5 historias increíbles sobre Anthony Kiedis, el líder de los Red Hot Chili Peppers - Infobae

5 historias increíbles sobre Anthony Kiedis, el líder de los Red Hot Chili Peppers

El artista enfrentó desafíos monumentales en su camino hacia el estrellato, incluyendo accidentes, caídas, contrabando y enfermedades mortales

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Anthony Kiedis, líder de Red Hot Chili Peppers, compartió las luces y sombras de su carrera. (Foto AP/Fernando Llano)
Anthony Kiedis, líder de Red Hot Chili Peppers, compartió las luces y sombras de su carrera. (Foto AP/Fernando Llano)

En el mundo del rock, pocas figuras lograron mantenerse tan relevantes y emblemáticas como Anthony Kiedis, el carismático líder de los Red Hot Chili Peppers. Desde su formación en 1983, la banda trascendió las barreras del género, fusionando con maestría el funk, el punk y el rock psicodélico, para crear un sonido distintivo que alcanzó de seguidores en todo el mundo. Kiedis, con su energía inigualable y su particular forma de escribir y cantar, fue un pilar fundamental, llevando la voz cantante al éxito global de la banda.

A lo largo de su carrera, los Red Hot Chili Peppers tuvieron decenas de éxitos, plasmados en varios álbumes de estudio que fueron aclamados por la crítica y adorados por los fans. Canciones como “Under the Bridge”, “Californication”, y “Scar Tissue” dominaron las listas de éxitos en todo el mundo. Detrás de este éxito sin precedentes, se encuentra la compleja y fascinante historia de vida de Kiedis, marcada por las luces y sombras de la fama, el arte y la lucha personal.

Sin embargo, el camino hacia el estrellato no fue fácil para Kiedis. Su vida estuvo llena de altibajos, desde luchas personales con las adicciones hasta mantenerse relevante en una industria musical en constante evolución. Pero a través de todo, Kiedis logró canalizar sus experiencias en música.

1. Se lastimó la espalda al saltar desde un edificio

El accidente que casi acaba con la vida de Anthony Kiedis lo transformó profundamente. (Frans Schellekens/Redferns)
El accidente que casi acaba con la vida de Anthony Kiedis lo transformó profundamente. (Frans Schellekens/Redferns)

Anthony Kiedis, junto a su compañero y bajista Mike Balzary, mejor conocido como Flea, experimentaron durante su juventud una serie de actividades temerarias que desembocaron en un grave accidente para Kiedis. Este episodio, que marcaría tanto su vida personal como su movilidad, emergió a raíz de su costumbre por saltar desde alturas considerables hacia piscinas, un hábito que inició durante sus años en la escuela secundaria y que escaló hasta llegar a edificios de cinco pisos.

No estaba dispuesto a tirarme a la piscina”, confesó Kiedis en su autobiografía, Scar Tissue. Pero, animado por Flea, no tardó en adoptar una postura más atrevida: “comencé a saltar del edificio hacia atrás, haciendo cosas de Superman”, relató. Esta práctica, que podría verse como una búsqueda de adrenalina o una prueba de valentía juvenil, no tardó en tener consecuencias severas. Kiedis sufrió un accidente que le provocó graves lesiones en la espalda, específicamente una fractura que influiría permanentemente en su capacidad de movimiento.

2. Condujo borracho y se abrió la cabeza

La lucha de Kiedis contra las adicciones marcó un punto de inflexión en su vida. (REUTERS/Caitlin Ochs)
La lucha de Kiedis contra las adicciones marcó un punto de inflexión en su vida. (REUTERS/Caitlin Ochs)

El cantante sufrió un grave accidente automovilístico en 1984. El suceso ocurrió cuando Kiedis perdió el control de su vehículo, un Subaru propiedad de su madre, y colisionó de frente contra un olmo. Este evento no solo puso en riesgo la vida del músico sino que también mostró un acto de heroísmo por parte de un paramédico que se encontraba cerca del lugar del accidente.

Esto fue después de que Kiedis saliera de un bar y se dirigiera a su casa. “Los paramédicos rondaban por encima de mí y me preguntaban quién era el presidente”, relató Kiedis sobre los momentos inmediatamente posteriores al impacto. Se sorprendió ante las preguntas que buscaban evaluar su estado cognitivo era palpable, sin percatarse de la gravedad de sus heridas. “Respondí perfectamente a cada pregunta, aunque no podía entender por qué me estaban examinando para detectar daño cerebral”, señaló. La situación era crítica: “No me di cuenta de que toda mi cabeza se había abierto de par en par y parecía un plato de espaguetis y albóndigas”, describió el vocalista, resaltando la severidad del impacto.

