Críticas de Mambrú se fue a la guerra (1986) - FilmAffinity
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Mambrú se fue a la guerra

Comedia. Drama La noticia de la muerte de Franco tiene una especial resonancia en la familia que forman Florentina, su hija Encarna, su yerno Hilario y los hijos del matrimonio, Juanita y Manolín. Al mismo tiempo, Florentina comunica al resto de la familia una noticia mucho más importante que la muerte del dictador: su marido Emiliano, al que habían dado por muerto en la guerra civil, está vivo. Durante el franquismo ha permanecido oculto en la propia ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
9 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las gallinas que entran por las que van saliendo. O el moribundo que (muy a destiempo) desapareció por el muerto en vida que, el mismo día, decide reaparecer desde su escondrijo. Ni los que se salvaguardaron de la justicia en la dictadura franquista por el método más extremo de preservación en el exilio -el de los que sobrevivieron confinados en zulos fabricados en su propia casa- se libraría de esa relectura naturalizada donde la arista trágica (e irrenunciable) de lo contado iba suplementándose de manera taimada por un marcado tamiz de acento tragicómico a través de la huella reconocible -como de costumbre, a caballo entre el sainete, la sal gruesa y el esperpento- de su director Fernán Gómez así como por el guión de Pedro Beltrán -cómplice, hasta el momento, en dos de sus trabajos imprescindibles como 'El extraño viaje' y '¡Bruja más que bruja!'- al que insufla una insólita causticidad (algo que se antoja el doble de meritorio teniendo en cuenta la gravedad de lo tratado y la cicatrización reciente con que, en 1985, aún suturaba la herida de la postguerra). Como cabría suponer es a través del mundo de 'los vivos' y la liviandad de los familiares ajenos al via crucis que experimentaron en silencio Emiliano (Fernán Gómez) y Florentina (María Asquerino) el que contrarresta el melodrama con notas de humor, especialmente en el día de la "liberación" de Emiliano: una enmarujada hija, Emma Cohen, el repulsivo yerno (sin ser necesariamente falangista) de Agustín González o la algarabía adolescente y despreocupada de los nietos (Nuria Gallardo y Jorge Sanz, aunque Nuria Gallardo tiene paralelamente su propia película).
La rapiña moral, el estupor y la falta de escrúpulos estallan -sobre todo, insisto, en el personaje de González- justo después del diálogo más desternillante (y el listón es alto) entre Fernán-Gómez y Jorge Sanz:
- ¡No te cases jamás! ¡Quédate soltero! ¡Viva la libertad!
- ¡Viva la República!
Un magnífico trabajo que únicamente pierde en comparación frente a su otra obra maestra estrenada casi a la par.
antonio lopez herraiz
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4 de diciembre de 2021
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Me agradó encontrar el origen de "La Trinchera Infinita". Nuestros héroes derrotados, humillados y escondidos por miedo a represalias. Así fueron algunos de nuestros abuelos que después de un largo letargo pudieron salir con nuevos aires de libertad donde la España por la que lucharon 35 años atrás había cambiado aunque no mucho.

Tratando un tema con posos histórico y dramáticos, Fernando Fernán Gómez apoyado por un buen electo de actores y actrices nos acerca a esta extraña circunstancia que surgió en algunas familias a finales de los años 60 y mediados de los 70 empleando un humor muy característico que suele emplear cuando se pone a dirigir.

