El Reinado de Isabel II (1843-1874): Modernización, Conflictos y Crisis

Isabel II (1843-1874): El Reinado Efectivo

Introducción

En 1843, le fue adelantada la mayoría de edad a Isabel II. Esta fue una reina que no estaba preparada para gobernar en un Estado liberal, pues había sido criada en el absolutista, y que no cumplió con su papel de referente moral. Durante los primeros meses de su reinado hubo gobiernos breves, y, en 1844, el general Narváez subió al poder.

Retos y Problemas

Los retos a los que se enfrentó Isabel II al iniciar su mandato de cara a modernizar el país fueron:

  • El establecimiento de un sistema económico común.
  • La supresión de los privilegios.
  • La modificación de la jurisprudencia mediante la elaboración de códigos comunes.
  • La construcción de una administración central, provincial y local.
  • El establecimiento de un sistema educativo común.
  • La modernización de los medios de comunicación del país.

Ante esto, se presentaron una serie de problemas:

  • La deuda de la Hacienda del Estado.
  • El deficiente desarrollo económico e industrial.
  • Los altos índices de analfabetismo.
  • La oposición de los antiguos estamentos privilegiados.
  • La tradición federalista.
  • La tendencia militar a entrometerse en la vida política.
  • La debilidad de la burguesía española.

Partidos Políticos

En este momento, los partidos políticos se caracterizaron por ser partidos de notables que funcionaban mediante redes clientelares (una base de poderosos fomentaba el apoyo popular a unos líderes a cambio de favores) y que estaban divididos en facciones. Así, el partido moderado presentó tres facciones:

  • La conservadora autoritaria (destacaron Jaime Balmes y Bravo Murillo, que defendieron: la soberanía real, la restricción de las libertades y la existencia de Cortes bicamerales).
  • La moderada centralista (destacaron el general Narváez, Donoso Cortés, Martínez de la Rosa y Pedro José Pidal, que defendieron: la reforma de la Constitución, la organización de los ayuntamientos y de la Hacienda, la existencia de un gobierno fuerte y la reconciliación con la Iglesia).
  • La izquierdista puritana (destacaron Serrano, Cánovas del Castillo, O’Donnell y Francisco Pacheco, que defendieron: la pureza administrativa, el respeto a las leyes vigentes y el orden dentro de una política liberal).

Las bases sociales de este partido fueron la nobleza, los militares de prestigio, la alta burguesía, los profesionales liberales y los funcionarios. Por otra parte, en el partido progresista destacaron otras tres facciones:

  • Los progresistas legales (facción de derecha en la que destacaron Manuel Cortina, José Manuel Collado y Prim, que defendieron: una política de reformas dentro de la legalidad, la supresión de la Milicia Nacional y la negación del sufragio universal y de una coalición con los moderados).
  • Los progresistas puros (facción de centro en la que sobresalieron Madoz, Sagasta y Espartero, que defendieron una política de grandes reformas).
  • La facción de izquierda (destacaron Orense, Rivero y Becerra, y defendieron: el sufragio universal masculino y la libertad de asociación).

Década Moderada (1844-1854)

El primer periodo del reinado de Isabel II se denomina década moderada (1844-1854), y en él destaca la redacción de la Constitución de 1845, en la cual:

  • Se impuso una soberanía compartida entre la corona y las Cortes.
  • Se estableció la confesionalidad católica.
  • Se restringieron las libertades.
  • Se estableció la siguiente organización de poderes:
    • Ejecutivo (el titular es el rey que delega en el presidente del gobierno).
    • Legislativo (la iniciativa legal estaba compartida entre el rey, que tenía capacidad de veto absoluto de una ley, y las Cortes, que eran bicamerales: el Senado lo elegía el rey y el Congreso estaba formado por 350 diputados elegidos mediante sufragio censitario, siguiéndose el modelo de la ley electoral de 1846).
    • Judicial (dependía del rey).

En definitiva, diremos que la Constitución de 1845 no fue fruto del consenso y, en ella, se establecieron los ideales moderados, con los que Isabel II se sentía más cómoda. Además de la mencionada Constitución, se llevaron a cabo diversas reformas:

  • Se publicó una ley electoral y una ley de administración (1846).
  • Se llevó a cabo una reforma fiscal (1845).
  • Se publicó un reglamento para la educación secundaria (1845) y una ley general de educación conocida como Ley Moyano (1857).
  • Se logró aumentar la burocracia, pero no se sacó adelante el proyecto de Bravo Murillo de 1852 para independizar a los funcionarios de la política.
  • Se intentó una codificación del derecho penal y civil.
  • Se fundó la Guardia Civil, que sustituyó a la Milicia Nacional.
  • Se firmó un Concordato con la Santa Sede (1851) para reconciliarse con la Iglesia.
  • Se publicó la primera normativa para la construcción del ferrocarril.

