
Dpto. Filología Española, Área de Lingüística General. Universidad de Oviedo