Olfa tiene cuatro hijas: dos siguen con ella y las otras dos han desaparecido de su vida. La directora Kaouther Ben Hania contrata dos actrices que suplan su ausencia y con ello usa el poder del cine para revelar verdades invisibles. Esta es la premisa de Four Daughters, un precioso, autorreflexivo y desgarrador híbrido entre ficción y documental.

Las dos actrices tienen que interpretar a Rahma (Nour Karoui) y Ghofrane (Ichrak Matar), las hermanas mayores de la familia. Junto a las dos menores, Tayssir y Eya, recrean los momentos más icónicos de su infancia para entender qué llevó a su desaparición. A la par, otra actriz (Hind Sabri) toma el papel de Olfa en las recreaciones que sean muy fuertes emocionalmente para ésta.

La directora alterna las escenas reconstruidas con tomas de cómo están siendo grabadas e intervenciones de los personajes acerca de lo que están a punto de revivir. En cierta forma, la película funciona como su propio detrás de cámaras: hay una reflexión constante sobre el uso del cine para recrear situaciones, así como un autocuestionamiento de la pieza sobre el dilema ético que implica el hacer que las personas revivan hechos dolorosos.

Las líneas entre la realidad y la ficción se desdibujan conforme avanza la historia: hay momentos en los cuales se pasa de los personajes hablando de la escena a la escena misma sin ningún tipo de aviso. La recreación es tan precisa que uno se olvida por momentos que las dos actrices no son las hermanas de las protagonistas y su dinámica es tan natural que resulta contagiosa (como un brillante momento en el cual todas ríen y esas carcajadas pasan a la audiencia).

Esta curiosa dinámica permite a Four Daughters explorar temas durísimos de una forma que resulte digerible tanto para la audiencia como para sus personajes. La película jamás juzga a Olfa y sus decisiones: si bien sus hijas y las actrices comparten su opinión, Kaouther Ben Hania nos deja ver cómo ella es producto de años de traumas heredados y de un sistema patriarcal que la obligó a ser muy dura. Esto le dejó muchas visiones y comportamientos que a la larga lastimaron a sus hijas.

Esto es acentuado con la brillante decisión de que un solo actor (Majd Mastoura) interprete a los hombres en la historia, pues permite recalcar cómo ellas siempre han estado solas en su condición de mujeres. Ya sea que se trate del esposo de Olfa o de un policía, ella se ha tenido que abrir paso en una sociedad que busca hacerla de menos o someterla: da lo mismo de qué hombre se trate, siempre ha sido lo mismo.

Esto además es complementado con un apartado técnico muy cuidado: la fotografía no solo crea bella composiciones, sino que ayuda a sumergir en la historia. Por ejemplo, cuando la directora nos presenta el tema, los personajes son introducidos de forma dramática y efectiva: las dos hijas menores enfrente de Olfa y las dos desaparecidas atrás, estas últimas son mostradas como una silueta detrás de un vidrio de color que se ilumina al ser mencionadas, resaltando así su ausencia física pero su presencia en espíritu.

Four Daughters es un ingenioso trabajo de no ficción que utiliza el cine para reconstruir la vida de toda una familia e intentar explicar las causas sistémicas y sociales que llevan a una tragedia. Pese a lo pesado de sus temas, la directora lo maneja de forma llevadera y digerible, con mucha humanidad, sensibilidad e incluso pequeñas dosis de humor. Sin embargo, su valor no está solo en su transgresividad técnica, sino en cómo la usa en beneficio de sus personajes y de sus espectadores.

“Four Daughters” forma parte de la Gira Ambulante 2023.