La increíble historia de Themba Gorimbo, el luchador de la UFC a quien 'The Rock' cambió la vida

La increíble historia de Themba Gorimbo, el luchador a quien 'The Rock' cambió la vida

UFC

El africano aterrizó en Estados Unidos con tan solo siete dólares en el bolsillo, pero todo cambió cuando la estrella de Hollywood apareció en su vida

El luchador de Zimbabue, de 33 años, busca su tercera victoria en la compañía contra Ramiz Brahimaz en el UFC Fight Night en el APEX de Las Vegas

Themba Gorimbo, junto a Dwayne Johnson 'The Rock'

Themba Gorimbo, junto a Dwayne Johnson 'The Rock'

Themba Gorimbo permanece sentado con una sonrisa mientras Dwayne Johnson entra por la puerta de su gimnasio. Con la misma mirada del que no entiende nada, el luchador saluda con un caluroso abrazo a la gran estrella del cine. Polos opuestos unidos por un factor común. Casualidades de la vida, al igual que él mismo, The Rock también comenzó con siete dólares en la cuenta bancaria a perseguir su sueño. La historia del peleador de UFC llegó hasta los ojos de una de las estrellas más influyentes del momento, y sus caminos se cruzan ante la extrema ley de la coincidencia.

Las escaleras amarillentas que figuran al fondo del gimnasio dibujan una extraña curva en una sala anexa al octágono y a los sacos que utiliza el africano a diario para entrenar. Peleador y millonario, ambos ascendían por la seca escalinata hacia la parte superior del centro deportivo, que servía a Gorimbo como residencia provisional.

La puerta escondía un lugar impropio donde vivir para un luchador profesional. The Answer construyó, sobre lo que fue un intento de oficina, un modesto hogar donde residir con su mujer e hijos. El zimbabuense intercambió la crueldad de residir en África por edificar un sencillo asentamiento lejos de una tierra en la que el sufrimiento fue innegociable en su vida desde bien temprano. Gorimbo había perdido a su madre con nueve años y a su padre cuando recién cumplía los 13. Entre tragedias y pobreza, llevar a cabo la rutina entre un sofá de cuero plegable, equipaje, mantas y bolsas de entrenamiento parecía representar para el africano exactamente lo mismo que puede significar un oasis para el sediento cautivo en pleno desierto. El sueño americano de los que nacen sin nada.

Gorimbo comienza a desplegar el sofá transformable ante la mirada atenta de The Rock. Sin embargo, el exluchador de la WWE deja ir su atención hacia un sencillo papel pegado a la pared, a la altura de la almohada, con tímidos trozos de cinta americana en la parte superior e inferior del mismo. Como si el responsable de la sencilla tarea de colgarlo sobre dicha ubicación lo hubiera hecho con extremada timidez. En él se podía leer una sencilla expresión, a modo de titular, con postulados clasificados en función del orden del abecedario.

Johnson acerca los ojos cuando sobre el impoluto folio alcanza a leer la expresión “My Reason”. El papel justifica la lucha por la cual Themba Gorimbo quiere seguir adelante con su vida, trazada desde el sufrimiento y la agonía. Imperfecta, pero con matices. Consciente de que lo que acaba de leer significa un sacrificio necesario que recae sobre unos postulados que el africano trata como mandamientos, la estrella de la WWE interioriza los escritos del documento: “Peleo por la sonrisa de mis niños, por la esperanza y el cambio, por mi villa…”, rubricó alguna vez el luchador de artes marciales mixtas para transformar una simple lámina en aquellos principios que ahora movían su nueva vida, como el marinero que capitanea su destructor en plena batalla. Incesante. Inquebrantable.

Los alumnos del gimnasio MMA Masters golpean los sacos. Ante la mirada atónita del personal, Dwayne Johsnon arranca su Dodge todoterreno en las inmediaciones del centro físico. El expeleador de WWE explica a Gorimbo que dicho viaje no tendría sentido sin él como acompañante. The Rock introdujo el pretexto de una supuesta presentación de un compañero al de Zimbabue que desarrollaba su actividad como agente inmobiliario. El africano acepta, y comienza la travesía.

De las minas de diamantes al octágono

Echó a andar el gigantesco automóvil cuando Gorimbo confiesa a Johnson que andaba diez kilómetros cada fin de semana, ida y vuelta, sólo para verle pelear ante el único televisor de su poblado. Es pura admiración. La difícil vida como minero en un campo de diamantes cambió la cara a una actividad que miles de personas materializan, sin esfuerzo alguno, cada fin de semana. Al borde del llanto, con la profunda admiración hacia The Rock como principal responsable, el 4x4 frena su marcha y Gorimbo aterriza en el destino junto a su ídolo.

Themba observa cada rincón de la casa a la que acaba de acceder. Demasiada comodidad, quizá, para alguien a quien la vida decidió otorgar los mayores desafíos de un ser humano desde bien temprano. El africano sacrificó mucho para llegar a la tierra de la libertad. Estuvo cerca de morir a los 16 años cuando una jauría de pastores alemanes, perros de caza entrenados para matar, lo atacó cruelmente mientras trabajaba en la mina de diamante. Una brillantez y limpieza la del domicilio que contrastaba con la atrocidad que definía la historia de su vida.

El africano comprendió entonces que el contacto que The Rock quería que conociera jamás existió. El salón recibe a Gorimbo con un retrato de su familia junto a una gran piscina, en un marco bien acomodado para la ocasión. La inocencia de quien nunca recibió rosas dentro de un mundo de espigas hace confundir su propio rostro con el de Sadio Mané, jugador del Liverpool. Cuando el zimbabuense decide girar sobre sí, alcanza a percibir a Dwayne Johnson, quien lo esperaba con una llave reposando sobre su mano: “Bienvenido a casa, amigo”, pronuncia el actor.

El luchador pasó por cárceles de refugiados, sin rumbo fijo y con el peso de la tragedia sobre sus hombros. Arriesgó su físico hasta llegar a Sudáfrica, donde consigue debutar como profesional en las artes marciales mixtas. “Soy el chico de Zimbabue, no tengo nada más para ofrecerte, tan sólo mi carácter”, pronunció el zimbabuense el primer día que, con sólo siete dólares en el bolsillo, enfrentó al responsable del gimnasio que sería su hogar hasta que la vida para él dio un giro de guion con la aparición de Dwayne Johnson. Una disciplina y valores que fueron el principal resorte de un peleador que regresa el próximo sábado ante Ramiz Brahimaz en el UFC Fight Night, en busca de su tercera victoria en UFC. Themba Gorimbo, una carrera construida desde la profundidad de la pobreza, destinada al dulce y adictivo sabor del triunfo.

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