Un teólogo y experto en sectas: "Las monjas clarisas están viviendo una realidad como la de los terraplanistas o los que creen que nos gobiernan reptilianos" - Información

Entrevista

Un teólogo y experto en sectas: "Las monjas clarisas están viviendo una realidad como la de los terraplanistas o los que creen que nos gobiernan reptilianos"

Luis Santamaría, uno de los mayores expertos en sectas que hay en España, asegura que las religiosas de Belorado (Burgos) son víctimas de una persuasión coercitiva, "un abuso emocional, espiritual y psicológico" 

Luis Santamaría del Río, en Madrid.

Luis Santamaría del Río, en Madrid.

Olga Pereda

Licenciado en Teología y exsacerdote, Luis Santamaría del Río (Zamora, 1982) es uno de los mayores expertos en sectas, a las que lleva investigando más de dos décadas. Miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) ha publicado los libros 'Esoterismo, sectas, nueva era', 'Religión y sectas en el mundo actual', Santamaría del Río atiende a El Periódico de Cataluña, del mismo grupo editorial, tras el conflicto originado con una congregación de monjas clarisas de Belorado (Burgos) que, atraídas por un gurú, han roto con el Vaticano.

El gurú de las religiosas es Pablo de Rojas, excomulgado en 2021 por la Iglesia católica tras fundar, en 2005, una organización llamada Pía Unión de San Pablo. El último libro de Santamaría, ‘A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España’, la incluye como uno de los 99 grupos coercitivos que tienen origen o apariencia católica.

¿Es la Pía Unión de San Pablo una secta? 

No hay un catálogo oficial de sectas, no lo puede haber en un sistema democrático. Los investigadores hablamos de sectas cuando cumplen determinados requisitos. ¿Es la Pía Unión de San Pablo una secta? Sí, si consideramos la secta como un grupo social depredador que practica el mimetismo y el señuelo. Capta adeptos aparentando ser una realidad católica y presentándose como la única posibilidad de salvación de un catolicismo degenerado.

De Rojas se ve a sí mismo como un obispo. Y su segundo, José Ceacero, expresidente de la asociación que agrupa a los barman de Vizcaya y actual portavoz de las monjas de Belorado, va vestido como un sacerdote. ¿Pertenecen a la Iglesia católica? 

No. La situación de De Rojas es de excomunión. Por sus propias decisiones vitales y recibir falsamente los sacramentos, está fuera de la Iglesia católica. De hecho, para la Iglesia católica son laicos. Los títulos nobiliarios de los que presume De Rojas, duque imperial y grande de España, también son inventados.

¿Qué cree que les ha pasado a las monjas clarisas? 

Es un caso muy significativo de influencia de una secta que ha llegado a manipular a una comunidad religiosa entera. Lo ha hecho a través de la abadesa, sor Isabel de la Trinidad. Estoy convencido de que ha habido simbiosis de manipulación, De Rojas desde fuera y la abadesa, desde dentro. Por lo que muchas personas están comentando, la forma de ejercer la autoridad de sor Isabel incluiría abuso de poder. Escuchándola me pregunto hasta qué punto el detonante ha sido la influencia de Rojas o la propia personalidad de la abadesa, que ha querido servirse de la secta para dar el portazo a la Iglesia católica y arrastrar con ella a toda la comunidad, que tiene voto de obediencia.

¿Podemos hablar de persuasión coercitiva? 

Sí, claro. Hay una estrategia de abuso emocional, espiritual y psicológico. Las declaraciones de las monjas me recuerdan mucho a las palabras de los adeptos de las sectas cuando se enfrentan a su familia o una persona externa al grupo. Lo mismo que pasó con Patricia Aguilar, secuestrada en Perú por una secta. Ella decía que estaba libre y que su familia era malvada. Lo que ha pasado con las monjas clarisas es que se han aprovechado de unos factores de vulnerabilidad, que no dependen de la formación ni la madurez, que la tienen, sino de vivir un momento de desilusión.

Y de apuros económicos. Se dedican a vender repostería, pero no tienen dinero para comprar el monasterio de Orduña (Vizcaya), donde quieren vivir.

 Sí, también. Y otro factor importante es internet como espacio en el que se difunden ideas conspiratorias, también en el catolicismo. En algunas personas críticas con el Papa Francisco están haciendo mella la influencia de fanáticos de corte tradicionalista que están polarizando el debate.

De Rojas defiende el franquismo. 

En el lote va el apoyo a sistemas totalitarios y la nostalgia de una Iglesia del pasado enfrentada al resto del mundo. Consiguen la fe como una ideología, para ellos la fe no es una forma de ver el mundo desde una relación con Dios sino una ideología casi política defendida con fanatismo. Se creen poseedores de una fe única y absoluta. Es imposible el diálogo.

¿Y con las monjas? ¿Es posible el diálogo? 

Ahora mismo están vigiladas y controladas por Pablo de Rojas y su mano derecha, José Ceacero. Por ahora no es posible el acercamiento. Están condicionadas por un adoctrinamiento, se creen católicas despiertas frente a una Iglesia satánica. El diálogo racional es difícil. La realidad que están viviendo es como la de los terraplanistas o los que creen que nos gobiernan reptilianos.

De una secta se sale, pero se sale mal. 

Es posible salir, pero es difícil y duro. Hace falta mucho tiempo, cariño y apoyo profesional. La persona ha sufrido un proceso de manipulación. No solo se tiene que restaurar personalmente sino perdonarse lo que hay hecho superar el trauma y la vergüenza y rehacer su vida.

¿Cómo podemos vacunarnos contra las sectas? 

Nadie es inmune a la captación de un grupo coercitivo. Lo que podemos hacer es tener mucha formación para aprender a distinguir las cosas. Y mucho autoconocimiento para saber qué cualidades y qué defectos personales nos hacen más vulnerables. 

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