De Lenin a Mussolini, pasando por Reagan y Cristina Kirchner: magnicidios fallidos De Lenin a Mussolini, pasando por Reagan y Cristina Kirchner: magnicidios fallidos | Últimas noticias, actualidad y última hora en México y el mundo

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De Lenin a Mussolini, pasando por Reagan y Cristina Kirchner: magnicidios fallidos

El atentado fallido del primer ministro eslovaco es el último de una larga serie de magnicidios fracasados a lo largo de la historia, que en algunos casos disparó la popularidad de las víctimas, pero en otros aceleró su caída

especial

Momento en que Ali Agca apunta con su pistola a Juan Pablo II mientras saludaba a los fieles en el papamóvil descubierto en la plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981

Momento en que Ali Agca apunta con su pistola a Juan Pablo II mientras saludaba a los fieles en el papamóvil descubierto en la plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981

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Lenin

El 30 de agosto de 1918, cuando todavía no se cumplía un año del triunfo en Rusia de la Revolución de Octubre, Lenin sufrió un atentado que lo dejó al borde de la muerte. 

Tras salir de una fábrica en Moscú a la que había ido a dar un discurso, escuchó el grito de una mujer que le llamaba cuando entraba en su auto. Al darse vuelta, Fanni Kaplan le disparó tres veces. Una bala le atravesó el saco, pero no lo hirió; la segunda le impactó en el cuello, y la tercera, en el hombro.

Fue trasladado de urgencia al Kremlin, donde los médicos intentaron salvarlo de lo que parecía la muerte segura del líder revolucionario. Lenin sobrevivió, pero las secuelas hasta el último día de su vida hicieron que perdiera el entusiasmo y la energía con la que logró un movimiento de masas para derrotar al imperio zarista.

Para Kaplan, Lenin era un traidor porque los bolcheviques en el poder prohibieron el Partido Social-Revolucionario en el que militaba. Pese a que fue detenida en el lugar del atentado y sometida a torturas en el interrogatorio, la mujer no reveló la identidad de ninguno de sus cómplices. Fue ejecutada cuatro días después del magnicidio fracasado.

Mussolini

El 7 de abril de 1926, con el fascismo en su apogeo, el fundador de la ideología totalitaria sufrió un atentado muy parecido al del Lenin.

A la salida de un congreso en Roma donde dio un discurso y cuando se disponía a ingresar a su auto, Violet Gibson, una aristócrata de origen irlandés de 50 años, sacó un arma y le disparó.

La bala se dirigía directamente hacia su cabeza, así que probablemente habría muerto, de no haber sido por un hecho fortuito: algo llamó su atención en la calle y Mussolini giró el cuello en el momento justo. El proyectil le rozó la nariz, pero no le provocó ninguna lesión grave.

Una investigación reveló que Gibson estaba mentalmente desequilibrada y no pudo determinar qué la llevó a perpetrar el atentado contra Il Duce. Tras pasar un tiempo encerrada, Mussolini la deportó al Reino Unido, donde fue internada en un manicomio.

Mohammad Reza Pahlevi

El emperador con la mejilla vendada donde le rozó la bala

El emperador con la mejilla vendada donde le rozó la bala

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El último emperador iraní asistió el 4 de febrero de 1949 en la Universidad de Teherán a una ceremonia cuando un militante del partido islamista Fada'iyan-e Islam, logró acercarse a sólo tres metros del shah y le disparó cinco veces. Luego fue abatido por la guardia real.

Increíblemente, sólo una bala alcanzó a Reza Pahlavi. Le atravesó una mejilla, pero no le causó heridas graves. Si bien pasó algunos días en el hospital, se recuperó sin mayores dificultades y siguió gobernando de forma absolutista y con el apoyo incondicional de Estados Unidos. 

El último emperador persa fue incapaz de leer el mensaje sobre la causa del atentado ni se percató de que el pueblo, empobrecido y harto de sus extravagancias y de lujo desenfrenado, se había puesto del lado del que intentó matarlo y no de la víctima.

Treinta años después, en cuanto el shah salió a EU a tratarse de un cáncer, triunfó la revolución islámica del ayatolá Jomeini. Reza Pahlavi murió en el exilio, que lo llevó de Acapulco a Egipto. Nunca volvió a pisar Irán.