En 1846, los carlistas iniciaron la Segunda Guerra Carlista. Ante esto, en 1847, Narváez pidió una ley que le concediera poderes excepcionales, la cual fue aprobada en 1848 y permitió que el gobierno mantuviera el poder cuando se produjo la revolución del 1848, cuya rápida extinción tuvo estas consecuencias:

  • La separación en el partido progresista del ala izquierda, la cual formó el partido demócrata, que presentó dos tendencias (demócratas puros y republicanos).
  • El prestigio internacional que obtuvo Narváez, el cual fomentó el apoyo de las potencias absolutistas.

Posteriormente, se dio la revolución de 1854, causada por:

  • La corrupción de la Administración.
  • El descontento de los progresistas.
  • Una crisis económica.

Esto causó que los generales Dulce y O’ Donnell se sublevaran en junio de 1854, destacando la batalla de Vicálvaro, tras la cual se puso de manifiesto la incapacidad del gobierno de Luis José Sartorius y la necesidad de apoyos por parte de los rebeldes. Con esto, para conseguir la unión de progresistas y demócratas, Cánovas elaboró un manifiesto después del cual se dio la fase progresista de la revolución, en la que se forman juntas revolucionarias. El triunfo de esta etapa dio lugar a la tercera o revolución de los demócratas, localizada en Madrid y en la que se produce un enfrentamiento entre las juntas y las tropas gubernamentales, siendo Sartorius destituido e iniciándose el bienio progresista (1854-1856).

Bienio Progresista (1854-1856)

Uno de los triunfadores de la revolución del 54 fue O’Donnell, que formó la Unión Liberal, partido formado por el ala izquierda moderada y la derecha progresista. Al mismo tiempo, desde el gobierno progresista, Espartero intentó hacer una reforma de la Constitución, dando lugar a la Constitución de 1856 o non nata, que no llegó a entrar en vigor. En ella se establece:

  • La soberanía nacional.
  • Una defensa férrea de las libertades.
  • Una jurisprudencia común para todo el territorio.
  • El acceso meritorio al funcionariado.
  • La confesionalidad católica.
  • El restablecimiento de la Milicia Nacional.
  • Una separación de poderes en:
    • Ejecutivo (el titular es el rey, pero debe pedir permiso a las Cortes para pedir amnistías, enajenar los bienes de la corona y contraer matrimonio).
    • Legislativo (las Cortes son bicamerales y deben estar formadas por personas de alto nivel económico y formación académica).
    • Judicial (pasa a ser independiente).

Además, para modernizar el país, se establecieron estas leyes (no logrando sacarse adelante otras de sociedades obreras, instrucción pública, enseñanza primaria obligatoria y universal, y salud pública):

  • Ley de desamortización de Madoz (mayo de 1855).
  • Ley general de ferrocarriles (junio de 1855).
  • Ley de colonias agrarias (noviembre de 1855).
  • Ley de sociedades crediticias y de sociedades bancarias (enero de 1856).

Periodos de 1856-1863 y de 1863-1868

Tras el gobierno progresista, el primero en gobernar fue O’Donnell, que intentó reformar la Constitución del 56, publicando un Acata Adicional. Fue sustituido por el moderado Narváez, que publicó la Ley constitucional de 1857, en la que se reforma el Congreso (para someterlo al gobierno) y el Senado, diferenciándose tres tipos de senadores: vitalicios, por derecho propio (pertenecientes a antiguos estamentos privilegiados) y hereditarios (grandes de España con renta mínima de 200.000 reales). La primera reforma no se aplicó y la segunda sí. Otras leyes aprobadas fueron la Ley de prensa de 1857 y la Ley general de instrucción pública de 1857 o Ley Moyano. Además, se creó la Comisión Estadística (1857). Así, podemos decir que el periodo de 1856 a 1863 fue de estabilidad social y crecimiento económico, intentando España en él aumentar su prestigio con la declaración de guerra a Marruecos y las expediciones militares a México y a la Conchinchina.

Por el contrario, el periodo de 1863 a 1868 fue un periodo de crisis en el que se alternaron el moderado Narváez y el unionista O’Donnell en el gobierno. La crisis tuvo una triple dimensión:

  • Política (la corona queda desacreditada ante progresistas y demócratas por no ser llamados a gobernar).
  • Económica (se produce la quiebra de compañías ferroviarias y se da una crisis agraria).
  • Social (el alza de los precios provoca protestas urbanas de las clases populares, que absorben ideas demócratas y del movimiento obrero).

Esta situación se va deteriorando hasta producirse el pronunciamiento de Prim, el cual fue exiliado, teniendo lugar en 1866 la firma del pacto de Ostende entre progresistas y demócratas. En 1867, O’Donnell murió y fue sustituido por el unionista Serrano, el cual se unió a lo acordado en Ostende, que pasaba por derrocar a Isabel II manteniendo la monarquía. Así, en 1868 un grupo de generales desembarcó en Cádiz y comenzó un pronunciamiento militar que desembocó en la Revolución Gloriosa de 1868, en la que se destronó a la reina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *