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Stan Lee y su legado: el Método Marvel y todos los aportes argumentales que dejó al mundo del cómic

Publicado 30 Nov 2018 – 05:13 PM EST | Actualizado 30 Nov 2018 – 05:13 PM EST
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Stanley Martin Lieber, más conocido como Stan Lee o Stan «The Man», falleció el 12 de noviembre de 2018, para pasar a formar parte del panteón de los maestros del mundo de los cómics. Pero a pesar de toda su fama y popularidad –arraigada en ser recordado como uno de los creadores de muchos personajes de Marvel y uno de los principales responsables de convertir una casa editorial pequeña, en una de las compañías más importantes de la industria– no muchos están al tanto de cuales fueron los verdaderos aportes de Stan Lee a la narrativa, el estilo argumental y otros aspectos que marcaron para siempre a la industria de los cómics durante la Era de Plata.

Por eso y para rendir homenaje a un nuevo prócer del noveno arte, te presentamos cuales fueron los aportes más importantes que Stan Lee introdujo en los cómics de todo el mundo.

El héroe imperfecto

Stan reconoció en una entrevista, que siempre le molestó un poco el hecho de que la mayoría de los héroes (masculinos o femeninos) eran atractivos. Lee fue uno de los primeros en plantear héroes visualmente poco agraciados, como Thing de los Fantastic Four (cuyo aspecto lo avergüenza) o Hulk (inspirado en el monstruo de Frankenstein) por mencionar solo algunos.

Pero más allá de lo estético, Stan apunto a crear héroes con defectos, miedos, fallas de carácter, limitaciones y complejos enteramente humanos. Tal es el caso de Spider-Man, aquejado por la culpa por la muerte de su tío Ben y el sentido del deber para con su tía May, a quien no quiere decepcionar ni exponer a la realidad que él vive diariamente como superhéroe.

De esta forma, Lee fue el primero en romper el arquetipo del «héroe perfecto» que estaba presente en la mayoría de las obras de otras editoriales, como en el caso de DC, donde sus personajes a veces son comparados con dioses. Los personajes de Lee eran más que simples «héroes», eran individuos con defectos como la ira o la vanidad, pero que tenían «impulsos heroicos», algo en sus propias naturalezas que los instaba a interceder y hacer el bien.

Los motivos detrás de los poderes

DC Comics ya había incursionado en el mercado incluyendo héroes y villanos que obtuvieron sus poderes por causas externas (accidentes de laboratorio, mejoras físicas, herramientas con poderes), por pertenecer a otras especies (seres extraterrestres o mitológicos) o simplemente por poseer el metagen (lo que vuelve a alguien proclive a desarrollar poderes).

Marvel siguió una fórmula similar, ya que había probado ser exitosa, pero Stan Lee pensó que se podría explorar un poco más allá de estas causas y creó conceptos como los mutantes, basados en la teoría de la evolución de las especies y que despertarían un prejuicio racial en la mayoría de la población; los inhumans, basados en la filosofía de la eugenesia y quienes se mantendrían voluntariamente fuera de los estratos sociales; y los mutantes gamma, basados en la paranoia nuclear de los 50, vistos como monstruos y posibles armas vivientes por los militares.

Mezclando estos nuevos conceptos con los creados por DC, se fueron originando motivos «mixtos» que ampliaron aún más las opciones argumentales detrás de una superhabilidad, como la experimentación con mutantes ( Wolverine); mezclar seres extraterrestres con humanos ( Venom); individuos híbridos de diferentes especies ( Captain Marvel) y un larguísimo etcétera.

La vinculación con la realidad

Varias editoriales, entre ellas DC, han preferido ambientar sus aventuras y héroes en entornos inventados, como las ciudades de Metropolis, Gotham o Star City, la isla de Themiscira, etcétera. Pero Stan Lee prefirió seguir la línea planteada por Joe Simon y Jack Kirby, cuando presentaron a Captain America, un cómic propagandístico de 1941 que presentaba a un héroe patriótico enfrentándose a los nazis.

Stan Lee fue también un veterano de la Segunda Guerra, así que consideraba que mantener al universo de Marvel directamente ligado a la realidad no solo podría usarse con fines propagandísticos (los cuales benefician a las ventas), sino que facilitaba el desarrollo de muchos guiones al aplicar conceptos como las nuevas tecnologías sumadas a la ciencia ficción de cada historia.

Además de ser una hábil estrategia comercial (que lo fue), esto permitió que muchas de las creaciones de Marvel se ligaran a situaciones y eventos de la actualidad, como la guerra, la política, el racismo, el SIDA, la homosexualidad, el bullying y un larguísimo etcétera. Así estructuró guiones donde se abordan dichos tópicos con una nueva óptica –a veces aleccionadora (hay que reconocerlo)–, pero que resultó no solo en un incremento de ventas, sino en una prueba de que el Universo de Marvel acepta la realidad histórica y trata de adaptarse a ella, reconoce y aprecia a sus consumidores que pueden, o no, verse afectados.

