Francisco Villa: La dualidad de un héroe y un villano revolucionario

Francisco Villa: La dualidad de un héroe y un villano revolucionario

“No crean ustedes que el que haya yo asumido esta actitud de paz, sea porque no puedo sostenerme. Villa puede sostenerse el tiempo que quiera”.
Francisco Villa

Francisco Villa: La dualidad de un héroe y un villano revolucionario (Ana Várguez)

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De Chihuahua o de Durango, el lugar de nacimiento del llamado el Centauro del Norte tiene muchas especulaciones, como casi todo en el origen de Francisco Villa. La versión oficial es que José Doroteo Arango Arámbula, nació en la hacienda de Río Grande del pueblo de San Juan del Río, Durango, el 5 de junio de 1878 en el rancho La Coyotada, como tantas familias mexicanas de la época, creció en la pobreza, malos tratos, un nacimiento lleno de pocas certezas que lo lleva demostrar a lo largo de su vida de qué estaba hecho. Entre malteadas de fresa, helados, mujeres, caballos y pistolas, ayudó a niños y niñas, a repartir maíz, logró que parte de su historia fuera conocida a través del cine, un hombre consciente de su posición y de lo que se diría de él, de México, de las injusticias de las que él se cobró a su modo, creyendo que así impartía justicia. Jugó como en un tablero de ajedrez, a través de varias posiciones, sea de peón, revolucionario, caudillo, héroe o villano.

Nació dos veces o más, tratando de reivindicar su pasado huyendo de él mismo como para evadir y olvidar sus orígenes. También murió, como vivió, en el acecho, la clandestinidad, bajo una emboscada. 

Billete emitido por Villa en su breve gobernatura de Chihuahua en 1914.

Billete emitido por Villa en su breve gobernatura de Chihuahua en 1914.ASC

¿Agustín o Luis?

Se considera como padre a Agustín Arango (hijo natural de Jesús Villa y peón en la hacienda Ciénega de Basoco), sin embargo, Adolfo Carrasco Vargas, primer cronista de Hidalgo del Parral, afirmó que la paternidad de Doroteo debería ser atribuida al dueño de la hacienda Ciénega de Basoco: Luis Fermán, un judío-alemán, como resultado de los amoríos que sostuvo con Micaela o al comportamiento conocido en aquellas épocas como ‘derecho de pernada’ (‘beneficio’ del hacendado de poder pasar la primera noche con la desposada al haberse hecho cargo de los gastos de la boda). Oficialmente, Doroteo Arango es hijo de Agustín Arango y Micaela Arámbula, el mayor de cuatro hermanos: Antonio, Hipólito, Mariana y Martina. El fallecimiento, o desaparición, de Agustín provoca la miseria para la familia, heredándoles deudas de las cuales Doroteo se hace cargo a la edad de 10 años y para saldarlas trabajó como aparcero, leñador, entre otros oficios. No tuvo acceso a educación escolar, por lo que su vida en infancia estuvo caracterizada por su relación con la adultez, como pudo ocurrir en muchos niños de esa época, y fue madurando con la conciencia de llevar dinero a casa, cuidar de sus hermanas y encauzar a sus hermanos. Un chico que miró y supo de las injusticias, que las llevó a cuestas, de ver cómo la modernización no llegaba a su ciudad, ni suficiente comida ni oportunidades, de ver la muerte a mano propia como algo natural.

La versión más aceptada es que Villa nació en el pueblo de San Juan del Río, Durango; derecha, un joven John Reed, corresponsal estadounidense autor de “México insurgente”.

La versión más aceptada es que Villa nació en el pueblo de San Juan del Río, Durango; derecha, un joven John Reed, corresponsal estadounidense autor de “México insurgente”.ASC y ALBUM

De Doroteo a Francisco y la revolución mexicana

Desde los 14 años Doroteo tuvo contacto con la ley y veía cómo evadirla. Se cuentan versiones en las que, por deudas de juegos de cartas, se orilló al robo y venta de mulas, a cometer delitos con arma blanca y por ello pisó la cárcel de Canatlán. Con este conocimiento sobre el manejo de armas, el inicio del mito y transformación oficial de Doroteo en Francisco ocurre a los 16 años en la hacienda de Santa Isabel de los Berros, cuando atenta contra la vida de Agustín López Negrete quien intentó, o logró, abusar de una de sus hermanas, Mariana, de 12 años de edad se especula que pudo haber sido el hijo del patrón de la hacienda. Ante este hecho y por defender el honor de su hermana, Doroteo huye de Durango hacia la sierra de Chihuahua como prófugo de la justicia, pues ese delito era penado duramente. Ya asentado en el monte, roba y tiene una vida como forajido. Esta historia se haría pública, y sería la oficial, años más tarde, en voz del propio Francisco I. Madero, justificando así el pasado delictivo de Pancho Villa.

