Leucemia.
La leucemia es el cáncer de los
tejidos que forman la sangre en el organismo, incluso la médula ósea y el
sistema linfático.
Existen muchos tipos de
leucemia. Algunas formas de leucemia son más frecuentes en niños. Otras tienen
lugar, principalmente, en adultos.
La leucemia, por lo general,
involucra a los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos son poderosos
combatientes de infecciones; por lo general, crecen y se dividen de manera
organizada, a medida que el cuerpo los necesita. Pero en las personas que
tienen leucemia, la médula ósea produce una cantidad excesiva de glóbulos
blancos anormales que no funcionan correctamente.
El tratamiento para la leucemia
puede ser complejo, según el tipo de leucemia y según otros factores. Pero
existen estrategias y recursos que pueden ayudar a hacer que el tratamiento sea
exitoso.
Origen de este cáncer
La leucemia se desarrolla
cuando el ADN de los glóbulos en desarrollo, principalmente los glóbulos
blancos, sufre daños. Esto hace que las células sanguíneas crezcan y se dividan
de manera incontrolable.
Las células sanguíneas sanas
mueren y son reemplazadas por las células nuevas. Estas se desarrollan en la
médula ósea.
Las células sanguíneas
anormales no mueren en un punto natural de su ciclo de vida. En lugar de ello,
estas se acumulan y ocupan más espacio.
A medida que la médula ósea
produce más células cancerosas, comienzan a saturar la sangre, impidiendo que
los glóbulos blancos sanos crezcan y funcionen normalmente.
Eventualmente, las células cancerosas superan en número a las
células sanas en la sangre.
Historia
La primera descripción de casos de leucemia fue presentada
por Velpeau en 1827. Once años después, Donné describió a un paciente con
exceso de células blancas y, en 1845, un paciente con crecimiento del bazo que
murió con material purulento en la sangre fue informado por J.H. Bennett. El
término de leucemia fue acuñado por Virchow en 1856. Posteriormente, avances en
el entendimiento de la leucemia ocurrieron rápidamente por científicos como
Ehrlich que desarrolló técnicas para teñir células; Neumann, que describió que
las células de la sangre se originan de la médula ósea y Bowel y Hungerford,
quienes describieron el cromosoma Filadelfia en pacientes con leucemia mieloide
crónica. En 1947, el patólogo Sidney Farber adquirió antagonistas del ácido
fólico, provenientes del bioquímico Subbarow, y los administró a niños con
leucemia observando remisión temporal. Hoy día el progreso científico, como la
aplicación de imatinib en ciertas formas de leucemia, ha dado pruebas de la
llamada terapia blanco en pacientes con diversos cánceres.
A pesar de que se le acreditan descripciones de leucemia a
Peter Cullen de Glasgow, Jacques Charles Collineau, A. Duplay de París, y
Henrry William Fuller de Inglaterra los personajes más citados que disputan la
prioridad del descubrimiento de esta enfermedad son Velpeau, Donné, Bennett y
Virchow.5 Fue en 1827 cuando el célebre médico francés, nativo de Breches,
Alfred Armand Louis Marie Velpeau (1795- 1867) vio a un paciente con leucemia,
pero Velpeau, es posible, que sea mejor conocido por los epónimos de "vendaje
de Velpau" para soporte del brazo, el "canal inguinal de Velpeau", "la hernia
femoral de Velpeau", y la hidradenitis supurativa o "enfermedad de Velpeau".7
Su actividad principal fue la cirugía y, a los 38 años de edad, fue nombrado
jefe del departamento de cirugía de la Universidad de París, donde permaneció
por 33 años. Fue un escritor prolífico y se conocen cerca de 340 manuscritos
entre los que figuran textos de anatomía quirúrgica (1825), obstetricia (1830),
medicina general (1832), embriología (1833) y enfermedades del útero (1854) y
de la glándula mamaria (1854).
Causas
Cómo se forma la leucemia
En general, se cree que la leucemia aparece cuando algunas células
sanguíneas adquieren cambios (mutaciones) en el material genético o ADN. El ADN
de una célula contiene instrucciones que le dicen lo que debe hacer.
Habitualmente, el ADN le indica a la célula que crezca a cierto ritmo y que se
muera en determinado momento. En la leucemia, las mutaciones indican a las
células sanguíneas que continúen creciendo y dividiéndose.
Cuando esto sucede, la producción de células sanguíneas se descontrola.
Con el tiempo, esas células anormales pueden desplazar a las células sanguíneas
sanas de la médula ósea, lo que disminuye la cantidad de plaquetas, glóbulos
blancos y glóbulos rojos sanos, y causa los signos y síntomas de la leucemia.
Cómo se clasifica la leucemia
Los médicos clasifican la leucemia en función de la velocidad de
evolución y de los tipos de células involucrados.