Es de ahí que apareciesen expresiones de Stan Lee como «true believers» (verdaderos creyentes) refiriéndose a sus lectores más leales.

El uso de héroes archivados

Al hacerse cargo de la editorial Marvel, Stan Lee no solo desarrolló nuevos personajes, sino que apeló a los conocimientos y previas creaciones de varios autores que habían sido archivados cuando su furor menguó. De esta manera, fue Stan Lee el responsable de reintegrar a Namor, creado en 1939 por Bill Everett; al androide Human Torch, creado en 1939 por Carl Burgos; y a Captain America, creado en 1941 por Joe Simon y Jack Kirby, de nuevo al universo heroico de Marvel, aprovechando el contraste de las personalidades de cada uno de estos personajes.

En el caso de Namor, se apeló a la amnesia para explicar su desaparición de los cómics, hasta que Johnny Storm de los Fantastic Four lo ayudó a recuperar su memoria en 1962. Así adquirió su estatus del primer antihéroe de los cómics, actuaba a veces como héroe o como villano, dependiendo de la situación y los valores del propio de Namor en favor de proteger el océano.

La creación de la subtrama y el universo

En 1940, DC editó All-Star Comics, donde diferentes héroes tenían sus respectivas aventuras en un mismo cómic y posteriormente aparecería el primer equipo heroico con Justice Society of America. Tiempo después, Stan Lee fue el primero en pensar una manera en que las diferentes colecciones de Marvel reconocieran la existencia de las otras colecciones e incluso las afectaran directamente. Así dio inicio a un único universo que incluye a todas las creaciones de la editorial.

De esta manera, Namor, reinsertado por los Fantastic Four, tuvo su aparición en la colección de The Avengers, donde después de enfrentar a los héroes junto a Hulk –quien había abandonado al equipo el numero anterior por una disputa interna– se refugiaba en el Ártico, donde encontró y lanzó al océano el cuerpo congelado de Steve Rogers, para que este fuera hallado por los Avengers y volviese a la vida para sumarse a sus filas. Así, Lee logro unificar dos colecciones siguiendo una lógica propia, lo que motivo el consumo y aumento las ventas.

El nuevo equipo heroico

Como se mencionó en el punto anterior, el primer equipo súperheroico de los cómics fue Justice Society of America de DC, donde la dinámica interna del grupo funcionaba como un tipo de empresa, donde hay socios que elige minuciosamente a sus nuevos integrantes; una mecánica que se aplicaría a su posterior creación, la Justice League.

Pero Stan Lee creó su propia noción de equipo con Fantastic Four, un grupo con la misma dinámica que una familia, donde sus integrantes tienen diferentes géneros, edades y personalidades (con sus defectos y virtudes) y se ven en la necesidad de aprender a convivir y cooperar, a veces terminando en peleas internas. Esto se trasladó a casi todos los demás equipos que aparecieron posteriormente en Marvel. Los Avengers estaban compuestos por integrantes sumamente diversos, por lo que las discusiones eran algo común.

Y los X-Men eran estudiantes de una escuela, donde el crecimiento, el desarrollo de sus respectivos poderes y el choque de personalidades causaba que florecieran relaciones más intensas entre los integrantes del equipo, como amistades fraternales, relaciones románticas e incluso rivalidades, las cuales se dejan de lado ante la presencia de un mal que afectaba a todos por igual.

El Método Marvel

No olvidemos que Stan Lee era un editor; más allá de sus aportes, él no fue el único responsable del éxito de Marvel. Cooperando con artistas que marcaron la época, como Jack Kirby, Steve Ditko o Bill Everett (por mencionar solo algunos), Lee no solo desarrolló nuevos personajes, sino que apeló a sus conocimientos y entre todos dieron origen al «Método Marvel» de trabajo editorial, donde un cómic es creado por un equipo creativo en lugar de solo uno o dos autores, lo que facilita y agiliza todo el desarrollo ya que se basa en cumplir pequeñas etapas.

Una persona crea la historia base de un cómic o un personaje, otra persona crea la subtrama que estructura y mantiene la continuidad, otro desarrolla la forma en que la historia será presentada como cómic; y recién entonces se escribe el guion para después darles paso a los ilustradores. Stan Lee formaba parte de todo el proceso, tanto en su posición de creativo y escritor, como en el aspecto editorial, aprobando aquello que finalmente llegaría a las tiendas.

Seas o no seguidor de Marvel, no se puede negar que el trabajo de Stan Lee, individualmente o como parte de un equipo, artístico o mercantil, exitoso o fallido (porque obviamente tuvo su cuota de fracasos) fue, es y será una de las bases para la evolución del medio que llegó a convertirse en lo que hoy conocemos como noveno arte.

Solo resta decir: Gracias Stan. Por todo. ¡Excélsior!

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