TELDE: Las pintadas que denuncian la "vergüenza" de los accesos al polígono de Salinetas

Las pintadas que denuncian la "vergüenza" de los accesos al polígono de Salinetas

La falta de mantenimiento ha convertido el lugar en un 'bachilandia' donde los talleres de la zona reparan cada mes decenas de vehículos

Pintadas por los baches en Salinetas

José Carlos Guerra

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto.

Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.

Un malpaís

Justo enfrente de este malpaís se encuentra El Templo WorkShop, un cumplido taller de mantenimiento y reparaciones al que van a acabar cada semana de entre seis y diez vehículos que quedan descuajaringados tras este tramo fatal. Lionel Santana explica que llegan directamente «de los baches a aquí», con patalogía en las suspensiones, ruedas reventadas o incluso con elementos del motor fuera de sitio, «el otro día llegó uno con los manguitos del agua sueltos», pero con todo, entidad menor, frente a la caída de algunos motoristas.

Lionel hace el recuento mientras no paran de pasar camiones cargados con cubas, contenedores, y también materiales peligrosos que cada vez que sortean esta falla geológica amenizan con un estruendo en tracatrán que indica que algo está a punto de destartalarse.

Un camión a punto de sortear algunos de los enormes baches que presenta el acceso al polígono industrial de Salinetas, Telde.

Un camión a punto de sortear algunos de los enormes baches que presenta el acceso al polígono industrial de Salinetas, Telde. / José Carlos Guerra

A la espera de un papel

Santana afirma que así llevan al menos un año, y que los remiendos llegan en forma de parches «para el disimulo», mientras que las pintadas ya llevan unas dos semanas en el piso con escaso resultado. En cualquier caso el propio entorno no se encuentra mucho mejor, con latas, botellas y basura. Y también con calvas del picón ornamental sobre las que se eleva un grupo de palmeras washingtonias. Fernando Mederos, conductor de camión de una gran empresa de distribución asentada en la zona, explica que en ocasiones alguien trata de rellenar con ese mismo picón estas especies de puertas a la otra dimensión, y que el único arreglo que él a visto a lo largo de los tres años que lleva trabajando en la zona fue el de un parcheo para poder celebrar una triatlón sin que los corredores acabaran abducidos en un jameo. Faena que corrió a cargo de la propia organización, según sostiene, para apuntalar que aquí «la pelota se la pasan de Juan a Pepe y de Pepe a Antonio», y de hecho ya el Cabildo de Gran Canaria sostuvo el pasado abril que estaba a la espera de que el Gobierno de Canarias le remitiera el acta de entrega de la vía para ejecutar su arreglo, algo que iba a pasar antes de que acabar ese mes, pero sin resultados a la vista.