ALBERTO CERDÁN | Alberto Cerdán, 50 años peinando a famosas: "Claudia Schiffer fue una de las experiencias más duras que he tenido"

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Alberto Cerdán, 50 años peinando a famosas: "Claudia Schiffer fue una de las experiencias más duras que he tenido"

Empezó lavando cabezas en la peluquería que tenía su madre en su casa de Barcelona. El gran Alberto Cebado le dio la alternativa y la técnica, y cuando voló solo no hubo presentadora, actriz, modelo, e incluso reina que no se pusiera en sus manos para un cambio de imagen

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El peluquero y estiisita Alberto Cerdán, en su salón de Barcelona, este martes.

El peluquero y estiisita Alberto Cerdán, en su salón de Barcelona, este martes. / JORDI OTIX

Laura Estirado

Laura Estirado

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Conseguir una cita en los salones de Alberto Cerdán (Ribaforada; Navarra, 1954) no es tarea fácil. La agenda del estilista de las famosas parece la pantalla de un controlador aéreo, pero en lugar de repartir vuelos transoceánicos, programa los próximos cambios de 'look' del 'star system' patrio e internacional. El experto en tijeretazos, pero de los buenos, y en las coloraciones más en tendencia celebra este jueves 50 años de profesión. Ahí es nada. 

No faltarán a la cita en su centro de Barcelona (Johann Sebastian Bach, 8) "amigas y clientas de toda la vida" como la actriz Cayetana Guillén Cuervo, las presentadoras Ruth Jiménez, Sandra Golpe o Chelo García Cortés, la 'influencer' Silvia de Benito o la cantante Gisela, entre otros muchos rostros célebres. De hecho, solo es un pequeño muestrario de las cabezas que han pasado por sus manos: desde la reina Noor de Jordania, Claudia Schiffer, Joan Collins, Cate Blanchett o Elsa Pataky...

Viéndole, nadie diría que lleve 50 años en el oficio.

Supongo que es cuestión de genética. De joven me lo he pasado bien, pero nunca he llegado a tomarme la última copa con nadie. Siempre me he retirado a tiempo.

¿Cuándo empezó en la peluquería?

A los 12, lavando cabezas. Mis padres vinieron de Navarra a Barcelona cuando yo tenía 6 meses. Mi madre tenía la peluquería en casa, en una habitación justo al lado de la mía. Era un piso en la calle Santa Carolina, 23, cerca de Travessera de Gràcia. Allí se vivía el perfume de la época, que era el líquido de la permanente, y la música de entonces, que eran los secadores de casco.

Su primera maestra, su madre.

Con ella vi cómo se ponían las pinzas para hacer ondas, cómo se crepaba... aprendí a hacer recogidos. En esto hay una parte técnica y luego otra que es la atención al cliente, y en eso mi madre era un 10.

¿Cuándo dejó el nido?

Antes, los comerciales no iban a las peluquerías, sino al revés. Mi padre aprendió a ser colorista a los 60 años. Él era inspector en el metro, pero ayudaba a mi madre por las tardes, y decidió aprender peluquería y dedicarse plenamente. Un día fue a una tienda que había en la calle Gaudí que vendían estos productos, y preguntó qué peluquero había para que su hijo fuera a trabajar con él. Alberto Cebado, le dijeron. Tenía 16 años, hice una prueba y estuve allí más de 30 años.

¿Qué aprendió con "el peluquero de las catalanas ilustres"?

Era un hombre duro de entrada, pero congeniamos muy bien. En realidad en estos oficios lo que necesitas es gente que te acompañe, que no haya un 'no' nunca, que no haya una hora que no puedas... Esta profesión es de echarle muchas horas. Viajamos por todo el mundo, Inglaterra, Francia, EEUU... Junto con Llongueras, fueron dos visionarios. 

¿Alguna de sus enseñanzas que le flipase?

Fue de las primeras personas que cambió los secadores de casco por los de mano.

Un gran avance. 

Sí, pero luego vinieron otros. Recuerdo cuando hace 20 años GHD vino a España, y la primera reunión la tuvieron con nosotros. Entonces no éramos conscientes de lo que las planchas podrían llegar a hacer. Antes, un cabello pasaba casi una hora secándose con rulos para llegar a un rizo que ahora se consigue en 5 minutos con una plancha. Una revolución, como la tijera mágica de Cebado. 

