Puerta de Europa: las torres inclinadas que se convirtieron en icono de Madrid | Crea Madrid Nuevo Norte

Puerta de Europa: las torres inclinadas que se convirtieron en icono de Madrid

  • Madrid
  • Con una altura de 115 metros, el rompedor aspecto de los dos rascacielos más reconocibles del skyline de Madrid se ideó para simbolizar una puerta que abre Madrid al mundo.
  • Su presencia y singularidad son tan notables que se han convertido en una parte imprescindible de la imagen urbana de la capital y de la cultura popular madrileña.

Uno de los puntos históricos de entrada o salida de la ciudad de Madrid tiene como protagonistas a dos torres que llaman la atención desde el momento en que se empiezan a divisar. Más allá de su altura, su dimensión o sus colores, lo que sorprende y capta la mirada de quien las vea por primera vez es su singular inclinación, que se antoja casi imposible. Aunque popularmente son aún conocidas como Torres KIO –ya que fueron promovidas allá por 1990 por el grupo de construcción Kuwait Investments Office–, su nombre real es Puerta de Europa, y se han convertido en todo un icono arquitectónico de la capital. De hecho, gestionadas de forma independiente, hoy son Torre Realia (The Icon) la situada d en la acera de los pares de la Castellana, y Torre Caixabank la de los impares. Independientemente de cómo los llamemos, estos edificios ubicados en la plaza de Castilla, las dos torres gemelas más famosas de Madrid guardan muchas más sorpresas. Fueron los primeros rascacielos del mundo construidos inclinados de manera voluntaria–La Torre de Pisa, por ejemplo, no cuenta, pues por más que nos cueste imaginarla enderezada, no fue pensada así desde el principio–.

Las dos torres, simétricas con respecto al eje del Paseo de la Castellana, forman, según define la web del Ayuntamiento de Madrid, una especie de puerta futurista que desafía las leyes de la gravedad. Esta idea estaba desde su origen, buscando romper con el concepto convencional de diseño. Tanto es así que uno de los arquitectos que la idearon, el estadounidense Philip Johnson, adscrito por entonces al atrevido movimiento postmodern apuntó antes de su construcción que había que «acabar con el ángulo recto si no nos queremos morir del aburrimiento». Así que, junto a su discípulo John Burgee, se puso manos a la obra en una hazaña que se inició en 1990 y finalizó en otoño de 1995.

Según contaba en su día la publicación especializada “Informes de la Construcción”, esa inclinación del 14,3% se consiguió gracias a un conjunto de estrategias combinadas. El entramado de acero estructural está unido a un núcleo central, una caja prismática de hormigón que alberga las escaleras y los ascensores. La rigidez del conjunto se refuerza aún más por las formas triangulares que crean las aspas visibles en ambas fachadas, que se convierten así en elementos estructurales clave, más allá de su función decorativa.

Además, para contrarrestar la inclinación de la parte superior, idearon un sistema de cables que une la parte alta con un contrapeso subterráneo de 14.400 toneladas ubicado en el lado contrario, lo que ayuda al edificio a mantener su verticalidad.

Puerta de Europa en Madrid (Torres Kio), las torres que se convirtieron en icono de Madrid.

Puerta de Europa, plaza de Castilla, Madrid. Arquitectos: Philip Johnson y John Burgee, 1990-1995.

Otras curiosidades de la Puerta de Europa de Madrid

Las fachadas de los dos rascacielos más reconocibles del skyline de Madrid están compuestos únicamente por acero y cristal y tienen una altura de 115 metros. Las fachadas de los edificios presentan un diseño en el que se combinan vidrio, aluminio y acero inoxidable. El arquitecto John Burgee planeaba que el granito rosa de Porriño fuese protagonista en la imagen de las construcciones, pero esta idea se desechó por el exceso de peso que supondría. Al final, otro tipo de granito, esta vez madrileño, se usó exclusivamente para los acabados interiores y para la urbanización de las plazas de acceso a las torres.

Con una base de 35 metros de lado, cada una de las 27 plantas cuenta con una superficie de unos 1.170 metros cuadrados. La mayoría de las plantas están destinadas a oficinas y el resto son tres sótanos, planta baja y entreplanta para instalaciones. Lo curioso de todas ellas es que no hay ninguna igual a otra: debido a su inclinación, todas y cada una de las plantas tienen una distribución única, ya que los límites del espacio son diferentes en cada altura respecto al núcleo central.

La inclinación también hace que sea imposible que todos los ascensores lleguen a todas las plantas. Al ascender verticalmente, cuatro de los ocho con los que cuentan las dos torres gemelas llegan solo hasta la decimotercera planta y los otros cuatro, hasta la 24.ª.

Aparte de todo ello, los dos rascacielos no son realmente gemelos idénticos: más allá de los logos de CaixaBank y Realia que lucen en sus costados –empresas que hoy en día son las propietarias de cada uno de los edificios–, se diferencian también por el color del helipuerto que tienen en su azotea: la torre oeste, conocida con el nombre de Torre Europa I, lo tiene pintado de azul y la otra, la Torre Europa II, de rojo.

Puerta de Europa en Madrid (Torres Kio), las torres que se convirtieron en icono de Madrid.

Puerta de Europa en la cultura popular

Su relevancia en la ciudad de Madrid ha hecho que sea protagonista en diferentes disciplinas artísticas. Su silueta quedó inmortalizada en películas muy populares, como El día de la bestia, cinta en la que el cineasta Álex de la Iglesia hizo nacer a Satanás en unas torres inclinadas todavía en construcción. Otros famosos directores como Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar y Mariano Barroso también les han dado protagonismo en Carne Trémula, Abre los ojos y Éxtasis, respectivamente.

Las torres simétricas más famosas del skyline de la Comunidad de Madrid también fueron el escenario del videoclip de C. Tangana Los chikos de Madriz, y la inspiración de artistas como José Manuel Ballester que, en la pintura Torres Kio, Puerta de Europa, que las recreó cuando aún estaban en construcción.

Pero, más allá de las grandes artes, las torres han quedado unidas indisolublemente a la imagen del skyline de Madrid, y no hay representación del perfil urbano capitalino que no las incorpore en un lugar destacado, como elemento diferencial de la ciudad.

14 mayo 2024

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Madrid Nuevo Norte


14 mayo 2024

por Madrid Nuevo Norte