El primer tipo de clasificación se centra en la velocidad de evolución
de la leucemia:
·
Leucemia aguda. En la leucemia aguda, las
células sanguíneas anormales son células sanguíneas inmaduras (blastos). No
pueden cumplir sus funciones normales y se multiplican rápido; por lo tanto, la
enfermedad empeora con rapidez. La leucemia aguda exige un tratamiento oportuno
y agresivo.
·
Leucemia crónica. Existen muchos tipos de
Leucemias crónicas. Algunas producen demasiadas células y otras, muy pocas. La
Leucemia crónica comprende células sanguíneas más maduras. Esas células
sanguíneas se replican y acumulan muy lentamente, y pueden funcionar con
normalidad durante un tiempo. Algunas formas de leucemia crónica, al principio,
no producen síntomas tempranos, por lo que pueden pasar desapercibidas o no
diagnosticarse durante años.
El segundo tipo de clasificación tiene en cuenta el tipo de glóbulo
blanco afectado:
·
Leucemia linfocítica. Este tipo de
La leucemia afecta las células linfoides (linfocitos) que forman el tejido
linfoide o linfático. El tejido linfático forma el sistema inmunitario.
·
Leucemia mielógena. Este tipo de
La leucemia afecta a las células mieloides. Estas originan los glóbulos rojos, los
glóbulos blancos y las células que producen plaquetas.
SÍNTOMAS DE LA LEUCEMIA
Los principales signos y síntomas de la leucemia son:
·
Fiebre.
·
Sudores nocturnos.
·
Pérdida de peso.
·
Agrandamiento de los ganglios linfáticos.
·
Agrandamiento del bazo.
·
Cansancio.
·
Anemia.
·
Hemorragias.
·
Manchas moradas en la piel.
·
Dolor de huesos
Fiebre
La fiebre en la leucemia puede ser causada por una infección oportunista
que se aprovecha del hecho de que los leucocitos están enfermos e incapaces de
defender al organismo. El paciente con leucemia queda más susceptible a las
infecciones. Sin embargo, lo más común es que la fiebre tenga origen en la
propia leucemia.
La fiebre de la leucemia generalmente dura varios días y tiene origen
oscuro, es decir, no se logra encontrar una causa para la misma. Esta fiebre
puede ser alta y venir acompañada de escalofríos.
Síntomas B
Algunos pacientes con enfermedades malignas de la sangre, como linfomas
y las leucemias, pueden presentar los llamados síntomas B, que es una triada
compuesta por fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso no intencional.
Aumento de los linfonodos
La aparición de ganglios indoloros, principalmente en las regiones del
cuello, axilas, clavícula y en la fosa del codo son un síntoma común de la
leucemia, principalmente de la leucemia linfocítica aguda (LLA) y de la
leucemia linfocítica crónica (LLC), donde más del 50% de los pacientes
presentan esta alteración. En la leucemia mieloide aguda (LMA), el aumento de
los linfonodos es poco común.
Aumento del bazo
El bazo es una especie de linfonodo gigante, cuya función principal es
destruir las células sanguíneas viejas, defectuosas y de mal funcionamiento. El
aumento del tamaño del bazo es muy poco común en las formas LMC, LLA y LLC,
pudiendo provocar dolor en el cuadrante superior izquierdo del abdomen.
Cansancio y anemia
Como la proliferación de células cancerígenas es gigantesca, las mismas
acaban ocupando toda la médula ósea, dificultando la producción de otras
células importantes de la sangre, como los hematíes (glóbulos rojos). La
disminución en la producción de hematíes lleva a la anemia, que a su vez provoca síntomas como
cansancio, astenia, intolerancia a los esfuerzos y palidez cutánea.
Sangramiento y manchas moradas en la piel
Así como la ocupación de la médula por las células leucémicas provoca la
disminución en la producción de los hematíes, lo mismo ocurre con las
plaquetas, otro tipo de célula sanguínea producida en la médula ósea.
Como las plaquetas son las células responsables por el proceso inicial
de la coagulación de sangre, es común que los pacientes con plaquetas bajas
presenten sangramientos, principalmente en la encía, y moretones (manchas
moradas en la piel). También pueden aparecer petequias, que son múltiples
puntos pequeños de color rojo en la piel.
Dolor en los huesos
Como la médula ósea queda dentro de los huesos, la expansión de clones
malignos de leucocitos dentro de la misma puede provocar dolores óseos. Otra
causa de dolor óseo es la metastatización del cáncer al hueso, causando
destrucción de los mismos.
La mayoría de los síntomas descritos arriba ocurren en las formas agudas
de la leucemia. Generalmente, las leucemias crónicas son identificadas en el
laboratorio, a través de hallazgo de una leucocitosis desproporcional al estado
clínico. Muchos pacientes descubren una leucemia crónica antes de tener
manifestaciones clínicas de la enfermedad.
