Como viene haciendo la Fundación Internacional Ernesto Cardenal, desde hace tres años, constituida tras el fallecimiento de la figura del poeta, sacerdote, teólogo y escultor nicaragüense, siguiendo los fundamentos de la misma en cuanto al desarrollo de actividades culturales del ámbito académico y literario y promoción de los derechos humanos, ha concedido este año sus premios en reconocimiento a la obra y la figura de personalidades distinguidas de las letras, las humanidades, la concordia y los derechos humanos. De esta manera, se ha concedido el Premio Ernesto Cardenal de Literatura a la escritora franco-mexicana Elena Poniatowska, y el  Premio Ernesto Cardenal de la Concordia y los Derechos Humanos al escritor, filántropo y empresario argentino Alejandro G. Roemmers. La entrega, ha estado presidida por la Presidenta del Consejo de Estado, Doña Carmen Calvo, y el vicepresidente y director de la Fundación Internacional Ernesto Cardenal Don Óscar de Baltodano. No faltaron representantes de las más importantes Instituciones, como el Secretario de estado de Cultura Jordi Marí, y Jorge Abascal, Agregado Cultural de la Embajada de México, que recibió el premio en nombre de Poinatowska que, ante la imposibilidad de viajar por cuestiones de salud, entró en el acto con un emotivo mensaje. Al terminar la entrega, el pintor Luis Moro, Premio de las Artes Plásticas de castilla León, realizó un pequeño homenaje visual sobre los libros de autor y su interpretación de la obra de Poniatowska, de quien es gran amigo y colaborador.

Estas actividades conforman parte del ejercicio de reconocer en otros, como predicaba Ernesto Cardenal, los valores literarios, humanos y de excelencia que habían de hacernos crecer junto con los demás. Actividades que encaran las conmemoraciones del centenario del nacimiento del autor centroamericano, una de las figuras más importantes del pasado S XX y el comienzo del XXI en literatura, teología y humanidades. Distinciones que antes han recaído en personalidades del arte, la cultura y la labor humanitaria como el Padre Ángel, en la categoría de la Concordia y derechos Humanos, que lleva sólo dos ediciones, o el cineasta Pedro Almodóvar y la académica Luce López-Baralt, en la categoría literaria, que cumple con esta tres ediciones. Lo premios se han otorgado dentro del marco de la Biblioteca Nacional, el jueves 16 de mayo de 2024.

Sobre los premiados, hay que decir, brevemente, que Elena Poniatowska es una reconocida escritora y periodista franco-mexicana, cuya obra resulta clave para entender la historia de México en la segunda mitad del siglo XX. Poniatowska es también un ejemplo de feminismo moderno, habiendo rescatado del olvido a escritoras clásicas siguiendo su máxima: “El mayor acto de feminismo es hablar de otras mujeres”. Prueba de esta máxima, son obras emblemáticas como “Leonora” que fue Premio de Novela Biblioteca Breve de Seix barral, y que desgrana la tormentosa y apasionada vida de la pintora surrealista Leonora Carrington, o la novela que le abrió las puertas del reconocimiento de las letras hispanoamericanas, Hasta no verte, Jesús mío, sobre la vida de Jesusa Palancares, una de las mujeres más emblemáticas de América.  La autora ha sido reconocida, entre otros muchos galardones, con el Premio Cervantes en el año 2013, y ha establecido relaciones de colaboración y debate crítico con grandes figuras como la propia Leonora Carrington, Octavio Paz o Álvaro Mutis, cuyas nutridas correspondencias han sido publicadas. Su enorme aportación a las letras hispanoamericanas, tanto en poesía, ensayo, novela como en el debate sobre la lengua y la literatura, la han hecho valedora del Premio Ernesto Cardenal de Literatura. Alejandro G. Roemmers, es un reconocido empresario que llevó el debate de la necesidad de humanizar la empresa a la realidad. Se preocupó en ayudar a crecer y a mejorar la vida de sus trabajadores, así como de involucrarse en la necesidad de que la empresa se ocupara de no generar impactos en el medio ambiente cuando aún nadie hablaba de esto, de las huellas ecológicas y climáticas, ni de las responsabilidades Sociales corporativas, ya a principio de los 80.  Poeta, narrador, dramaturgo y compositor argentino cuyo libro El regreso del joven príncipe, que ha sido un éxito internacional, y ahora su continuación El joven príncipe señala el camino, son dos obras señeras de su producción, que en la estala de los valores del humanismo cristiano, en la estela del Principito de Atoine de Saint-Exupéry, trasluce su pensamiento más comprometido y pedagógico por un mundo en el que pone sus esperanza de cambio en las generaciones más jóvenes.  Es su labor filantrópica la que se ha visto reconocida en estos premios, como ya lo fuera el pasado año con el Premio San Francesco en la Pontificia Universidad Antonianum. Su cercanía con el papa Francisco ha influido en poner la ecología en el centro de las preocupaciones, así como en el mensaje de acogimiento de las afectividades LGTIBI+ dentro del mensaje de amor de la Iglesia actual de este Pontífice.  Son muchas las causas en las que colabora con distintas ONGS, instituciones y organismo que van desde la obra de Fray Jorge Bender en Mozambique al hogar de Nazareth en el Amazonas peruano, y una especial dedicación a la asistencia alimentaria en las periferias más pobres de la Argentina. Por todos estos méritos, que abarcan la transversalidad de las humanidades, la filantropía y su acción más práctica por mejorar y enriquecer las vidas de muchas personas, se ha hecho valedor de este  Premio Ernesto Cardenal de la Concordia y los Derechos Humanos.

