Crítica: Three Kilometres to the End of the World - Cineuropa

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CANNES 2024 Competición

Crítica: Three Kilometres to the End of the World

por 

- CANNES 2024: En la más pura tradición rumana, Emanuel Pârvu teje una sofisticada trama en un pequeño pueblo del delta del Danubio en el que un suceso brutal entremezcla los destinos e intereses

Crítica: Three Kilometres to the End of the World
Ciprian Chiujdea y Laura Vasiliu en Three Kilometres to the End of the World

“¿Qué harías tú si tu hijo te mintiera así?”, “¿Quién más lo sabe?”. Es un estudio de caso muy detallado —in vivo—, en el microperímetro de una pequeña ciudad recorrida sin parar por unos cuantos personajes inquietos bajo el sol del verano, el que ofrece Three Kilometres to the End of the World [+lee también:
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, el nuevo largometraje de Emanuel Pârvu, que ha sido presentado en competición en la 77.ª edición del Festival de Cannes. Se trata de la primera incursión a esta altura del director rumano, que se dio a conocer con Mikado [+lee también:
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y Meda or the Not So Bright Side of Things [+lee también:
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Aunque la familia sigue desempeñando un papel fundamental en el enfoque psicológico y cinematográfico tan sumamente metódico y sofisticado del director, esta vez infunde una perspectiva algo más amplia —que quizá también constituye una metáfora del estado del país en general—, y prueba de ello es lo que Adi (Ciprian Chiujdea), el joven protagonista que da el pistoletazo de salida a la historia, le dice a su madre: “Tienes miedo de lo que dirá el pueblo, pero el pueblo no es mi familia”.

“Lesiones traumáticas graves”, ese es el veredicto del reconocimiento médico al que se somete Adi tras recibir una paliza cuando volvía a casa de una fiesta. Nos encontramos en Sfântu Gheorghe, en el corazón del delta del Danubio, donde el joven soltero de 17 años, que vive y estudia en la cercana ciudad de Tulcea —a la que solo se puede llegar en barco—, regresa para pasar las vacaciones con sus padres. ¿Qué ha ocurrido en este lugar donde todos se conocen tan bien? Después de que el padre de Adi (Bogdan Dumitrache) le induzca a ello, el cauteloso jefe de la policía local (Valeriu Andriuţă) inicia una investigación que rápidamente conduce a los hijos del temido Zentov, cuyo cuñado tiene responsabilidades a nivel de condado y a quien el padre de Adi debe dinero. Pero lo más importante es que se revela la causa del accidente: Adi besó a un turista. Esta revelación desestabiliza por completo a sus padres, en particular a su devota madre (Laura Vasiliu), y sumerge el caso en una dimensión totalmente nueva en la que intervienen la amiga de Adi, Ilinca (Ingrid Micu-Berescu), un sacerdote (Adrian Titieni) y una representante de los servicios de protección de menores que se presenta sin avisar (Alina Berzunteanu).

La película, que da todo tipo de minuciosos detalles sobre los tres días de incesantes paseos y discusiones en los que cada personaje defiende e intenta imponer su punto de vista —y sus intereses— con el fin de encontrar una solución que sea la mejor para Adi, es mucho más que una simple denuncia de la homofobia, y pinta un cuadro clínico de una comunidad sumida en las relaciones de favor (“si tú me ayudas, yo te ayudo”) y en una cultura patriarcal profunda y tóxica (“yo le di la vida, yo puedo matarle, pero nadie más puede tocarle”) encima de la cual solo parece estar la autoridad religiosa. Este mosaico que ha acabado por conformar Pârvu, que se ve realzado por un conjunto de planos y secuencias espléndidamente elaborados (voces en off, primeros planos, vistas de impresionantes paisajes exteriores, etc.) y cuenta con un guion muy cuidado (escrito por el director en colaboración con Miruna Berescu), está totalmente en consonancia con la tradición cinematográfica rumana —personificada por el maestro Cristian Mungiu—, así como con todos sus dilemas morales. Por paradójico que parezca, no obstante, es la perfección formal de la película lo que le confiere el aire ineludible de un ejercicio de estilo.

Three Kilometres to the End of the World ha sido producida por FAMart, y las ventas internacionales de la película corren a cargo de Goodfellas.

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(Traducción del francés)

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