Dilema del tren

Dilema del tren

  Los dilemas éticos o morales plantean hipotéticas situaciones problemáticas en las que, ante un conflicto de valores, hay que tomar la decisión más correcta entre varias opciones que entran en conflicto. Uno de los más conocidos es el dilema del tren, ideado por Philippa Foot. El planteamiento sería el siguiente: Imagina que un tren descontrolado se dirige por una vía en la que un filósofo malvado ha atado a cinco personas. Antes de llegar a esas cinco personas existe una bifurcación regulada por un cambio de agujas, que es donde nos encontramos. Si activáramos el cambio de vías salvaríamos a esas cinco personas, pero en la otra vía hay una persona atada. ¿Activarías el cambio de agujas para matar a una persona salvando a cinco o no harías nada y dejarías que el tren siguiera su camino matando a cinco personas y salvando a una?

   La respuesta, desde luego, no es nada sencilla. En primer lugar hay que recordar que el dilema está planteado de tal forma que no podamos eludir la acción de elegir. Si pensamos que el problema no va con nosotros o que no somos capaces de elegir y nos limitamos a no hacer nada en realidad ya estamos decidiendo. El no actuar es también una decisión que posibilitará la muerte de cinco personas.

   La opción utilitarista, y también la de la mayoría de personas, sería activar el cambio de agujas eligiendo entre dos males el menor. Pero desde el momento en que estamos haciendo eso nos estamos asignando el derecho para decidir sobre la vida y la muerte de otros seres humanos. Además, una vez que hayamos tomado una decisión hay que tener en cuenta toda una serie de variables que podrían hacernos dudar de si hemos elegido lo más correcto. ¿Qué pasaría en las cinco personas son asesinos y la persona que está sola es un niño inocente? ¿Qué pasaría si los cinco fueran desconocidos y la persona sola un ser querido? ¿Cambiaría nuestra decisión? ¿Sería ético dejarnos llevar por los sentimientos o por el contrario habría que actuar desde la razón objetiva?

Variante del dilema del tren

Variante del dilema del tren

   Existen muchas versiones del dilema original en las que se van planteando distintos matices éticos más o menos importantes y significativos a la hora de tomar la decisión. Algunos de los más conocidos son el de Judith Jarvis Thomson y el de Peter Unger.

   Judith Jarvis Thomson modificó el dilema inicial para complicar todavía más la situación. La situación es muy similar: un tren descontrolado se dirige por una vía en la que hay cinco personas atadas. Pero esta vez en lugar de encontrarnos en el cambio de agujas estamos situados en un puente sobre la vía y la única manera que tenemos de salvar a esas cinco personas es empujar a un hombre muy gordo que hay junto a nosotros para que de esta manera el tren se frene. Como se ve, la situación vuelve a ser el sacrificio de una persona para salvar a cinco, pero planteada desde una perspectiva muy distinta. En el dilema original se consideraba que la muerte de la persona que estaba sola era un efecto secundario de evitar la muerte de las cinco personas, mientras que en este segundo dilema hay que realizar una acción directa sobre una persona que tiene todo el derecho a no ser lanzado a la vía.

  Peter Unger rechaza que haya una diferencia moral sustancial entre las dos situaciones y plantea su propia versión del dilema. ¿Qué pasaría si la única forma de salvar a esas cinco personas fuera desviar la dirección del tren haciéndolo colisionar con otro tren y supiéramos a ciencia cierta que al ocurrir esto los dos trenes descarrilarían y se precipitarían por una colina hasta llegar a un jardin donde se encuentra durmiendo un hombre y supiéramos que ese hombre va a morir como resultado de nuestra decisión? ¿Por qué plantea Unger una situación tan rebuscada? Sencillo: lo que quiere Unger es que la posible víctima no esté de ninguna manera involucrada en la situación para comprobar si esto supone alguna diferencia moral.

   Por último, decirte que si te ha interesado el tema yo he usado una versión muy personal –y muy distinta de la original‒ para elaborar un relato. Una situación, por cierto, que es incluso más extrema de las que he venido comentando hasta ahora. Si quieres leerlo puedes hacerlo aquí.

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