Patricia López Arnaiz, heroína vengativa en ‘Nina’: “No solo están los hombres que ejercen violencia sobre las mujeres, sino la sociedad que lo permite” - Infobae

Patricia López Arnaiz, heroína vengativa en ‘Nina’: “No solo están los hombres que ejercen violencia sobre las mujeres, sino la sociedad que lo permite”

La actriz protagoniza la nueva película de Andrea Jaurrieta, un potente thriller en el que una mujer busca cerrar las heridas del pasado

Compartir
Compartir articulo
Patricia López Arnaiz, actriz protagonista de'Nina'.

Patricia López Arnaiz se ha ganado a pulso ser una de las mejores actrices de su generación. Desde su aparición en La peste, la serie de Alberto Rodríguez para Movistar Plus+, no ha parado de concatenar proyectos donde ha podido demostrar su versatilidad.

De El árbol de la sangre, de Julio Medem; a La hija, de Manuel Martín Cuenca; de la serie Intimidad, de Netflix, a la multipremiada 20.000 especies de abejas. Pasando, por supuesto, por Ane, de David Pérez Sañudo, gracias a la que ganó el Goya a la Mejor Actriz.

Te puede interesar: ‘Víctima imperfecta’, la película en la que la reparación prima a la justicia: “Puedes haber sido acosada y convertirte en el peor verdugo”

Acaba de rodar la nueva película de Pilar Palomero, Los destellos y ahora estrena Nina, en la que se convierte en una de las protagonistas más icónicas del cine español de los últimos años gracias a un look arrebatador que bebe de las grandes heroínas del cine clásico: vestida de rojo sangre y con una escopeta buscando venganza por el daño que le hizo un hombre cuando era tan solo una niña.

Tráiler 'Nina'

¿Qué pensó cuando recibió el guion de Nina, tan diferente a todo lo que se hace en el cine español?

Pues pensé que tenía mucha suerte de que hubieran pensado en mí para este papel, porque además, como dices, era un proyecto muy diferente. Por un lado, está esa elección del código, del wéstern, que es un género que aquí prácticamente no se practica. Y, después, estaba el atractivo estético, la originalidad de la directora, Andrea Jaurrieta, para crear un imaginario propio.

¿Se veía empuñando una escopeta?

Y tanto (ríe). Además, me parecía muy interesante investigar dentro de ese código cinematográfico. La idea del wéstern no solo como imagen, sino también humana. No es solo una tía fuerte y dura que encañona con un arma, sino una mujer de carne y hueso con una herida enorme que siente ese impulso porque se encuentra en una crisis total.

Te puede interesar: El documental que desmitifica a Marisol y reivindica a Pepa Flores: “Fue viral cuando no existía el término, la ‘influencer’ del franquismo que renegó él”

La violencia sexual y la cultura del silencio

Patricia López Arnaiz en 'Nina', de Andrea Jaurrieta. (BTeam)
Patricia López Arnaiz en 'Nina', de Andrea Jaurrieta. (BTeam)

En los últimos tiempos, tanto en el cine como en la literatura, se están empezando a abordar problemáticas que, hasta el momento, habían permanecido silenciadas, y casi todas tienen que ver con los abusos a las mujeres.

Yo creo que estos nuevos relatos ponen por fin el foco donde tenían que ponerlo, no en los hombres, sino en las mujeres. Como cualquier problemática, hay que poner luz en ella y también hace falta tener una serie de herramientas. Venimos de una sociedad en la que hay una cultura de violencia normalizada, contra las mujeres y contra los menores. Así que es necesario iluminar aquello que estaba en la sombra, escondido. Pero para ello, es necesario hablar de la manera correcta, reconocer cuáles son esas violencias y no reproducirlas. Cada vez tenemos más herramientas para nombrar las cosas, para saber reconocer estas violencias. Y eso también tiene que ver con cómo se comunican a través de los medios. Hay un libro muy interesante al respecto, que se llama Microfísica sexista del poder, de Nerea Barjola, que habla precisamente de todo esto, de cómo se genera violencia desde los medios de comunicación y nuevos terrores en las mujeres.

Una de las cosas de las que habla la película es de la cultura del silencio. Todo el mundo en el pueblo sabía lo que había pasado, que un adulto había seducido a una niña, y decidieron callar.

Creo que es una metáfora de la propia sociedad, ¿no? Culturalmente, todas esas violencias están extendidas como una red en todo el cuerpo social, y en la película queríamos hablar de eso, de que se trata de algo estructural. No solo está el monstruo, sino la sociedad que le permite actuar con total impunidad. Y ese silencio, esa normalización de la violencia por parte de los que le rodean, no deja de ser otro tipo de violencia sexual, también.

'Nina', de Andrea Jaurrieta
'Nina', de Andrea Jaurrieta

La película se fracciona en dos tiempos que corresponden al pasado, marcado por la inocencia que aporta Aina Picardo, y al presente desgarrado que encarna usted en la edad adulta.

Cuando llegó el momento de juntarnos a ambas en los ensayos, me di cuenta de que ella tenía una visión del personaje que correspondía con su edad, así que decidí no contarle cómo iba a enfocar el papel desde mi perspectiva, porque le hubiera quitado algo de magia a todo el proceso. Ella es una adolescente enamorada, ilusionada, repleta de inocencia y esperanza, con un horizonte repleto de posibilidades. En cambio, yo simbolízala el derrumbe, la herida y la apisonadora de la vida. Era mejor que esa niña se mantuviera al margen de ese futuro tan destructor. Lo bonito es que se estableció una conexión muy fuerte entre nosotras y nos hicimos muy amigas.

La directora nos hablaba de que sus referentes a la hora de abordar el personaje fueron John Wayne y Joan Crawford. ¿Manejó estos referentes?

Yo cogí sus referentes, claro, porque voy echando al saco todo lo que me permita nutrirme para el personaje, pero la verdad es que no fui consciente de ello a la hora de hacer el trabajo. Yo creo que estaban más en Andrea y que ella, a la hora de dirigir, me llevaba a ciertos sitios que tenían que ver con estos referentes. Por ejemplo, hay dos planos que son un homenaje explícito a Johnny Guitar y Duelo al sol. Son muy oníricos y surrealistas y, de repente, son cosas que disfrutas mucho, porque tienen una carga simbólica muy potente.