Argumento
Max Borges es un brillante director de teatro que solo necesita un empujoncito para consagrarse como uno de los grandes. Este empujón llega cuando su compañía es invitada a participar en un Festival de Teatro de Edimburgo. Pero el destino (oh, cruel destino) parece empeñado en complicarle las cosas. Afortunadamente, Borges cuenta con Elsa Soler, una ayudante con el sentido común más grande de toda la compañía teatral. Quizá, si la suerte se alía con Max y Elsa, puedan representar Macbeth con la grandeza que la obra se merece.
Macbeth y otras referencias
Mónica, una maestra en el terreno feelgood, vuelve a traer una novela cálida y deliciosa, aunque de una manera bastante curiosa si pensamos en que Sueño de una noche de teatro es, en parte, un homenaje a la obra más oscura de Shakespeare, Macbeth: desde que sea esta la obra que Max y su compañía van a representar en Edimburgo hasta las citas que encabezan los capítulos.
Pero no son estas citas las únicas referencias literarias de la novela, ya que abundan los guiños a Shakespeare (empezando por el título) y a otros autores como Esquilo, Sófocles, Molière o Víctor Hugo; incluso, la autora ha insertado autoguiños a varios de sus propios libros (como La librería del señor Livingstone). Por otro lado, también vamos a encontrar alusiones a obras del séptimo arte, como a Drácula o El halcón maltés.
He disfrutado mucho encontrando todas estas citas y referencias, y casi seguro que cualquier lector asiduo también lo hará.
El amor y la melancolía
Algo que me ha gustado de esta novela de Mónica Gutiérrez es que, aunque hay una historia de amor, no diría que es lo principal de la obra. Creo que es por esto por lo que muchas opiniones señalan que no hay química entre los personajes; para mí, no es que no haya química, sino que el desarrollo del romance no se come la novela.
He disfrutado de los personajes, tanto de los principales como de los secundarios, y de los escenarios donde transcurre la novela (Barcelona y Escocia). He disfrutado con el humor elegante de Mónica y con los temas que plantea (como la aceptación, de los errores, del paso del tiempo…). Y, sobre todo, he disfrutado de algo que no me esperaba, y que quizá no todos los lectores compartan: un cierto tono melancólico que se filtra sutilmente por la novela (por ejemplo, en esa diva que percibe los dientes de lo efímero y el mordisco de la enfermedad).
Resumiendo…
Una obra feelgood para disfrutar tranquilamente y que nos dejará con ganas de conocer la tierra de los kilts y de leer Macbeth.
Soy 0 patatero de feelgood y, en cambio, todo lo que escribe Mónica me atrapa, siempre me gusta.
Este lo compré digital, a ver si para veranito que apetecen lecturas frescas, me pongo con este.
Besos.