Prevención
Evite exponer a su hijo al benceno.
El benceno es una base química para la fabricación de otras
sustancias como la gasolina, los lubricantes y los pesticidas. Tiene un olor
dulce que, una vez respirado, puede ser atraído simplemente. Además puede
transferir la piel. El porcentaje de leucemia, y concretamente de la leucemia
Miloide aguda, es mayor en las personas presentadas al Benceno.
La predisposición crónica genera cantidades suficientes de
benceno para generar daño dentro del cuerpo. Evite trabajar en lugares que
demanden una predisposición periódica al benceno, como las gasolineras y las
fábricas de cigarrillos.
Las nuevas normas de seguridad han estipulado una baja en el
contenido de benceno en productos como la gasolina. no obstante, es mejor
minimizar la visita a gasolineras y establecimientos de petróleo crudo.
Evite fumar o usar tabaco cerca de su hijo.
Fumar genera la predisposición al benceno, ya que esta sustancia
se emana en el humo del cigarrillo. Además, existen otros químicos radiactivos
que se localizan en los cigarrillos.
El humo de segunda mano además refiere a una persona al benceno.
El mejor consejo para los fumadores es dejar de fumar prontamente y salvar las
vidas de otros además. Para los no fumadores, el consejo es evitar el humo del
cigarrillo a toda costa.
Tratamiento
El tratamiento para la leucemia depende de muchos factores. El médico
determina tus opciones de tratamiento para la leucemia en función de tu edad y
tu salud general, del tipo de leucemia que padezcas y de si esta se ha
extendido a otras partes del cuerpo, incluido el sistema nervioso central.
Los tratamientos frecuentes que se usan para combatir la leucemia son:
·
Quimioterapia. La quimioterapia es la
principal forma de tratamiento para la leucemia. Este tratamiento con
medicamentos usa sustancias químicas para matar las células de leucemia.
Según el tipo que padezcas, es
posible que recibas un único medicamento o una combinación de varios. Estos
pueden venir en forma de pastilla o pueden inyectarse directamente en una vena.
·
Terapia dirigida. Los tratamientos con fármacos
Con diana específica se enfocan en anomalías específicas presentes dentro de
las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías, los tratamientos con
Fármacos con diana específica pueden producir la muerte de las células
cancerosas. Se analizarán tus células leucémicas para ver qué terapia dirigida
podría ser útil para ti.
·
Radioterapia. La radioterapia usa
rayos X u otros haces de alta energía para dañar las células de leucemia y
detener su crecimiento. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla
mientras una máquina grande se mueve a tu alrededor y dirige la radiación a
puntos específicos del cuerpo.
Puedes recibir radiación en una zona
específica del cuerpo donde haya una acumulación de células de leucemia, o
puedes recibir radiación en todo el cuerpo. La radioterapia se puede usar para
prepararse para un trasplante de médula ósea.
·
Trasplante de médula ósea. Un trasplante
de médula ósea, también llamado trasplante de célula madre, ayuda a restablecer
las células madre sanas al reemplazar la médula ósea enferma con células madre
libres de leucemia que regenerarán la médula ósea sana.
Antes de un trasplante de médula
ósea, recibirás dosis muy altas de quimioterapia o radioterapia para destruir
la médula ósea que produce leucemia. Luego, recibirás una infusión de células
madre formadoras de sangre que ayudan a reconstruir la médula ósea.
Puedes recibir células madre de un
donante o se pueden usar tus propias células madre.
·
Inmunoterapia. La inmunoterapia utiliza el
sistema inmunitario para combatir el cáncer. El sistema inmunitario que lucha
contra las enfermedades de tu cuerpo puede no atacar el cáncer porque las
células cancerosas producen proteínas que las ayudan a esconderse de las
células del sistema inmunitario. La inmunoterapia funciona porque interfiere en
ese proceso.
·
Ingeniería de células inmunes para combatir la
leucemia. Un tratamiento especializado llamado terapia con linfocitos T con
receptor quimérico para el antígeno (CAR) toma las células T que combaten los
gérmenes de tu cuerpo, las diseña para combatir el cáncer y las infunde de
nuevo en tu cuerpo. Esta terapia puede ser una opción para ciertos
tipos de leucemia.
·
Ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son
experimentos para evaluar nuevos tratamientos oncológicos y nuevas formas de
aplicar los tratamientos existentes. Si bien los ensayos clínicos les ofrecen a
ti o a tu hijo la posibilidad de probar el tratamiento oncológico más novedoso,
los beneficios y los riesgos del tratamiento pueden ser inciertos. Habla sobre
los beneficios y los riesgos de los ensayos clínicos con tu médico.
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