El acto, en el que no faltaron ninguna de las representaciones institucionales del estado, la Comunidad de Madrid o el Ayuntamiento, bien en la mesa presidencial, o bien en el público, como el caso de la diputada por la Asamblea de Madrid y artista plástica, Marta Marbán de Frutos, consolida estos premios como un referente de excelencia en el panorama intelectual internacional y de nuestro país. En el auditorio completo de la Biblioteca nacional de España, representantes de la cultura, el arte, la política, la sociedad civil y los medios, como los poetas Jorge Pozo Soriano, Sandra Camille Bruno, o Alberto Luis Collantes; la actriz Victoria Vera; los periodistas Amelia Castilla, Luis Magán, Beatriz Pérez-Aranda o Josefina Grosso; el vicepresidente de la Cátedra Vargas Llosa, Álvaro Vargas Llosa; los secretarios de la Fundación Libertad y de la Cátedra Vargas Llosa, Gerardo Bongiovani y Edgardo Ronda, respectivamente; el Vizconde de Amaya, Hernando de Orellana Pizarro, presidente de la Fundación Obra Pía de los Pizarros; Manuel de Morales y de Borbón y Carla Royo Villanova,, los escritores Alejandro Sanz y Asunción García, presidentes de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre; la escritora y directora de cine Irene Zoe Alameda, o el Padre Ángel, entre otros.   Precedido por una mesa redonda en la Universidad Pontificia de Comillas, dentro de la Cátedra Iberdrola dirigida por el Doctor José Luis Fernández Fernández, y la participación de Elisa Yarte Fernández-Escandón, responsable de Patrocinios de Iberdrola, Severiano Solana, director general de estrategia y sostenibilidad de Caixabank, el director General de la Fundación Ernesto Cardenal, Óscar de Baltodano, y el empresario y escritor Alejandro G. Roemmers. En esa mesa previa se habló de cultura, humanidades y responsabilidad Social Corporativa, con gran afluencia de público, como la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, la filósofa y escritora Carmen Guaita, el escritor e hijo del poeta Luis Rosales, creador de Cuadernos Hispanoamericanos, y de los Centros de Cultura Hispánica de toda Hispanoamérica, así como un nutrido grupo de alumnos del Instituto de Enseñanza secundaria José Ortega y Gasset para altas capacitaciones, de la mano de sus profesoras, en especial de la poeta y docente Conchy Blesa, entre otros.  Estos premios ya referenciales, cita obligada de la cultura y la sociedad civil en Madrid, aúnan cultura, creación y humanidades, en ese concepto tan necesario contra los egos desmedidos que es el de concordia: poner un corazón en sintonía sobre otro corazón. Carmen Calvo, en un magnífico discurso que cerraba el acto, incidía en cómo “en un mundo violento como en el que vivimos, era fundamental la figura de los poetas, por eso se les premiaba en este acto, como referentes éticos y humanos”. O como diría el propio Ernesto Cardenal, “la poesía es un acto de amor”, y  “El amor es saber que uno ya no es uno sino dos, y que uno es incompleto sin la persona amada. Y es no sólo estar pensando todo el tiempo en la persona amada, sino sentir que ya no puede estar separado.”