¿Cuándo estuvo listo para volar solo?

Cuando murió Cebado [en 1989]. Teníamos varios centros en Barcelona Cerdán-Cebado, hasta que abrí mi primer salón en Madrid. Estuve tres años trabajando allí, pero venía todos los viernes a Barcelona a peinar a mis clientas. Hasta que justo hace 20 años abrí en Johann Sebastian Bach.

Y marcó su propio estilo. Defínalo, por favor.

En el mundo de la peluquería hay tres cosas importantes: una, el cliente; dos, el cliente, y tres, el cliente. La clienta nueva tiene que ver que la atiendes, que la escuchas y le haces un diagnóstico de lo que ella quiere y lo que le quedaría bien. ¿Cómo se aprende a diagnosticar? Pues tocando el cabello y la cabeza. ¡Hay muy pocos peluqueros que toquen la cabeza! Y es tan importante como lo es el cuerpo para hacer un vestido.

Por eso tiene esa clientela tan famosa.

Te hablaré, por ejemplo, de Cayetana Guillén Cuervo, que está conmigo desde hace más de 20 años. Desde que rodó 'Más que amor, frenesí'. Los directores [Alfonso Albacete, David Menkes y Miguel Bardem] le pusieron como condición para tener ese papel que se cortara el pelo como entonces lo llevaba Judith Mascó. Buscaron quién la peinaban y vinieron a verme y se le corté igual, desfilado delante y corto por los lados. Un peinado muy atrevido. Y así hizo la película.

Y como esa anécdota, un montón...

Me impresionó mucho la reina Noor de Jordania, que vino a Barcelona porque tenía cuatro actos. Su acompañante nos dio indicaciones para que la peináramos, pero ella fue encantadora y amable, y confió en mí para que le hiciera lo que quisiera. Supongo que antes de venir debió de informarse. Quedó tan contenta que le hicimos varios recogidos distintos en función del acto y del traje. También adoro, porque es un amor, a Elsa Pataky. Compartimos muchas cosas cuando vivía en Madrid y empezaba en las series.

Pocos pueden decir que han hecho un cambio de 'look' a tantas 'celebrities'.

Por nuestras manos han pasado Arantxa Sánchez Vicario, Helena García Melero, Susanna Griso, Gisela, Lara Dibildos, Raquel Sánchez Silva , María Zurita, Ana Rosa Quintana,, Cristina García Ramos, Alejandra Prats, Mónica Pont, Olivia de Borbón, Elsa Anka, Natalia y Chenoa, de 'OT', Vicky Martín Berrocal, Paula Vázquez, Megan Montaner, Blanca Suárez, Carmen Lomana, Boris Izaguirre, Ivonne Reyes, David Meca, Helen Lindes, Isabel Gemio... Y también Bo Derek, Joan Collins, Mira Sorvino, Kate Blanchett, Bar Refaeli...

¿Se lleva bien con tanto ego?

Bueno, con Claudia Schiffer fue incómodo, fue muy fría. Era cuando estaba en el programa de Arús en TV-3 'Ja hi som'. Fuimos primero al hotel a hablar con ella y le dije que si quería hacer algún cambio y me dijo que no, que saldría así. Tuvimos un rifirrafe porque no confiaba en mí. Fue una de las experiencias más duras que he tenido.

Dígame, ¿qué nuevas tendencias veremos la próxima temporada?

Dejaremos atrás los cabellos rubios, platinos y fríos en forma de 'balayage' o 'babyline' para dar paso a los chocolates, marrones, miel y cobrizos, más naturales entre comillas, sin decolorar tanto ni agredir tanto al cabello. Y en cuanto a cortes, es evidente que las medidas cortas están acaparando el mercado. Lo ves desde en Aitana, hasta presentadoras de televisión o en las famosas más famosas, y la propia Letizia.

Bueno, la Reina lo lleva más largo, ¿no?

Sí, pero siempre acierta con sus estilismos de ropa y peinados. Ahora lo lleva muy natural y con canas, y creo que esa naturalidad la acerca más a la gente de la calle.

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