Para el especialista santiaguero, residente en el exterior Orlando Alba, nuestro profesor de español en el Colegio de la Salle, los dominicanos padecemos de “inseguridad lingüística”. En su obra ¿Cómo hablamos los dominicanos?, propone considerar un español estándar con carácter flexible e internacionalmente incluyente.
Sus estudios que indican que en Santiago el 70% de los investigados acuerda con la idea que el español de los dominicanos es inferior al de muchas naciones. Para los capitaleños este valor apenas llega a 49%. Es decir, más del 50% de ellos, entiende que hablan como se debe. Los Cibaeños somos más sinceros.
La investigadora de Estonia, Merilin Kiisk con resultados similares, formuló una interesante tesis (2013) que compara las formas de hablar que aparecen en la novela “Over” de Ramón Marrero Aristy (1939) y las películas recientes, como La Soga (2009) y El Rey de Najayo (2012). Sus conclusiones son categóricas, los dominicanos no hablamos un español compatible, que nos permita ser más universalistas creando empresas y empleos que utilicen “la palabra”. Incluso se impone en su momento, promover un segundo idioma.
En este orden, concluido el proceso electoral, Santiago contribuirá con el señor ministro de educación, doctor Ángel Hernández Castillo; un reconocido especialista del conocimiento, para promover el crecimiento de la calidad educativa. Con foros, observatorios y concursos de español transmitidos por los medios de comunicación; premiaremos y monitorearemos las mejores escuelas de Santiago y el Cibao.
El cómo se escribe y pronuncia, el idioma español en República Dominicana involuciona. Con su especial forma de hablar y escribir, millones de dominicanos regresan espontáneamente a las formas aborígenes cómo se comunicaban las especies precedentes al homo sapiens.
Un peligro para nuestro progreso e integración. Retroceso para comunicarnos de forma verbal y escrita en un mundo globalizado por el capital, las redes sociales y el turismo mundial.
El foro Santiago y Cibao por la calidad educativa y concursos de español, reconoce esta amenaza. Es uno de los 50 proyectos del plan estratégico. Iniciativa que permitirá movilizar 233,000 estudiantes y 8,600 docentes del sector, sin necesidad de colocar block, varilla y cemento.
Santiago y el Cibao, transitan por un crecimiento de la inversión pública y privada en obras físicas. Ampliación de zonas empresariales, parques comunitarios, centrales y botánicos. También construcción de hoteles, incremento y restauración de vías, monorriel, teleférico y corredores viales.
En este contexto, llegó la hora de la educación de calidad. Tenemos que aportar el santiaguero y cibaeño necesario para esta transformación urbana. El momento es oportuno pues sabemos que la inversión pública en educación superó la fase inicial de construir miles de escuelas y adquirir equipos tecnológicos.
Tenemos que lograr que los estudiantes fortalezcan su seguridad lingüística y a la vez que escriban y pronuncien mejor, participen en atención primaria de salud, cuiden el ambiente y realicen actividades culturales creativas. Igualmente, se impone aportar herramientas para medir y valorar luces, sombras y oportunidades de mejora del sector educativo.