Tres obras maestras del arte: Las Hilanderas, El Éxtasis de Santa Teresa y El Palacio de Versalles

Las Hilanderas

Las Hilanderas es un cuadro pintado al óleo sobre lienzo en 1657 por Velázquez y se encuentra en el Museo del Prado, Madrid. Es una de sus últimas obras, pintada para su montero y que no llegó a colecciones reales hasta el siglo XVIII y que resultó afectada en 1734 por el incendio del Alcázar. Se pensó que el cuadro representaba una fábrica de tapices, pero se descubrió que el artista ilustró en realidad el mito de Atenea y Aracne, según nos cuenta Ovidio en La Metamorfosis. Aracne era una joven tejedora tan hábil que le decían que parecía que Atenea le había enseñado, a lo cual contestaba que la diosa no tenía nada que enseñarle. Esto enfadó a Atenea, y bajó a su taller disfrazada de anciana para advertirle de sus palabras. Al negarse a respetar a la diosa Atenea, esta le retó a tejer un tapiz. Cuando Aracne terminó su tapiz, Atenea estaba molesta, ya que era tan bueno que había representado las aventuras de Zeus, el padre de Atenea. Atenea liberó su ira contra ella y la golpeó convirtiéndola en una araña para que tejiera eternamente. Velázquez ilustró el momento del “reto”, en la parte izquierda se halla Atenea, y en la derecha Aracne. Ambas figuras están en posturas contrapuestas, estas posturas están inspiradas en dos desnudos de la Capilla Sixtina. La pierna joven de la anciana nos demuestra que es Atenea encarnada en una anciana. Al fondo, aparecen tres damas, las tres con múltiples controversias. La escena del fondo puede representar el rapto de Europa o por otra parte, ser personajes reales de la escena principal del cuadro. En este cuadro el artista hace una perspectiva y juego de luz a la perfección al igual que en Las Meninas. El significado de la obra es un alegato a favor de la nobleza, aludida al fondo y frente a los oficios manuales como primer término.


El Éxtasis de Santa Teresa

El Éxtasis de Santa Teresa es una obra barroca situada en la Capilla de los Cornaro en la iglesia de Santa Maria de la Victoria, Roma. Fue construida en 1647-1652 y está hecha de mármol. Encargada por el cardenal Federico Cornaro a Bernini, el cual fue el artista más famoso del periodo barroco ya que abarcaba la arquitectura, pintura y escultura. La escena en mármol se ajusta a la descripción que hace la santa de su propio éxtasis, por lo que utiliza una fuente literaria como motivo de inspiración. Situada dentro de un marco arquitectónico es un perfecto ejemplo de la integración de las artes, consiguiendo de esta forma la creación de verdaderas escenografías teatrales capaces de sorprender. El tratamiento de la luz contribuye a reforzar el poderoso impacto visual del conjunto y los distintos materiales crean un ambiente extraordinariamente rico.

La escultura se encuentra dentro de una hornacina de tonalidad oscura que realza la escena de mármol blanco como si estuviese en el aire y fuera una aparición, en la que se ha abierto la pared por una fuerza enorme. Se busca sorprender con un sentido teatral. Bernini demuestra su gran experiencia como escenógrafo. En la bóveda se finge un cielo con un grupo de ángeles adorando al Espíritu Santo entre las nubes. La luz celestial se materializa en los rayos de bronce dorado sobre los que destaca el grupo escultórico. En los laterales de la capilla y en el interior de una arquitectura ilusionista aparecen reflejados la familia de Cornaro arrodillados observando la escena como el espectador. La santa se encuentra desvanecida en una nube con las manos insensibles y los pies suspendidos, envuelta en ropajes pesados y con mucho volumen. El ángel es el contraste de la santa que se muestra riendo sujetando con la mano izquierda a la santa. Bernini demuestra sus virtudes técnicas trabajando el mármol representando calidades, como la textura de la piel, cabellos, telas… Es una composición muy dinámica en la que contrasta la pesadez de la santa que se eleva y la ligereza del ángel que desciende. La obra ha suscitado numerosas controversias con la expresión del amor carnal, aunque no hay duda de que representa una obra cumbre.


El Palacio de Versalles

El Palacio de Versalles es un edificio barroco que mandó construir Luis XIII en 1623 y se amplió entre 1661 y 1756 a petición de Luis XIV. Fue un proyecto global que contiene el palacio, el espacio urbano y los jardines. El palacio ordena el conjunto urbanístico de la ciudad cuyas avenidas principales confluyen en el patio de honor frente a los aposentos del rey desde cuyo balcón hablaba a sus súbditos. La necesidad de ampliación surgió a raíz de la decisión de convertir Versalles en la sede de la Corte. El ejemplo de los espléndidos interiores es la Galería de los Espejos con 16 ventanales y 16 espejos opuestos a estas, que amplían el espacio y reflejan la luz generando una metáfora del Rey Sol. A los lados de la galería se encuentran los salones de la Guerra y la Paz, donde se encuentran los triunfos militares y las señas de paz conseguidas por el monarca. Los mármoles policromáticos, los trofeos y las estatuas generan el marco que requieren las celebraciones de la corte. Frente a esto destaca la austeridad exterior. Los jardines reflejan el poder absoluto así como los lujos y placeres de la Corte. En el primero de las tres escaleras de los jardines se construyó la Fuente de Apolo, en la que el dios conducía su carro solar en referencia a cómo Luis XIV iluminaba y guiaba a Francia. Por último Versalles será el modelo de palacio de las monarquías europeas además de la perfecta escenificación del poder absolutista.

el poder absolutista.