Money Monster

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Con la promesa inicial de atacar al sistema financiero de Wall Street, «Money Monster» funciona perfectamente como cinta de entretenimiento poseedora de cierto trasfondo social pero, con una trama inverosímil y un aire de sátira que desaparece, su directora Jodie Foster nunca explora sus posibilidades críticas y la película se contenta en ser un drama donde domine el elemento de thriller por encima de la reflexión. Levitra Professional en línea

Recientemente han aparecido diferentes películas que tratan la crisis económica y sus consecuencias, ya sea desde la perspectiva de un trabajador que sufre la realidad última del colapso financiero de Wall Street, como en la «La ley del mercado», o como película proveniente de un gran estudio hollywoodiense llena de ironía y desparpajo en busca de una explicación más global, como en «La gran apuesta». «Money Monster» une ambos mundos, el micro y el macro, a través de un presentador financiero y un hombre común arruinado a causa de sus consejos y que busca respuestas a cualquier precio, mezclando los géneros del drama, del thriller y sumando un trasfondo de parodia. Amoxicillin en línea

Money Monster

Al inicio del filme, antes de que se vea nada en pantalla, la voz de George Clooney pregunta si estamos prestando atención, porque la cosa se va a complicar. Y esa resulta ser la primera exageración de la película, porque «Money Monster» es una cinta con un argumento bastante directo que apela más a las emociones que a las ideas, más al hombre que siente que a la mente que piensa. Poco hay de complicado, mucho de inverosímil y bastante de divertido. Si el mencionado título de «La gran apuesta» confecciona un viaje desde un planteamiento del entretenimiento y termina siendo una película mordaz que incita a la reflexión aunque uno esté viéndola con un bol de palomitas, «Money Monster» realiza una promesa inicial inversa que lamentablemente es incapaz de cumplir, y la película termina siendo un producto de entretenimiento que funciona pero sin poseer la chispa que auguraba en un principio.

No obstante, «Money Monster», dirigida por Jodie Foster, plantea preguntas y realiza varías reflexiones interesantes en las que podía haber profundizado. La primera observación que presenta, llena de una justa pantomima, es intrínseca al propio personaje central interpretado por George Clooney, presentador de un programa de análisis financiero con más tendencia a ser un showman que un periodista. Este personaje sigue la visión de Foster sobre los medios de información y quien, en una reciente entrevista en la que mantuvo su habitual comedimiento al expresar sus opiniones, sí opinó que hoy en día al entretenimiento y los programas de noticias los separa una confusa línea, como se puede ver actualmente en la política. Esto también se aplica a la información económica y al análisis financiero, y es que el personaje de Clooney está muy cerca de la realidad al recordar a un analista real llamado Jim Cramer que presenta un programa de nombre «Mad Money», equivalente al programa «Money Monster» que da título al filme. El personaje interpretado por Julia Roberts, una productora de televisión, termina de transformar la realidad dramática en consumismo televisivo, convirtiendo una crisis con vidas en juego en un espectáculo televisivo en directo, el colmo de la telerrealidad. La segunda reflexión a destacar, ésta contenida en el otro personaje principal interpretado por Jack O’Connell, es que una persona normal es actualmente incapaz de realmente entender el mercado financiero, las razones de sus fluctuaciones y que, cuando quiere una explicación de lo sucedido, el propio sistema financiero responde con un lenguaje críptico y hermético destinado a hacerle creer que no posee la inteligencia necesaria para entender lo ocurrido. La tercera observación a resaltar, que se presenta en la conclusión del filme, se articula cuando el teórico villano de la trama financiera declara que nadie se quejó mientras todo iba bien, cuando las empresas daban dividendos y todo el mundo ganaba dinero.

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Sin embargo, ninguna de las preguntas o consideraciones toma una forma más compleja y las respuestas que da el filme no tienen la intención de buscar un mínimo de análisis más allá de lo obvio. Dada la forma en cómo la película plantea sus crisis dramáticas y de la resolución del complot financiero, «Money Monster» se divierte y se contenta con una simple trama que prefiere moverse dentro de las convenciones del thriller más que en el terreno de la crítica social o del drama humano, y sin voluntad de tener mordacidad. La propia Foster, en la mencionada entrevista, afirma que la película no dice que el sistema no funcione, solo dice que hay demasiados abusos. Si al principio «Money Monster» parecía señalar que iba a dar un golpe, finta durante sus noventa minutos de metraje con giros de guión y al final solo hace un débil amago.

Así «Money Monster» termina resultando una película de puro entretenimiento que, a pesar de las piruetas narrativas y las simplificaciones emocionales del guión, funciona con un pulso que nunca decae. En muchos aspectos sigue las enseñanzas de Sidney Lumet aunque, con una narración aparentemente en tiempo real y un drama que esconde un poco de sátira y bastante absurdidad, presenta mucha más dosis de comedia de la que habitualmente empleaba el maestro que dirigió «12 hombres sin piedad» y «Tarde de perros». Otro elemento con peso específico en la mezcla es la propia cinematografía, un aspecto visual y un desarrollo de secuencias que recuerda a una de las películas más recientes de Spike Lee, el thriller «Inside Man» en el que participó la propia Foster en su faceta de actriz, gracias a que ambas cuentan con el mismo director de fotografía. Pero en término último es George Clooney quien consigue llevar la película sobre sus hombros de principio a fin, capaz de comenzar siendo un megalómano y egocéntrico presentador y de llegar hasta una catarsis justiciera sin perder la sonrisa ni despeinarse.

Jodie Foster afirma que ha tenido la mejor escuela de dirección posible gracias a que, como actriz, ha podido trabajar con grandes realizadores. Con este título son cuatro los largometrajes que ha dirigido, el primero en 1991 titulado «El pequeño Tate», posteriormente «A casa por vacaciones» en 1995 y la reciente «El castor» de 2011 con Mel Gibson. Controversias aparte, Mel Gibson ha demostrado que el paso de la actuación a la dirección puede ser un salto altamente interesante. Como directora, ésta es la película de Jodie Foster más ambiciosa y la de mayor tamaño, donde constata que, si bien aún no tiene la energía de Gibson en la dirección ni el pulso de Takeshi Kitano, otro actor convertido también en director, sí sabe llevar perfectamente una película de estas dimensiones y hacer que resulte en un buen drama ligero con cierto mensaje. En estas fechas veraniegas de secuelas y blockbusters, por lo menos es una virtud. «Money Monster» no explorará toda la crítica ni querrá hacer tambalear al sistema, pero logra su objetivo como entretenimiento.

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Ficha técnica:

Dirección: Jodie Foster.
Intérpretes: George Clooney, Julia Roberts, Jack O’Connell y Dominic West.
Año: 2016.
Duración: 98 min.
Idioma original: Inglés.