La interpretación de los actores es algo confusa en su conjunto porque algunos llevan un papel dramático ( María Asquerino) y otros cómico (Emma Cohen) siendo Fernando Fernán Gómez el único que los combina. Esto genera una percepción que no acaba de dar cohesión plena a la historia.
antholo
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18 de diciembre de 2021
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Bajo la apariencia de comedia, Fernán Gómez describe el drama de muchos republicanos que sacrificaron estar con sus familias a cambio de esconderse durante la posguerra para no ser capturados por los franquistas. Y luego, cuando ya no tenían nada que temer, reflexionar sobre si era mejor "resucitar" o seguir muerto a todos los efectos para que sus "viudas" pudieran cobrar una pensión.
La película comienza un poco lenta para mi gusto, después remonta, pero los altibajos se suceden a lo largo de todo el metraje. Destacan las interpretaciones - como siempre - del propio D. Fernando y de D. Agustín González, uniéndose como don un sorprendente Alfonso del Real como alcalde facha.
Sin embargo, creo que el director desaprovechó la idea que planteaba en cuanto a la perspectiva. Podía haber dado mucho más en mi opinión y construir mejor el argumento.
Mi nota: 6,5
Luis Miguel
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4 de mayo de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista en el año 2020, tras La trinchera infinita. El protagonismo es para la misma idea, los llamados topos tras la guerra civil. La idea me gusta, como trata la familia a la persona que ha vivido escondida tras saberse esto, y las circunstancias... pero no entiendo ciertas interpretaciones, sobretodo la de Emma Cohen en el papel de hija, de mujer, o de madre. Aclaro, si entiendo al personaje... pero no la interpretación.
En general apruebo la cinta, muy buen papel protagonista, y posiblemente merecido Goya a Fernán Gómez.
Alvarofr07
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27 de noviembre de 2021
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y al tercer día Franco resucitó, tuvo que volver a la tumba, Mambrú. O no.
Al agujero, a la ratonera, a la oscuridad y a la soledad y a la cueva, estalactitas y estalagmitas, viviendo entre sombras como las zarigueyas, a salto de poca mata, oculto del mundo y a la espera, de cara a la pared, castigado por el maestro por malo comportamiento; está claro que la opinión que tenía del personal o compañeros de viaje o de la humanidad en general el bueno de Fernando no era la mejor de todas o precisamente muy buena, más bien horrorosa y espantosa, apestosa, los hombres, las mujeres, como abominables entes arrebatados por la estupidez y la codicia y la miseria.
La idea o ideas no están nada mal, me gustan la saña, la sorna, la sátira, el aguafuerte salvaje, la carnavalada, la exploración a mansalva de la rabia y la ira, rejuvenece, por dentro limpia todos los malos humores, como una cura del sueño, como un buen polvo, tersa la piel y erecta el ánimo, desaparecen todas las más hondas o enraizadas frustraciones de un plumazo, echar la mierda a todos los otros, a los pasivos ciudadanos que tanto te rodean es mano de santo, está más que comprobado lo bueno que es ese desahogo virulento, así como hay risoterapia y todo tipo de maravillosos y sanos consejos sobre lo muy conveniente y necesario que es sonreír a la vida y al universo de paso, cómo te condiciona para bien todo ello, se te abre de piernas el secreto de todo, la clave del éxito, yo, por el otro lado, propongo justo lo contrario, igual de bueno o incluso más si cabe, el odio, sin freno, a bote pronto, a lo loco, la furia, el grito, el vituperio y el gatuperio con algún refrigerio, hasta el bien y administrado insulto, preciso, somero, en la diana que dé de lleno, de hecho desde aquí pido al gobierno y a todas las autoridades pertinentes, a los distintos organismos oficiales del estado y a los empresarios más preclaros que patrocinen o subvencionen este movimiento libérrimo y tal vez algo novedoso, campañas, propaganda, de eso de lo que saben tanto o un rato, están muy duchos, día y noche con la matraca, a troche y moche con la odio terapia o rabiosoterapia, master class, doctorado, coaching, charlas motivacionales, películas al respecto y al retortero interpretadas quizás por Bardem y Tosar, no hay nada igual como cagarse en todo lo dado bastante o muy de vez en cuando, cada día, purga más que un gulag o una lavativa previa a una penetración anal, o eso dicen por lo menos los que lo han probado de lleno, como ponerte sanguijuelas por todo tu cuerpo para que te limpien la contaminada sangre tras varios días de trabajo malsano, qué hijos de puta, la concha de su madre dite constantemente cuando te amenace la angustia o la parálisis, cuando no sepas qué hacer o te acose algún tipo de miedo real o sin embargo imaginario, ese lema o aforismo, una mantra tan efectivo, rebájalo/rebájales, dale la vuelta al calcetín, cómete la tortilla con cebolla, sé un lobo en tu interior de tecnicolor, enseña los dientes, haz el ridículo, bátete el cobre, vuela como un encolerizado colibrí, bate las alas a mil por hora, date una vuelta, pega la fiesta y ya verás como todo el mal es en verdad celestial, se esfuma como el rocío primero de la mañana o aurora, solo como prueba o reflexión necesaria final, ese hermoso colofón, añadiré que el odio siempre le gana la partida al amor, es ofensivamente superior, mucho más evolucionado y agradable y saludable y ecológico multicultural y evolucionado y civilizado y además tiene perspectiva de género, no distingue ni entre sexos, razas, religiones ni nada, es igualitario, tanto da si eres receptor o emisario del frente polisario, cuando odias a alguien o a algo, basta con hacerle el mal a ese objeto entelequia o persona, de acción o pensamiento, lo que puedas o te dejen y ya está, se acabó, mucho más y mejor en la próxima ocasión, en cambio, el ridículo amor no sirve para nada, por eso tanto escasea, no hay apenas huella, solo los muy idiotas o locos lo espolvorean ya que tiene un problema de raíz insolucionable o la RAE diría que no invente que ya están para uso de todos irresoluble o insoluble, todo es tan voluble, callejón sin salida, y es el siguiente, que espera o desea aunque se lo niegue o no lo reconozca, una respuesta, quid pro quo, del beneficiado o del público asombrado, no se basta por sí mismo, y esa recompensa que el amor necesita para existir nunca llega del todo o lo hace demasiado tarde o no del modo que uno u otro quisieran cuando ellos lo ofrendaron, nunca se ajusta al origen, siempre hay desproporción, injusticia o desagradecimiento, egoísmo, contratiempo, malentendido, todo eso, razón por la cual, única y exclusiva, por ejemplo, yo aquí jamás he considerado la infame posibilidad de que una crítica de los otros, ese infierno engorroso, pueda ser útil o merecedora de un voto positivo, vade retro, qué tontos los que lo hacen, yo me meo, a dónde vamos a ir a parar con eso, por eso fusilo día y noche hasta a mis más decentes seguidores, por envidia, por impotencia, porque su luz me molesta, porque, sobre todo, quiero y puedo, hasta a las que más me gustan o admiro/an, yo confieso, yo, con tanto orgullo, (me) acuso, di no, al otro, a todo, no seas fariseo, no saludes ni des los buenos días, racanea, acumula, reserva, guarda, expresa lo que de verdad sientes, no quedes bien, no seas un cagado más sin vida. Ahí lo dejo, la semilla, mi concepto, sin copyright ni derechos de autor ni propiedad intelectual ni estudio general de medios, suscríbete, anda, dale al like y compártelo con tus familiares o amigos, arriba o a la derecha te dejo mi patreon y te ofrezco la barata posibilidad de adquirir mi merchandising a un módico precio, camisetas y gorras con mi nombre y el olor de mis pezones, os quiero, el próximo vienes haremos un directo, de nada, todo por y para el pueblo,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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