Del cabreo de Antonio Gala al rechazo de Victoria Abril: 10 curiosidades de 'La pasión turca' en su aniversario

Mientras escribía el guion de 'La pasión turca', Vicente Aranda tenía en la cabeza a una de sus musas: Victoria Abril, con la que ya había trabajado en 'La muchacha de las bragas de oro', 'Tiempo de silencio', 'El Lute', 'Si te dicen que caí', 'Los jinetes del alba' o la excelente 'Amantes'. Sin embargo, la actriz tuvo que rechazar el proyecto, ya que se encontraba en Estados Unidos rodando 'Jimmy Hollywood', a las órdenes de Barry Levinson y junto a Joe Pesci y Christian Slater.

“A mí, Desideria me parece más clara con Ana, es más representativa de ese personaje de provinciana que puede ocultar un mister Hyde en su seno. Ana es materia más apropiada que Victoria para esto”, explicaba después el director en una entrevista con FOTOGRAMAS durante una visita al rodaje. Era la primera vez que trabajaban juntos, aunque “me llamó hace muchos años para rodar 'El cadáver exquisito', pero entonces yo preferí hacer la Doña Inés del Tenorio”, nos confesaba la actriz, que asegura que tardó en aceptar el personaje dos horas, el tiempo que le llevó leer el guion.

“Con Vicente no hay problemas. Estoy dispuesta a seguirlo hasta donde sea porque hay formas y formas de hacer las cosas y Vicente le echa pasión a todo lo que hace, le gusta escarbar en las emociones”, nos contaba Ana Belén en pleno rodaje de 'La pasión turca'.

El cineasta, tras 'El amante bilingüe' y la mítica escena del pañuelo de 'Amantes', quería cerrar con 'La pasión turca' su etapa más erótica. “Hemos rodado ya un polvo en un autobús vacío (con gente alrededor), que eso ya es singular…”, le contaba Aranda a nuestro compañero Antonio Weinrichter refiriéndose a una de las secuencias más icónicas de la cinta y que rodaron en las inmediaciones de la famosa Cisterna de Yerebatán.

Otra curiosidad: las escenas eróticas que transcurrían en la cama se rodaban con el mueble en posición vertical, algo muy común en su cine.

Aranda, sin embargo, no quería que se le encasillara en este género, de hecho, su idea era redirigir su carrera hacia un lugar más 'épico', algo que llevó a cabo con títulos como 'Libertarias', 'Juana la Loca', 'Carmen' o 'Tirante el Blanco': “Al no poder competir con las películas de madrugada de Canal +, ya no sé qué hacer”.

Tanto Ana Belén como Georges Corraface se tomaron las escenas de sexo con calma y humor. “El ayudante de dirección me pasó el guion y, a veces, la única escritura era: 'Desideria y Yamam copulan'. Páginas y páginas…”, recuerda la actriz. Y añade que se pasaron el rodaje partiéndose de risa.

No todos los pasajes del libro están presentes en la película. “Ha habido cosas que he cambiado porque el guion lo escribí partiendo del libro, antes de conocer Turquía”, nos contaba Aranda en una entrevista. “Había una escena en la que una vieja practica un aborto masticando una sustancia, una especie de baba verde… Pero luego encontré absurdo dar esta imagen sórdida cuando la realidad es que el aborto está legalizado en Turquía”.

A pesar de que, tan solo un par de meses antes, había estallado una bomba en el Gran Bazar que acabó con la vida de dos personas, uno de ellos español, Aranda aseguró que todo transcurrió con normalidad: “No ha habido dificultades ni ambiente extraño, como he leído por algún lado. Eso es erróneo, falaz y falso porque Estambul es una ciudad muy tranquila: a mí me parece mucho más segura que Madrid o Barcelona. Por parte oficial, he recibido alguna recomendación, que luego he seguido o no. El único temor que hay por parte del equipo turco es que el film muestre aspectos que pueden ser exóticos en exceso porque ellos tienen una clara vocación occidental”.

Más adelante se supo que, en realidad, sí que hubieron amenazas de muerte de las que el director no se enteró gracias, entre otras cosas, a que rodó con un equipo de protección de 50 policías.

El único recelo con el que se topó el equipo de la película al llegar a Estambul fue el que los ciudadanos tienen aún con 'El expreso de medianoche', dirigida por Alan Parker en 1978 y en la que, según ellos, los turcos eran considerados los malos. “Les hizo daño porque ellos tienen una clara vocación occidental”.

Desideria no existió solo en la ficción… Aunque él nunca lo ha confirmado, se rumoreó que Antonio Gala se inspiró en una mujer de Lérida que todavía seguía en Estambul y a la que incluso llegaron a localizar, aunque no lograron hablar con ella.

Uno de los aspectos más controvertidos de la adaptación cinematográfica fue su final. En la novela de Antonio Gala, Desideria acaba suicidándose. Y, aunque Vicente Aranda también rodó ese desenlace, finalmente decidió incluir en el montaje final otro en el que la protagonista abandona Estambul y a Yamam para continuar con su vida.

Este fue solo uno de los temas que enfrentaron al director con el escritor que, tras asegurar que prefería que dirigiera la película Mario Camus, participó muy poco en el guion y no se mostró nada de acuerdo con el resultado final. De hecho, definió la película como “una historia de cama y encoñamiento superficial que nada tiene que ver con mi novela”.

Ana Belén, gran amiga del escritor, aseguró que aunque “sabía que el guion no le había gustado nada a Gala, cuando vio la película me dijo: 'No podría imaginar una Desi mejor que tú'. Viví un día una de esas situaciones raras: en la televisión, en medio de Vicente y Gala. Se cortaban la tensión y la incomodidad”.