Nota de Lisandro Alonso sobre ‘Eureka’ – ATALANTE

Nota de Lisandro Alonso sobre ‘Eureka’

«Veo a las aves como portadoras de algún tipo de sabiduría desconocida para los humanos, milenaria y misteriosa. Algunas aves pueden volar hasta 12 días sin tocar el suelo. Doce días enteros, sin comer; durmiendo y soñando con imágenes cargadas de enigmas. Imágenes fantásticas sin conexión alguna, en las que los sueños duran poco, en las que se sueña solo unos minutos cada vez» (Lisandro Alonso)

Lisandro Alonso. © Foto: Miguel Ángel Rebollo

Ha pasado algún tiempo desde que hice mi última película. He estado ocupado con otras cosas, algunas más importantes que otras. Sin embargo, últimamente he empezado a pensar en la película que me gustaría hacer ahora, y en las personas de las que me gustaría rodearme durante un tiempo, las que me acompañarán en otra aventura cinematográfica, que sin duda nos llevará a lugares indeterminados.

He leído mucho sobre diferentes reservas de nativos originarios de Estados Unidos, especialmente sobre un lugar en particular llamado Pine Ridge, en Dakota del Sur, donde pasé unos meses en el año 2017. En la reserva, los números no favorecen a la gente. Y solo hay 23 policías disponibles para cubrir las necesidades de 50.000 habitantes nativos. Pero la gente decide vivir allí y luchar por su supervivencia a pesar de la falta de interés, e incluso el desdén, de otros estadounidenses, de otras culturas más jóvenes.

También me han interesado los pájaros, su vuelo y su libertad. La forma como migran de un lugar a otro, sin preocuparse de fronteras, aduanas o cuentas bancarias. Y a pesar de que el cambio climático afecta cada día más directamente a las aves, eso no les impide migrar ni seguir reproduciéndose. Veo a las aves como portadoras de algún tipo de sabiduría desconocida para los humanos, milenaria y misteriosa. Algunas aves pueden volar hasta 12 días sin tocar el suelo. Doce días enteros, sin comer; durmiendo y soñando con imágenes cargadas de enigmas. Imágenes fantásticas sin conexión alguna, en las que los sueños duran poco, en las que se sueña solo unos minutos cada vez.

Quiero establecer conexiones entre el paso del tiempo y las diferentes culturas que han habitado América desde el inicio, desde antes de la colonización. Algunas han perdido la conexión con sus descendientes directos a la hora de comprender su forma de estar en el mundo, otras comparten un vínculo directo. Quiero comparar a las tribus indígenas de Norteamérica con las que viven cerca del Amazonas, lejos de la modernidad, con la esperanza de mantener vivas sus tradiciones ancestrales. Viajaremos a la selva para conocer a gente y ofrecerle trabajo de actor. Trabajar con ellos de igual a igual sería un sueño hecho realidad.

Quiero perderme en la selva con ellos y mi equipo. Quiero reír y trabajar, y sentirme observado por los pájaros y los animales que viven entre esos árboles, y viajar por esos ríos donde quizá vean a gente que, tras un duro día de trabajo, encuentra un poco de oro -como se lleva haciendo desde los días en que comenzaron esas actividades de búsqueda de oro- sin maquinaria pesada y sin ayuda, solo con el deseo de hacerse rico rápidamente.

Por último, la razón por la que me interesa hacer esta película es porque creo que es una película que aún no ha hecho nadie. No estaría de más mostrar -y dejarme llevar por- la belleza y la oscuridad de América, de la gente que la habita y de la gente que la daña.

Otras noticias

    Lisandro Alonso, director argentino al que admiraba por películas como La libertad o Los muertos, contó conmigo para su primer trabajo rodado en España. Planificó la película en tres capítulos rodados por tramos; había comenzado con el final en México, ...
    «¿Es mejor vivir bajo un árbol viendo cómo cambia la luz a lo largo del día o ser una pieza del engranaje de la civilización occidental? Lo que está claro es que esta película cuestiona nuestra noción misma de progreso. ...