Y los jubilados mandan parar

Opinión

Y los jubilados mandan parar

Asistentes al baile de Frigsa. CARLOS CASTRO
photo_camera Asistentes al baile de Frigsa. CARLOS CASTRO

Son muchos y bravos y todo el mundo sabe ya que son capaces que poner y quitar gobiernos, así no sé si son osados o temerarios quienes se atreven a discutir con ellos. Llevan años siendo los protagonistas de las manifestaciones más constantes, las de las pensiones, y son los primeros en levantarse en armas si una aerolinea la pifia y retrasa los vuelos a sus destinos vacacionales. Muchos se pueden contar entre los que tienen cuentas corrientes más saneadas y así han podido forzar nada menos que a los bancos a echar el freno con los planes de digitalización que les excluían. 

Ellos son, claro, los jubilados. Y, sabiendo que no se les dobla el pulso fácilmente me cuesta entender que el Ayuntamiento no tuviera mejor idea que discutir con ellos por los bailes de los fines de semana. Como si gente tan curtida se fuera a achicar ante un concejal o a aceptar que alguien venga a estas alturas a decirles que echar un pie está bien si es para entretenerse un rato, pero que fiesta y ligue son palabras mayores, y más en un edificio público. Me pega que los policías de la moral y de lo políticamente correcto tienen poco que hacer con ellos.

Dudo que den un paso atrás con derechos adquiridos. Más bien, intentar pararles puede provocar que vaya a más la guerra por el edadismo y ese creciente malestar por la idea de que se les discrimina. Me parece que tienen claro lo que quieren y que no aceptan límites en ningún campo, hasta el punto de que están abriendo ahora batalla también contra las webs de citas porque supuestamente les relega en su búsqueda de amor y sexo.