Hacia el ocaso de la humanidad. “Genes a la carta”, de Maya G. Vinuesa

por May 11, 2024

Hacia el ocaso de la humanidad. “Genes a la carta”, de Maya G. Vinuesa

por

Maya G. Vinuesa, Genes a la carta

Universidad de León, Eolas Ediciones

203 páginas, 19,00 euros

En Genes a la carta, la escritora y traductora Maya G. Vinuesa nos sumerge en un mundo de ciencia ficción en el que se edita genéticamente a los seres humanos para potenciar sus capacidades físicas e intelectuales. Nos hallamos ante un libro de cuentos y cada uno de ellos muestra una o varias aristas del perfeccionamiento humano; asimismo, estas historias comparten un universo que interpela a los lectores, ya que la eugenesia y la bioética son temas de actualidad en las sociedades occidentales actuales. La autora gaditana ha publicado anteriormente Una habitación en Lavapiés (2018), novela en la que explora rupturas generacionales, sociales y raciales, y cuentos en distintos volúmenes colectivos como Esas que también soy yo (2019). Genes a la carta conecta de forma genealógica con la novela distópica Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley, un texto en el que, como es bien sabido, se narra el desarrollo de la tecnología reproductiva, cultivos humanos y la hipnopedia. Vinuesa abre su obre con una cita del clásico en la que, no por casualidad, se admira la belleza de la humanidad gracias a sus diversas criaturas.

Los ocho cuentos que conforman este cosmos de edición genética como vía hacia la perfección humana permiten reflexionar y cuestionar si realmente es deseable dicho anhelo social. El primero, “La ilusión de mis padres”, expone el sentimiento de estar perdido en el mundo al narrar la historia de dos hermanos, una niña y un niño, editados genéticamente en un laboratorio en el que hubo una adjudicación errónea en los embriones, por lo que no guardarían relación genética con sus padres. La autora alberga un mundo de referencias literarias que recuerda al cuento de hadas protagonizado por Hansel y Gretel y su errar por el bosque o, de forma distinta, a Frankestein buscando el cariño de su progenitor. En esta línea, “Uniformes blancos” plantea también cuestiones bioéticas respecto al hermetismo de los embriones criogenizados de los editados, mientras que “Peces azules” llama a la responsabilidad de los posibles errores, errare humanum est, lo que evidencia la peligrosidad de estas acciones y sus consecuencias en las vidas humanas de quienes lo sufren.

En un mundo de perfección, sentimientos desagradables como la tristeza, la ansiedad o la angustia desean ser evitados a toda costa por los individuos editados; sin embargo, tener un alto cociente intelectual no acaba con el miedo a sentir soledad. Esto es palpable en “Un cuerpo feliz”, cuento en el que el protagonista es un editado que acude a terapia para tratar de patentar un fármaco que reduzca el dolor y el sufrimiento para vivir en un estado de placer continuo. Deseable, ¿o no? Esta situación resulta paradójica e incoherente al vivir momentos de duelo o fracaso, ya que llorar y sufrir ante la muerte de un ser querido es sanador. En “Miyu, ginoide de compañía” y “Una pulsera de plata” se muestra, por su lado, la tesitura de abandono en que viven los ancianos, relegados a la costa de la senectud ubicada en el sur del mundo o a tener como única compañía una ginoide con nombre de persona humana. Cabría preguntarse a dónde nos llevarán como sociedad las prácticas eugenésicas, pues en “Despedir a un glaciar” se evoca el final de una humanidad abocada a su desaparición. No obstante, el último cuento, titulado “Julieta sigue viva”, resulta esperanzador. Una adolescente gravemente enferma hubiera deseado ser editada para no sufrir, pero encuentra en la literatura sentimientos que la interpelan a pesar del tiempo y la distancia en que fueron escritas las obras que lee. Los temas clásicos siguen presentes porque son inmortales, y “el amor es un tema universal”. La madre explica a la pequeña que “la vida es un regalo y tú eres única”, una oda a la vida en todas sus facetas.

Genes a la carta nos cautiva y nos transporta a un universo de ficción en el que las prácticas eugenésicas y la bioética reflejan sus claroscuros, invitando al lector a reflexionar sobre el destino al que se dirige la humanidad. Los avances científicos deberían fomentar un mundo mejor, pero no podemos perder el rumbo y olvidar lo que nos hace humanos.