3. Se perdió en las selvas de Borneo, contrajo dengue y tuvo una cucaracha viviendo dentro de su oído

Perdido en las selvas de Borneo, Kiedis enfrentó desafíos extremos. (Foto AP/Fernando Llano)
Perdido en las selvas de Borneo, Kiedis enfrentó desafíos extremos. (Foto AP/Fernando Llano)

El vocalista enfrentó una experiencia de supervivencia digna de una película mientras exploraba las remotas selvas de Borneo después de concluir la gira mundial del grupo en 1992. En un intento por inmersión total en la cultura de la isla del Pacífico, Kiedis, diferenciándose del resto de los miembros de la banda quienes decidieron regresar a casa después de su paso por Australia y Nueva Zelanda, se quedó en las profundidades de la jungla, un viaje que anticipaba con entusiasmo pero que resultó ser una “absoluta pesadilla”.

Esta aventura, que inicialmente estaba planificada como una exploración de un mes de duración acompañado por Henk Schiffmacher, un reconocido tatuador holandés, se torció dramáticamente muy temprano. Desde la primera noche, Kiedis experimentó un “terrible dolor de cabeza”, pero la situación alarmante escaló cuando una cucaracha fue encontrada viviendo dentro de su oído, la cual salió corriendo al ser iluminada con una linterna por Schiffmacher. Pero los desafíos no terminaron ahí: tanto Kiedis como Schiffmacher se perdieron en la selva, guiados por locales, durante una semana. En este tiempo, el líder de los RHCP contrajo dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos conocida por sus dolorosos síntomas.

Tenía estas fantásticas imágenes de mí mismo columpiándome de enredaderas, jugando en la jungla, encontrando orangutanes y bailando entre flores exóticas”, confesó Kiedis en una entrevista con Rolling Stone. Sin embargo, su realidad fue drásticamente diferente, describiendo la experiencia como “más bien en una experiencia de Vietnam. Todos enfermamos brutalmente”.

4. “Purificó” su sangre con ozono para prevenir la hepatitis C

Anthony Kiedis adoptó tratamientos alternativos para combatir la hepatitis C. (EFE/Fernando Bizerra Jr.)
Anthony Kiedis adoptó tratamientos alternativos para combatir la hepatitis C. (EFE/Fernando Bizerra Jr.)

Kiedis, reveló que fue diagnosticado con hepatitis C a comienzos de la década de 1990. En busca de una solución poco convencional, Kiedis optó por recibir tratamientos de ozonoterapia en su propio hogar, una práctica no plenamente avalada por la comunidad médica. Según sus palabras, este tratamiento alternativo fue fundamental en su recuperación de la enfermedad.

La ozonoterapia consiste en la administración de ozono al cuerpo con diversos fines terapéuticos. El músico, enfrentando su diagnóstico, decidió probar este método después de invitar a una joven a su casa para que le administrara la mencionada sustancia directamente.

5. Contrabandeó USD 30.000 para su padre cuando tenía 12 años

Con solo 12 años, Anthony Kiedis asumió riesgos ayudando a su padre.  (REUTERS/Mike Blake)
Con solo 12 años, Anthony Kiedis asumió riesgos ayudando a su padre. (REUTERS/Mike Blake)

Anthony Kiedis contrabandeó USD 30.000 (aproximadamente USD 150.000 en la actualidad) para su padre cuando tenía solo 12 años. Ocurrió en 1974 y según narra Kiedis en su autobiografía “Scar Tissue”, fue durante un viaje de negocios a Kenosha, Wisconsin, donde su padre, John Michael Kiedis, conocido en el ambiente del espectáculo como Blackie Dammett, se involucró en la venta de drogas.

Mi papá me dijo que llevaría el dinero porque si atrapaban a alguien que se pareciera a él con todo ese dinero, seguramente lo arrestarían...”, relató Anthony Kiedis sobre la estrategia que idearon para regresar con el dinero a Los Ángeles sin ser detectados. La solución fue manipular una pieza del cinturón, rellenarla con el dinero en efectivo, y adherirla con cinta adhesiva al abdomen de Anthony.

La estancia en Kenosha no fue menos dramática para el artista, quien, durante los tres días que su padre dedicó a sus actividades ilícitas, fue dejado solo para entretenerse de la única manera que podía en esas circunstancias: viendo repetidamente la misma película de James Bond.