Desde el pantano
«Aquí abajo hay monstruos»
DC Comics apostó fuertemente por Phillip Kennedy Johnson en 2021 (al que tuvimos el privilegio de entrevistar en su momento), dándole una larga etapa en Action Comics. Esta se caracterizó por su notable manejo del aspecto emocional del tebeo de superhéroes, entendiendo los fundamentos de Superman, su humanidad y corazón por encima de lo sobrenatural.
Asimismo, recogía las historias del Exilio, quizás los mejores años para el personaje, para dar un nuevo impulso a lo que había sido tratado desde la gestación de Renacimiento para el Hombre de Acero. En último lugar, había mucho de su propia experiencia como militar en el modo con el que el personaje trataba con los efectos de la guerra.
Es fácil establecer un paralelismo con el proyecto que nos ocupa. Desde la conclusión de Inmortal Hulk, la editorial no ha sabido dar con el tono adecuado, ni para servir como hipotética, e imposible, continuación, ni para adaptar los inabarcables mundos del protagonista a nuevas realidades. Ryan Ottley y Donny Cates naufragaron a la hora de cambiar radicalmente el estilo de la cabecera, más cercana a la ciencia ficción que al horror característico de los cuatro años anteriores.
Con su conclusión, ya con Ottley en solitario, Marvel confía a Johnson la noble tarea de devolver el adjetivo Increíble a la colección.
Tenemos una nueva aventura de Banner huyendo de la justicia, con reminiscencias hacia la obra maestra de Joe Bennett y Al Ewing, como ocurría con Exilio, mezclando el terror puro norteamericano, con lo sobrenatural. Comienza, de este modo, la Era de los monstruos.
Hulk trata de tomar el control, mientras su eterno compañero no consigue mantenerlo a raya, en una desesperada rutina sobreviviendo entre pantanos, carreteras secundarias y cafeterías de mala muerte, dos pasos por delante casi siempre del FBI. En su camino, conoce a Charlie, una chica que esconde un horrible secreto y un componente suicida.
El primer aspecto positivo está en el dibujo. Nic Klein y Matthew Wilson (color) resultan ser la elección idónea para una aventura de estas características. Tanto por la complejidad con la que sumen a sus personajes en la oscuridad, como por la violencia descarnada presente desde la primera página. Desde Irak a los Estados Unidos de América, y al otro lado, cada escenario con un tono y personalidad distintos.
Es un trabajo notable, que transita por líneas tradicionalmente ignoradas por la editorial. Hay una clara propuesta por distanciarse de Marvel. Desde el diálogo, pero sobre todo desde el dibujo. Los no muertos, zombies, y monstruos con los que han de verse los dos protagonistas no tienen un estilo clásico marvelita, sino que van más en sintonía con trabajos de fuera de las dos grandes.
Aunque no sea una nota excesivamente original, el nuevo peinado elegido para el Gigante esmeralda es un modo de dar un diseño distinto del tradicional, que presenta una gran imagen.
Para los números 4 y 5, tenemos una práctica habitual en las publicaciones de Marvel, invitado al dibujo, Travel Foreman. Si bien su estilo no se asemeja al de Klein, funciona de igual manera a la hora de retratar el terror, más psicológico en las primeras páginas y eminentemente físico en las últimas.
Asimismo, el guion de Johnson atina en sus aspectos principales. Fundamentalmente, consigue, dentro de esta voluntad de ruptura con el universo interconectado de la editorial y habitual tono, entregar un Hulk complejo, construido a partir de las grandes etapas que el autor conoce a la perfección. Sabe dar matices a la dinámica Banner-Hulk peleando por someter al otro, con la aparición de Charlie.
El guionista comprende que parte del encanto del personaje está en cómo ambos lados de la relación interaccionan con los secundarios. Desde Rick Jones al doctor Samson, siempre ha de haber alguien a su lado para que el argumento funcione. Charlie es un añadido fundamental para la entrada de Hulk en este nuevo mundo, con diálogos como el que comienza el segundo número que dan buena cuenta de la facilidad del autor para establecer dinámicas centradas en la compleja psicología del Destructor de Mundos.
Por su parte, aprovecha el alto en el camino que son esos números 4 y 5, para incidir en el elemento más profundo del personaje, así como la relación entre él y Charlie. Lo que podría ser un rutinario relleno hasta el regreso de Klein es un añadido fundamental en la construcción de este Hulk.
En último lugar, ha de destacarse lo bien que funcionan los escenarios para la trama. Lejos de las grandes ciudades del país, entre la soledad de la realidad rural de buena parte de su extensión, apropiado para Hulk y su ritmo de vida.
El primer arco concluye con nota, dejando elementos de calidad con los que desarrollar nuevas aspiraciones para Hulk, dentro de esta Era que puede dar mucho de sí. El invitado de honor para la segunda historia encaja con coherencia con lo que Johnson pretende trabajar. Solo el transcurso de los meses y el cierre de arcos marcarán si sus autores cumplen con las esperanzas depositadas en ellos.
Lo mejor
• Es un primer arco satisfactorio y prometedor.
Lo peor
• Por momentos, se echa en falta algo de pausa entre escenas.
Notable
Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 7.5
7.7
Una aproximación respetuosa con lo mejor de Hulk, que podría transformarse en una gran etapa.
Me gusta el enfoque de historias cortas de terror, pero a saber cómo se desarrolla. De momento a mí sí me está gustando
Novedoso peinado?…ese estilo melenita ya lo llevó durante la etapa David/Deodato….
Hola, Piscolabi. Como digo, no es excesivamente original, sino que es nuevo en cuanto a lo que viene siendo habitual en anteriores etapas. Gracias por tu comentario y un saludo!