Charles De Gaulle

El 22 de agosto de 1962, el héroe de la resistencia francesa contra los invasores nazis y fundador de la V República francesa, se desplazaba en un auto junto a su esposa desde el Palacio del Elíseo hasta el aeropuerto parisino de Orly cuando fue emboscado por un comando de la Organización del Ejército Secreto, un grupo terrorista de extrema derecha.

Le dispararon 140 balas a su Citroën DS. Dos oficiales que lo escoltaban en moto murieron en el atentado, pero él y su mujer salieron ilesos gracias a que el coche estaba blindado.

Gerald Ford

El ex marine Oliver Sippe agarra a Sarah Jane Moore antes de que volviera a disparar contra el presidente Ford en San Francisco

El ex marine Oliver Sippe agarra a Sarah Jane Moore antes de que volviera a disparar contra el presidente Ford en San Francisco

Archivo

El sucesor del presidente caído en desgracia, Richard Nixon, pasará a la historia por haber sobrevivido no a uno, sino a dos intentos de magnicidio.

El 5 de septiembre de 1975, Gerald Ford se acercó a un grupo de personas que habían ido a verlo en las inmediaciones del Capitolio de California, en Sacramento, extendió su mano para saludar a una mujer. Era Lynette "Squeaky" Fromme, miembro de La Familia Manson, el sanguinario clan encabezado por Charles Manson.

Fromme apretó el gatillo de su pistola, pero no disparó. Tenía cuatro cartuchos en el cargador, pero ninguna en la recámara. Un agente del servicio secreto la detuvo antes de que pudiera volver a intentarlo. La condenaron a prisión perpetua, pero fue liberada en agosto de 2009.

El 22 de septiembre de 1975, 17 días después del primer atentado, Ford volvió a ser víctima de un magnicidio fallido. Cuando salía del Hotel St. Francis de San Francisco, Sara Jane Moore le disparó a una distancia de 12 metros, pero falló. Un ex marine, Oliver Sipple, que estaba entre la multitud la redujo antes de que pudiera volver a tirar. La condenaron a reclusión perpetua, pero salió en libertad condicional en 2007.

Para desgracia de Sipple su hecho heróico fue una maldición, puesto que la prensa pronto descubrió que se había mudado a San Francisco porque era gay, algo que no perdonó su familia conservadora y se ganó el menosprecio de la mayoría de la opinión pública e incluso del presidente, un declarado homófobo, que se negó a retrarse públicamente con quien le salvó la vida.

Ronald Reagan

El intento de asesinato de Ronald Reagan ocurrió el 30 de marzo de 1981, tan solo 70 días después de que asumiera la presidencia de los Estados Unidos.

El republicano recibió un balazo en el pecho tras ser disparado por John Hinckley a la salida de un hotel en Washington, pero un guardaespaldas logró evitar un segundo impacto empujándolo al interior del coche presidencial.

El mandatario (y exactor secundario de Hollywood) se recuperó físicamente y ganó repentina popularidad, pero en aquella acción falleció su jefe de prensa, James Brady.

Cuatro años después, se convirtió en el primer presidente que ganó la reelección con más victorias en la era moderna (49 de 50 estados).

Juan Pablo II

Juan Pablo II momentos después de recibir un tiro en el pecho. A partir del atentado el papamóvil se blindó

Juan Pablo II momentos después de recibir un tiro en el pecho. A partir del atentado el papamóvil se blindó

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El mismo año del atentado de Reagan, en 1981, el papa Juan Pablo II fue herido de bala en una plaza de San Pedro llena de fieles el 13 de mayo, tras ser apuntado a poca distancia por el turco Mehmet Ali Agca. 

Juan Pablo II se restableció físicamente y Agca fue condenado a cadena perpetua.

La Iglesia vio su salvación como un milagro —según la versión oficial, la medalla de la virgen de Fátima en el pecho desaceleró la bala— lo que convirtió al pontífice polaco en una especie de santo-mártir en vida para millones de fieles católicos.

Dos años despues del intento de "papacidio", Karol Wojtyla visitó en la cárcel a Agca para perdonarlo, lo que llevó al presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi a otorgarle la gracia del indulto. 

Pese a que un tiempo se investigó la pista búlgara, el autor material nunca reveló quiénes fueron los autores intelectuales que enviaron a matar al papa que surgió de Europa del Este que se propuso acabar con el comunismo desde los altares.

