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Rostros
Homenajeada en Madrid

Florinda Chico, la gran actriz que palp� la pobreza y que era tan atractiva que "paraba hasta los relojes"

Actualizado
La actriz Florinda Chico, en una imagen de los 80.
La actriz Florinda Chico, en una imagen de los 80.GTRES

Junto a Gracita Morales y Rafaela Aparicio, Florinda Chico fue una de las criadas cinematogr�ficas m�s queridas por los espectadores. El a�o pasado se cumpli� una d�cada desde que la actriz, nacida en Don Benito (Extremadura) en 1926, falleciera a causa de un paro cardiaco a los 84 a�os. Y este jueves se le ha rendido un emotivo homenaje en el barrio madrile�o de Arganzuela, donde vivi� varias d�cadas, con la colocaci�n de una placa precisamente en la fachada de la que fue su casa.

Tras quedar hu�rfana de padre dej� los estudios para trabajar como mecan�grafa en la ONCE, pero como el dinero era insuficiente, lo compagin� como modista de arreglos de vestidos de novia y por la noche como vendedora de helados.

Para saber m�s

Hasta los 14 a�os era tan flaca y fe�cha que cuando paseaba junto a sus hermanas la gente preguntaba a sus padres qui�n era ella. Pero a los 15 empez� a abrirse la cris�lida para convertirse en una mujer hermosa con unas piernas espectaculares, pero esos avales no sirvieron de nada cuando dos a�os m�s tarde vivi� su primer desenga�o amoroso porque su novio la hab�a dejado por ser pobre. "Y eso que estaba como un tren de lujo, paraba hasta los relojes", recordaba d�cadas m�s tarde.

Con 20 a�os lleg� en un tren en tercera clase para conocer Madrid y asistir al bautizo de un sobrino, donde tambi�n se encontraba el maestro Guerrero. Este se la qued� mirando porque pensaba que era actriz de teatro, pero al recibir una negativa por respuesta, la cit� en el teatro La Latina al d�a siguiente donde fue contratada como chica de conjunto en la obra La blanca doble (1947) junto al tr�o c�mico Zori, Santos y Codeso.

La placa que homenajea a la actriz colocada este jueves en la fachada de la que fuera su casa.
La placa que homenajea a la actriz colocada este jueves en la fachada de la que fuera su casa.GTRES

Su belleza cautiv� a la reina de la revista Celia G�mez, que la incorpor� a su compa��a y unos a�os despu�s, la legendaria Mar�a Fernanda Ladr�n de Guevara -madre de Amparo Rivelles y Carlos Larra�aga- la descubri� como actriz dram�tica cuando el esposo de Florinda, que hab�a sido contratado como gal�n, Jos� Mar�a Laberni�, habl� de sus buenas dotes interpretativas. El resultado se vio en La papirusa (1956). En vida siempre se emocionaba cuando hablaba de do�a Mar�a Fernanda, "para m� siempre fue do�a" -aseguraba con humildad- porque supo vislumbrar su talento.

A pesar de ser algo mojigata, en 1950 se cas� embarazada con Laberni�, a quien llamaba el bien hecho y a los pocos meses naci� Mar�a Teresa. La situaci�n econ�mica de la familia era tan estrecha que viv�an realquilados en una habitaci�n con derecho a cocina, por lo que tuvieron que enviar a la peque�a a Don Benito al cuidado de su abuela.

De izquierda a derecha: Pedro Lazaga, Florinda Chico, Sebasti�n Palomo Linares y Paco Mart�nez Soria.
De izquierda a derecha: Pedro Lazaga, Florinda Chico, Sebasti�n Palomo Linares y Paco Mart�nez Soria.GTRES

En 1955 naci� su segunda hija, Paloma. El matrimonio se desbarat� en 1963 cuando Laberni� le fue infiel con una menor y abandon� a su familia por ella. Aquello la sumi� en una fuerte depresi�n que conllev� que engordara paulatinamente. Con el tiempo lleg� el perd�n y el divorcio en cuanto se aprob� la ley. Una buena noticia porque desde 1977 estaba enamorada de un electricista de la compa��a de Lina Morgan llamado Santos Pumar, 23 a�os m�s joven que ella, con quien se cas� en 1989.

Al poco tiempo ejerci� como gerente de la compa��a de Florinda. Siempre se consider� un poco chapada a la antigua en el amor porque era tremendamente convencional y mujer de un solo hombre. Se desviv�a por sus dos hijas que le dieron unos nietos maravillosos que le alegraron su vida: "Son como unos juguetes", dec�a.

Florinda fue una vedette picarona que evitaba con inteligencia la censura, su verborrea la hizo famosa entre el p�blico, se atrevi� con el flamenco y el music-hall y protagoniz� dram�ticos en el Mar�a Guerrero y el Espa�ol. Pero la televisi�n fue la que le dio la fama nacional tras formar pareja junto a Rafaela Aparicio como sirvientas en La casa de los Mart�nez (1966).

La actriz extreme�a y su segundo marido,  Santos Pumar.
La actriz extreme�a y su segundo marido, Santos Pumar.GTRES

A partir de ese momento, su presencia en el cine como secundaria de lujo fue muy habitual. Ozores la dirigi� en 22 ocasiones y con Paco Mart�nez Soria protagoniz� otras ocho, siendo las m�s conocidas Abuelo made in Spain (1969), El calzonazos (1974), Los bingueros (1979) o El cura ya tiene hijo (1984). Carlos Saura mostr� una faceta desconocida de ella en Cr�a cuervos (1975).

En televisi�n su �ltimo gran �xito fue La casa de los l�os (1996-2000) junto a Arturo Fern�ndez y Lola Herrera. Entre los numerosos premios que consigui� destacan la Medalla de Oro al M�rito en el Trabajo (1997) y al M�rito en las Bellas Artes (2002), el TP de oro por su trayectoria, el Ercilla por toda una vida dedicada al teatro o la Medalla de Extremadura.

El poco tiempo libre que dispon�a le encantaba coleccionar pastilleros, era amante de la astrolog�a y le perd�a la literatura, especialmente las historias de Gabriel Garc�a M�rquez, a quien rele�a continuamente. Como buena tauro era testaruda, amante de los placeres terrenales sin herir a nadie, tuvo los pies en la tierra, siempre supo lo que quer�a y le encantaban los halagos, pero odiaba a los pelotas.

Trabaj� en lo que quiso e hizo muy buenas amistades entre la gente de la profesi�n porque su talante optimista, risue�o y alegre era contagioso. Siempre llev� a gala haber sido una mujer hecha as� misma que palp� la pobreza, por lo que para ella robar no era un pecado si se hac�a por necesidad.

Adoraba al Rey Juan Carlos I, era simpatizante de derechas, dec�a los tacos con mucha gracia, le encantaba que le echaran el tarot y le hicieran cartas astrales, su gran amor frustrado fue Marlon Brando, de quien ten�a una foto en su camerino, y antes de fallecer dijo que le gustar�a que la recordaran como una buena mujer.

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