Hacer cine comercial no está reñido con la calidad, y buena prueba de ello es el legado de un 'artesano' como Georges Lautner. Conoce el éxito ya con su tercer film, 'El monóculo negro' (1961), una comedia de acción protagonizada por un agente secreto (Paul Meurrise), que tuvo dos secuelas. Y enseguida realiza 'Gángsters a la fuerza' (1963), en colaboración con el dialoguista Michel Audiard, padre de Jacques Audiard, que será su cómplice en diez películas más. Parodia suprema del polar, el cine negro francés, la película se convierte rápidamente, con más de tres millones de entradas vendidas, en uno de los más grandes clásicos populares del cine de nuestro país vecino.

De su encuentro con la hermosa Mireille Darc surgirán una decena de films, empezando con 'Los barbudos' (1964), 'Eva a la francesa' (1966). En 1968, lleva a cabo otro de sus hits, 'Inspector Joss' ('Le Pacha'), esta vez con Jean Gabin, otro clásico del polar, que estuvo a punto de protagonizar 'Gángsters a la fuerza'. La fórmula, que parodia de nuevo el género desde el respeto, vuelve a ser un éxito total. Con Alain Delon rueda dos clásicos polars en tono mucho más grave, que inciden en la corrupción ambiental, 'Los senos de hielo' (1973) -también con Mireille Darc, pareja de Delon- y 'Muerte de un corrupto' (1977), donde Delon protege a una deslumbrante Ornella Mutti.

Más prolífica será su relación con Jean-Paul Belmondo, al que dirigirá en una serie de comedias de acción, como 'Yo impongo mi ley a sangre y fuego' ( 1978 ), 'El Rey del Timo' ( 1980 ) y, sobre todo, 'El profesional' ( 1981 ), un súper éxito con más de cinco millones de entradas vendidas (sólo en Francia) en el momento de su estreno, y cuya partitura inolvidable, obra de Ennio Morricone, nos parece el mejor homenaje para esta despedida.

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