José María Aznar

El candidato a la Presidencia del Gobierno de España, el consevador José María Aznar, sufrió un atentado contra su vehículo mediante un coche-bomba por parte del grupo terrorista ETA en 1995. Pese a la gravedad del atentado, Aznar sólo tuvo una conmoción gracias a que era un coche blindado.

De hecho, el atentado fallido ocasionó el efecto contrario al que buscaban los terroristas separatistas vascos: Aznar disparó su popularidad y ganó las elecciones, convirtiéndose en el primer presidente del Gobierno español de derechas, tras la dictadura franquista y el largo “reinado” en democracia del socialista Felipe González.

Jair Bolsonaro

Jair Bolsonaro segundos despues de ser apuñalado en un mitin cuando era candidato a las elecciones de 2018, que acabó ganando

Jair Bolsonaro segundos despues de ser apuñalado en un mitin cuando era candidato a las elecciones de 2018, que acabó ganando

Archivo

En septiembre de 2018, el entonces candidato a la Presidencia de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro recibió una puñalada en un acto de campaña en Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais.

A pesar de la gravedad de sus heridas y la gran pérdida de sangre, logró sobrevivir y, al igual que le ocurriera a Aznar, el “efecto mártir” le ayudó a ganar las elecciones, si bien aquellas heridas le provocaron varias crisis de salud durante su posterior gobierno.

Cristina Kirchner

Una grabación de celular recoge el momento en que la pistola se acerca a la cara de Cristina Kirchner, sin que la entonces vicepresidenta de Argentina se percatara

Una grabación de celular recoge el momento en que la pistola se acerca a la cara de Cristina Kirchner, sin que la entonces vicepresidenta de Argentina se percatara

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El 1 de septiembre de 2022, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue objeto de un atentado fallido cerca de su domicilio en Buenos Aires, cometido por el brasileño Fernando André Sabag Montiel, quien le apuntó a tan solo veinte centímetros de su cara, sin que ella se diera cuenta.

El joven, quien luego confesaría que quiso matarla porque odiaba lo que estaba haciendo el peronismo con el pueblo, disparó en dos ocasiones pero el arma no funcionó.

Pese a la onda conmoción por lo cerca que estuvo la vicepresidenta argentina de morir asesinada ante las cámaras, el “efecto mártir” fue contraproducente por la decisión del presidente Alberto Fernández, absolutamente desproporcionada y con tinte propagandista, de declarar al día siguiente feriado nacional obligatorio para que el pueblo se manifestase masivamente en apoyo a la líder moral del peronismo. A partir de entonces la impopularidad de los dos Fernández se aceleró hasta ser expulsados del poder por el ultraderechista Javier Milei en las elecciones de noviembre de 2023.

Porfirio Díaz

Antes que todos los mencionados, el presidente de México, Porfirio Díaz, fue también víctima también de una agresión que, si bien la intención fue magnicida, el método usado —el puño de una mano— difícilmente podría haber cumplido su objetivo, como sí tuvo éxito en otras ocasiones de la historia del país, como los asesinatos de Álvaro Obregon o de Luis Donaldo Colosio.

El 16 de septiembre de 1897, mientras pasaba por la Alameda Central de la Ciudad de México para rendir honores a los héroes de la Independencia, Porfirio Díaz sufrió un atentado por parte de "un conocido borrachín de nombre Arnulfo Arroyo", según relató el cronista Jesús Rábago en Historia del gran crimen.

De entre la multitud, el anarquista Arroyo logró cruzar la barrera de uniformados y asestó un puñetazo en la cabeza del presidente, sin que le ocasionará una lesión de consideración y sin que tuviera oportunidad de seguir agrediéndole, ya que fue de inmediato apresado.

La misma noche del 16 de septiembre, Arroyo fue asesinado a puñaladas, reportándose como responsables a un grupo de personas que irrumpió en la comisaría durante la madrugada, sin aparente resistencia.

Al día siguiente, 17 de septiembre de 1897, el presidente Díaz lamentó la muerte de su agresor, ya que con su muerte por linchamiento no hubo tiempo para un interrogatorio formal para saber las causas del atentado y sobre todo el conocimiento de los autores intelectuales.