Ariadna Gil (Barcelona, 1969) pertenece a esa clase de int�rpretes que se apoderan de sus personajes sin inmutarse, �nicamente pendientes de la vibraci�n, por as� decirlo, de la mirada. No es, para entendernos, Anna Magnani. O, s�, pero hacia dentro. �No soy h�bil para imitar a nadie ni para transformarme. Entiendo que crear un personaje es, sobre todo, una cuesti�n de matiz�, dice para definirse sin, en realidad, hacerlo del todo. Ricardo Franco, con el que trabaj� en 1999 en L�grimas negras, quiz� su mejor trabajo, mantuvo tiempo atr�s que el secreto de Gil no es otro que la inestabilidad que segrega y contagia su mirada desde el privilegio de un rostro inquietantemente perfecto.
Ahora, tras una temporada m�s pendiente del teatro (Vania, por ejemplo, con �lex Rigola) que de las c�maras, la actriz regresa de la mano de S�lo una vez, el perturbador, inteligente y, sobre todo, oportuno debut a la direcci�n de Guillermo R�os Bord�n. La pel�cula, que adapta la obra de teatro de Marta Buchaca del mismo t�tulo, encierra en el reducido espacio de la consulta de una psic�loga (su papel) un thriller que a su vez es drama sin renunciar al m�s evidente comentario social. El asunto a tratar: la violencia machista. �Lo primero que me interes�, m�s all� del argumento, es la forma. Cada uno de los personajes implicados, b�sicamente tres, descubren cosas de ellos mismos que no sab�an y que, probablemente, ni imaginaban�, dice Gil a modo de pre�mbulo.
Lo que se ve en la cinta, en efecto, es la brillante y clara explicaci�n de uno de esos cap�tulos por fuerza oscuros que nos incumben a todos. �La pel�cula refleja�, sigue la actriz, �una realidad escalofriante. Se rompe con esa idea tan extendida como falsa de que los maltratos s�lo ocurren en un determinado estrato social, cultural o econ�mico. Ella [la protagonista] es una mujer preparada, lista, inteligente, guapa... Es una persona completamente independiente, tiene a su disposici�n todo tipo de herramientas y ayudas y, pese a ello, no es capaz de reconocerse a s� misma como v�ctima de maltrato�. Cuenta que lo que m�s le llam� la atenci�n de sus entrevistas con terapeutas mientras preparaba el papel fue hasta qu� punto el patr�n se repite. �S�lo vemos las cifras. Pero detr�s de cada n�mero hay un caso escalofriante. Y cuesta hacerse la idea de que lo que se considera un caso aislado al lado de otro caso presuntamente aislado es s�lo la punta de un iceberg que responde a un esquema muy preciso�.
Ariadna Gil se muestra convencida, pese a todo, de que las cosas est�n cambiando. A mejor. Y habla en calidad m�s que nada de actriz, de int�rprete con una vida entera en esto del cine. �Recuerdo que cuando empezaba, en los a�os 90, recib�as un guion detr�s de otro donde los personajes femeninos estaban ah� simplemente para decorar la trama. Eran mujeres florero en sentido estricto. Y se aceptaba con toda naturalidad. Ve�as que detr�s del papel no hab�a absolutamente nadie. Y, claro, era imposible imaginarse siquiera c�mo hacer tu trabajo�, dice y sigue: �Eso ocurr�a en el cine, pero no era m�s que un reflejo de lo que estaba ocurriendo en todos los aspectos de la vida�.
-�Ha sufrido alguna vez acoso en su trabajo?
-Por supuesto. Pero exactamente igual que todas las mujeres de mi edad dentro y fuera del trabajo. Un hombre va por la calle de noche sin pensar en nada. Esa es una situaci�n que no conoce una mujer. Y te das cuenta de que este hecho te ha condicionado la vida, te haya pasado algo o no. Lo que est� ocurriendo en este momento es que ahora te das cuenta y reconoces como abusos comportamientos que antes formaban parte del decorado. Que te miren o te digan no s� qu� no forma parte de la normalidad, ni de la vida. Y darse cuenta de algo tan sencillo es muy importante. Es importante, por supuesto, para la que lo sufre, pero tambi�n para el que lo ejerce. Se trata de comportamientos da�inos que ponen a la mujer en una posici�n vulnerable.
Queda claro.
Dicho lo cual, Ariadna Gil est� convencida de que el cine est� ah� para lo que est�:para contar historias, para emocionar... �El valor de una pel�cula es el que es y tiene que ser juzgada por lo que vale desde un punto de vista cinematogr�fico�, precisa, se detiene un segundo y hasta se corrige: �Ahora bien, todo lo que sirva para erradicar el maltrato y concienciar del abuso, bien est�. Precisa. Sin inmutarse.
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