Pasar de Doroteo a Francisco se piensa de diferentes maneras: pudo adoptar el apellido Villa por ser el apellido de su abuelo paterno Jesús Villa como se ha mencionado Agustín Arango fue hijo natural de Jesús Villa, o que ocurrió cuando desertó por haber sido reclutado a la fuerza por el Ejército federal, de 1901 a 1902, o que el nombre lo adoptó en su breve paso por el ejército debido a un soldado llamado Francisco Villa, quien se distinguió por su valentía. Sin embargo, la versión oficial versa en que luego del atentado contra López Negrete, Doroteo, al refugiarse en Chihuahua y no tener rumbo, para sobrevivir se une a la gavilla liderada por alguien llamado Francisco Villa, quien, a razón de una herida de bala y agonizando, nombró a Arango jefe del grupo de bandidos y así le hereda el nombre. A los 24 años Pancho Villa ya firmaba con ese seudónimo, de este modo se registra en la tienda de raya de la construcción de la plaza Juárez, donde trabajó como peón.

Aunque cambiar de nombre va más allá de una mera formalidad, es un cambio de piel y de identidad. José Doroteo quedó a la sombra, en un recuerdo, pero no en el olvido de lo que fue ese chico mexicano crecido en la pobreza, en él se forjaba un bandido “amigo de los pobres”, como menciona el periodista John Reed en su libro México insurgente, para cobrar venganza de los abusos de los ricos. Es esta contradicción la que caracterizó a Francisco Villa: un ladrón que hacía justicia por propia mano y, al mismo tiempo, un hombre sensible caracterizado por su preocupación hacia la infancia, no obstante, no le importaba que estos niños llegaran a morir en las batallas que tenían por bandera la revolución.

Izquierda, Madero se rebelaría contra el Díaz promulgando su Plan de San Luis, aquí una imagen en campaña. Decha, postal de la toma de Ciudad Juárez por fuerzas maderistas.

Izquierda, Madero se rebelaría contra el Díaz promulgando su Plan de San Luis, aquí una imagen en campaña. Derecha, postal de la toma de Ciudad Juárez por fuerzas maderistas.THE PORTAL TEXAS HISTORY y LIBRARY OF CONGRESS

En 1900 y establecido en el estado de Chihuahua, fue trabajador en la mina de El Verde, en Hidalgo del Parral, albañil y comerciante, y se plantea como objetivo luchar contra los terratenientes, quienes se enriquecieron por medio de leyes que no beneficiaban al pueblo. Es en este lugar, al estallido de la Revolución mexicana en 1910, que conoce al gobernador Abraham González, un representante del candidato presidencial Francisco I. Madero, quien se oponía al gobierno de Porfirio Díaz, presidente de aquel entonces, y quien invita al joven Villa a unirse a la revolución que estaba por estallar. Por su vida en la sierra y su innata habilidad estratégica, logra destacar como jefe en las batallas que se libran contra el Ejército federal en San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo y en Las Escobas.

Madero cristaliza y pone en papel las añoranzas de una buena parte de la sociedad de aquel entonces. La bandera del maderismo fue el Plan de San Luis, publicado el 5 de octubre de 1910 en San Antonio Texas, donde se promulga el lema: “Sufragio efectivo, no reelección”. Este manifiesto convocó al levantamiento de armas para acabar con la dictadura de Porfirio Díaz el 20 de noviembre de 1910, además de establecer elecciones libres y democráticas se comprometía a restituir a los campesinos las tierras que les habían sido arrebatadas por los hacendados y varias reformas agrarias. En este momento surge la División del Norte, grupo de guerrilleros cuya finalidad era luchar contra el gobierno de Porfirio Díaz convirtiéndose en uno de los grupos militares más importantes del país, bajo el mando de José González Salas. Por consiguiente, el Plan de San Luis fue el inicio del fin del Porfiriato, culminando con la renuncia del general Díaz y su exhilio hacia Europa en 1911. Madero triunfa poco después en las elecciones presidenciales.

Esta renovación en la política mexicana es la que guía a Villa para apoyar a la causa de Madero y de paso poder dar otra cara a su reputación como bandolero, sin embargo, no era el modus operandi al que estaba acostumbrado, y tarde que temprano, la personalidad y arrojo del Centauro de Norte saldrían a flote, pues eliminar una forma de vida que llevaba décadas no sería labor fácil para ningún presidente, héroe o caudillo. Igualmente, junto a Villa apoyaron la causa agraria Emiliano Zapata en el sur y Pascual Orozco en la toma de Ciudad Juárez.

