Por qué preocupa la ciudad futurista de Arabia Saudita - La Tercera

Por qué la ciudad futurista que se construye en Arabia Saudita preocupa a las organizaciones que velan por los Derechos Humanos

Por qué la ciudad futurista que se construye en Arabia Saudita preocupa a las organizaciones que velan por los Derechos Humanos. Foto: The Line / Neom.

Un exoficial de inteligencia aseguró que recibió órdenes para desalojar la zona, con la autorización de “uso de fuerza letal” contra quienes se resistieran.


Son $500.000 millones de dólares los que el gobierno de Arabia Saudita ha contemplado para la construcción del megaproyecto urbano llamado Neom.

Se trata de una iniciativa que es parte de su programa “Saudi Vision 2030″, el cual busca ampliar su economía y hacerla menos dependiente del petróleo.

Dentro de este plan, se considera una ciudad futurista llamada The Line, la cual prometen que será ecológica al alimentarse en su totalidad por energías renovables.

Tal como lo sugiere su nombre, esta tendrá un formato lineal y no contará con carreteras ni automóviles que puedan generar emisiones.

Pese a que el ambicioso megaproyecto ha llamado la atención a nivel internacional por sus implicancias tecnológicas y estructurales, también se han manifestado múltiples acusaciones en contra del gobierno saudita y las decenas de empresas internacionales que están trabajando en su construcción.

Por qué la ciudad futurista que se construye en Arabia Saudita preocupa a las organizaciones que velan por los Derechos Humanos. Foto: The Line / Neom.

Las acusaciones en contra del gobierno de Arabia Saudita y la dirección de Neom

Una de ellas fue realizada recientemente por el coronel Rabih Alenezi, un exoficial de inteligencia local.

En conversación con la BBC, aseguró que le ordenaron desalojar aldeanos de la tribu Huwaitat, quienes vivían en una zona del desierto por la que pasará The Line.

Según detalló, en 2020 le dijeron que eran un grupo de “muchos rebeldes” y que “quien continúe resistiéndose debería morir”.

De acuerdo a su relato, el príncipe heredero Mohamed bin Salman “autorizó el uso de la fuerza letal contra quien se quedara en su casa”.

Ese mismo año, un hombre llamado Abdul Rahim al Huwaiti, quien había compartido videos de protesta en las redes, fue acribillado durante la expulsión.

Desde el servicio de inteligencia saudí explicaron en ese entonces que él atacó a mano armada a las fuerzas de seguridad, por lo que tuvieron que abrir fuego en su contra.

No obstante, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y distintos grupos que velan por los Derechos Humanos aseguraron que la baja fue a raíz de que se resistió a irse de la zona en la que vivía.

Pese a haber recibido la orden, Alenezi dijo al citado medio que él no participó en el operativo, ya que inventó que tenía problemas de salud que se lo impedían.

Tras trabajar para la inteligencia saudita, se exilió en Reino Unido, en donde vive desde 2023.

Durante los preparativos para la construcción de The Line —que contempla 170 kilómetros de largo, 200 metros de ancho y 500 metros de alto— se han desplazado más de 6.000 personas, según datos del gobierno.

Sin embargo, desde la organización de Derechos Humanos con sede en territorio británico, ALQST, presumen que la cifra es mayor.

Por otro lado, datos de la ONU y el mencionado grupo afirman que durante los desalojos hubo al menos unos 47 detenidos.

De ese número, 40 siguen en prisión y se tiene previsto que cinco cumplan la pena de muerte, dijeron desde ALQST a la BBC.

Y aunque desde el gobierno saudita dicen que se han ofrecido compensaciones a quienes se han debido trasladar, estos últimos acusan que las cantidades pagadas son considerablemente menores que las prometidas, según representantes de ALQST.

Por su parte, dos altos ejecutivos que trabajaron en proyectos para Neom criticaron las gestiones.

Uno de ellos, Andy Wirth, relató que nunca le aclararon sus dudas relacionadas a este tópico y alegó: “Simplemente apestaba a que le habían impuesto algo terrible a esta gente (...) No puedes pisarles el cuello para avanzar”.

El segundo, Malcolm Aw, sugirió que el megaproyecto “podría ser bueno para algunas personas que cuentan con altas tecnologías que viven en esa zona, pero, ¿qué pasa con el resto?”.

Frente a las acusaciones, desde el gobierno saudita y la dirección de Neom se negaron a hacer comentarios al citado medio. Mientras tanto, el proyecto continúa su curso.

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