El caso de Mélodie Nakachian: así fue la historia del secuestro de una niña de cinco años en la Costa del Sol

El caso de Mélodie Nakachian: así fue la historia del secuestro de una niña de cinco años en la Costa del Sol

Liberación de la hija del cantante Kimera, la joven Melodie Nakachian, tras su secuestro el 20 de noviembre de 1987 en España.
Liberación de la hija del cantante Kimera, la joven Melodie Nakachian, tras su secuestro el 20 de noviembre de 1987 en España.
Gamma-Rapho via Getty Images
Liberación de la hija del cantante Kimera, la joven Melodie Nakachian, tras su secuestro el 20 de noviembre de 1987 en España.

Él era un importante financiero libanés que había hecho dinero en Inglaterra y Francia. Ella, una joven cantante coreana, quizás más recordada por sus extravagantes maquillajes que por sus canciones. Ambos vivieron la peor pesadilla que pueden pasar unos padres: el secuestro de su hija de cinco años durante 11 días, a cambio de un rescate millonario.

Aquel noviembre de 1987, policías, periodistas, guardias civiles y curiosos se movilizaron hasta la Costa del Sol para participar, de una u otra forma, en la tragedia que asolaba a familia Nakachian. Kimera y su esposo Raymond no estuvieron solos, durante aquellos fatídicos días contaron con el apoyo de la policía y la Guardia Civil -se cifra en más de 1.500 funcionarios implicados en el caso- y ellos mismos aseguran que fue el propio ministro del Inte­rior, José Barrionuevo, el que se empeñó personalmente en que se resolviera el asunto, consciente de lo que estaba en juego. 

El pasado domingo 19 de mayo, la Sexta recuperó este escabroso caso en el programa de Mamen Mendizábal, 'Anatomía de...', en el que se abordan los casos periodísticos de más impacto en el país. El del secuestro de la pequeña Mélodie, desconcertó a la sociedad española de 1987. Pero empecemos por el principio.

¿Cómo ocurrió el secuestro de Mélodie?

La mañana del lunes 9 de noviembre de 1987 comenzaba como cualquier otra: Raymond, el hijo mayor de Nakachian llevaba al colegio, a su propia hija y a su hermanastra, Mélodie. Él y su esposa, Deborah Kallenbach, salieron de la urbanización Atalaya Alta, de Estepona, en su flamante BMW rojo cuando una furgoneta blanca les bloqueo el paso. De ella salieron cuatro encapuchados con escopetas, una pistola y un aerosol de gas y, en unos pocos segundos, desaparecieron con la pequeña Mélodie dentro.

Los secuestradores tardaron tres días en dar señales de vida y, para ese momento, ya había comenzado el espectáculo mediático: desde el primer momento, una media de cien periodistas hicieron guardia día y noche frente a la casa de los Nakachian. 

La extorsión: una larga y pública negociación

Los secuestradores tenían claro lo que querían: 13 millones de dólares en billetes de 50 euros. Y lo hacían saber a través de su portavoz, un hombre español con fuerte acento francés. 

Ese detalle, junto a la furgoneta blanca encontrada un día después del secuestro -que resultó ser robada- y cientos de llamadas de ciudadanos 'iluminados' que aseguraban conocer el paradero de la niña, era lo único con lo que contaban los investigadores ante aquel caso que colmaba las televisiones y periódicos de todo el país.

El público necesitaba un feliz, por lo que los donativos comenzaron a llegar en grandes cantidades a la casa de los Nakachian. Pero la cantidad que pedían era desorbitante y el Gobierno español, decidido a impedir los pagos de rescate, había prohibido a los bancos tramitar grandes cantidades de billetes en una sola entrega. 

La familia -aconsejada por la policía- negoció y logró que los secuestradores les entregasen un mechón de la pequeña como prueba de vida. "Soy el del mechón. Ya sabe a qué me refiero. Rebajamos la canti­dad a cinco millones. Sabemos que solo la casa vale ocho millones de dólares. Si no paga es porque no quiere. Esta es la última comunicación", zanjaba uno de los secuestradores en una llamada telefónica con la redacción de Abc. Aunque no fue la última. 

La pista definitiva del caso

Cuatro días después del secuestro, y con los ojos de todo el país sobre sus hombros, la policía seguía sin pistas nuevas, por lo que el Ministerio del Interior movió ficha y envió a Estepona a un número uno de la policía española para tomar el control del caso. 

Los investiga­dores levantaron toda la Costa del Sol, registraron pisos y fincas, interceptaron llamadas, detuvieron a tres británicos en una opera­ción fallida y pusieron en marcha a la Interpol. Sin embargo, la pieza clave llegaría con la cartera que un hombre había perdido mientras hacía 'footing' y que un cura había entregado a la policía. 

En su interior, además de francos franceses, había una nota manuscrita en francés que recogía frases como "la paciencia tiene un límite", "es muy fácil raptar a un niño" y "matar a Melodie". El autor de aquella cartera -como se descubriría más tarde- era el jefe de la banda, que hacía ejercicio por las calles de Benalmádena mientras la pequeña Melodie continuaba apartada de sus padres y el país entero imploraba por su vida. 

El rescate de la pequeña Mélodie

Tras la pista de la nota en la cartera, la investigación avanzó hasta el punto de dar con el autor de aquel secuestro: Oscar, que pasó por tres pisos diferentes en aquellos días. En uno de ellos se encontraba Melodie. 

Melodie Nakachian tras su secuestro con sus padres, la cantante Kimera y Raymond Nakachian, el 21 de noviembre de 1987 en España.
Melodie Nakachian tras su secuestro con sus padres, la cantante Kimera y Raymond Nakachian, el 21 de noviembre de 1987 en España.
Gamma-Rapho via Getty Images

Treinta geos volaron  de un tiro la cerradura de ese piso, entraron hasta el dormitorio y encontraron a dos hombres, uno de ellos tumbado junto a Melodie con tres armas a su lado. De nada le sirvió echar mano a una de ellas, pues instantes después uno de los policías le disparó en el pecho, sin causarle la muerte. Al fin, Melodie estaba salvada. 

En un país que no estaba acostumbrado a los finales felices, la historia del rescate de Melodie causó una alegría sin igual. La rueda de prensa -cuentan las crónicas- fue una fiesta con vítores para la familia y para Melodie. Su liberación despertó la emoción de todos, incluso de los corazones más fríos de este país: se cuenta que, incluso, uno de los geos que la rescataron no pudo reprimir sus lágrimas al encontrarla sana y salva.

Redactora SEO '20minutos'

Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Escribo sobre actualidad, economía, política, ciencia y sociedad en la sección SEO del 20 minutos. Anteriormente en la revista XLSemanal. Me apasiona el periodismo en su faceta más humana: la clave de una historia está en su por qué, más que en su qué. Me he especializado en cine y estoy realizando un Máster en Postproducción y VFX porque creo firmemente en el poder de la imagen para transformar el mundo. También aquellas imágenes que no se ven, pero se escuchan o se leen.

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