Madero, prudente, escritor, alguien quien trabajaba desde el escritorio, no podía satisfacer los anhelos de aquellos que peleaban a caballo, de sol a sol, y con el pueblo de a pie. Así, y después de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, Madero le otorga el grado de coronel a Villa y este vuelve a la vida civil como criador de ganado y carnicero. Con estos acuerdos y teniendo de regreso cierta reputación con este nuevo gobierno, Villa sigue al lado de Madero. De modo contrario, Emiliano Zapata (en 1911) y Pascual Orozco (en 1912) desconocen la autoridad de Madero, y es Orozco quien encabeza una sublevación. Por su lado, Villa logra detener el avance de los rebeldes hacia Torreón, con lo que reafirma su lealtad hacia el presidente Madero y al gobernador Abraham González, puesto que un tiempo se consideró que Villa seguía tendiendo acuerdos en secreto con Orozco.

En la fase inicial de la revolución la lucha armada fue relativamente rápida, la toma de Ciudad Juárez sellaba el triunfo maderista; los cruentos años de la guerra estaban por venir.

En la fase inicial de la revolución la lucha armada fue relativamente rápida, la toma de Ciudad Juárez sellaba el triunfo maderista; los cruentos años de la guerra estaban por venir.Getty Images

De pretexto, un caballo

El punto de quiebre de Villa con Madero ocurre cuando este nombra a Victoriano Huerta como líder de las tropas para acabar con el alzamiento de Pascual Orozco. Huerta, apodado ‘el Chacal’ y luego ‘el Usurpador’, es considerado como uno de los personajes más siniestros en la historia la Revolución mexicana por saquear bancos e iglesias para pagarle a sus soldados a tiempo, someter a los pueblos indígenas de Yucatán y Quintana Roo, por las acciones que realizó en contra de Francisco I. Madero y el modo en el que ascendió a la Presidencia de México. 

Regresando a Villa, él ingresa en las filas de la División del Norte, aunque ahora comandadas por Victoriano Huerta. Pese a que éste lo consideraba como no leal, Villa participa en las batallas de Tlahualilo, Conejos, Escalón y Rellano, en todas con éxito, por lo que es ascendido a general brigadier honorario.

En tanto, Pancho Villa continúa su labor en el lado maderista, sin embargo, esto no duraría mucho, pues Huerta encontró el motivo perfecto para sacarlo del tablero y lo increpa al querer incautar un caballo que también era del deseo de otro oficial federal. Villa pide su salida de la División del Norte, por lo que es acusado de rebelión y ante un consejo de guerra consideran que debería ser fusilado por insubordinación, lo cual no se logró debido a la intervención de Gustavo A. Madero, hermano de Francisco I. Madero, y fue trasladado a la penitenciaría de la Ciudad de México y posteriormente a la prisión militar de Santiago Tlatelolco. En el trayecto hacia la capital, Huerta intentó aplicarle la ley fuga especie de ejecución fuera del marco de la ley, aunque sin éxito. Villa esperaba ser liberado por el presidente casi enseguida de haber pisado la cárcel, aunque no fue así; en tanto, el embajador estadounidense, Henry Lane Wilson, insiste a Madero que lo lleve a otro consejo de guerra por haber saqueado una hacienda propiedad de unos ingleses en Tlahualilo, Durango, y durante el tiempo que duró el juicio el presidente se mantuvo al margen. Para todos, lo pertinente era mantener a Villa fuera del juego político.

En este encierro es cuando se dice aprende a leer y escribir de la mano de Gildardo Magaña Cerda, defensor de la causa agraria. Para noviembre de 1912, Francisco Villa se fugó de la prisión con ayuda de Carlos Jáuregui, escribiente del juzgado de la cárcel, y logra llegar a El Paso, Texas, y es aquí donde trata de obtener la amnistía que se les concedía a los exorozquistas y cuando Madero está a punto de ceder, este es víctima del cuartelazo de Huerta en 1913. Ante el asesinato de Madero y el vicepresidente Pino Suárez, Villa regresa de Estados Unidos, encabezando la División del Norte para dirigirse a la capital para derrocar a Victoriano Huerta.

Posteriormente, Villa se une a Venustiano Carranza secretario de Guerra del gobierno maderista, quien se autodenomina Presidente de México en contra del huertismo, pero faltaría poco para que se volviera en su contra al notar que la División del Norte era siempre la encargada de liderar las misiones más peligrosas. Finalmente, se produjo la ruptura definitiva cuando uno de los generales de Carranza prohibió la entrada de los hombres de Villa y los de Zapata en Ciudad de México.

Parte del ideario de Villa es por su origen humilde y porque no surgió de las academias militares, aunque aún se habla de su leyenda negra, su papel en la historia es indiscutible.

Parte del ideario de Villa es por su origen humilde y porque no surgió de las academias militares, aunque aún se habla de su leyenda negra, su papel en la historia es indiscutible.ASC

Así inicia su vida al frente de su poderoso ejército logrando tomar en un principio Ciudad Juárez, para ese entonces su nombre empezaba a figurar en los grandes titulares de México y Estados Unidos, sin embargo, eso sólo sería una parte del otro nacimiento: la figura controversial de Francisco Villa.

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