CULTURA: Yolanda Cruz: "Las personas que sólo asocian La Línea con el narcotráfico no conocen la belleza de esa ciudad"

Entrevista | Yolanda Cruz Ayala Escritora / Autora de 'Sin latido'

Yolanda Cruz: "Las personas que sólo asocian La Línea con el narcotráfico no conocen la belleza de esa ciudad"

La autora nacida en Gibraltar regresa con una trama policial que se desarrolla en el escenario en el que ella creció: todo comienza con la misteriosa muerte de una chica

Yolanda Cruz Ayala (Gibraltar, 1963)

Yolanda Cruz Ayala (Gibraltar, 1963) / E.D.

Hace diez años su vida dio un giro de 180 grados al colar un manuscrito entre los nominados al Premio Planeta. Yolanda Cruz Ayala (Gibraltar, 1963) no ganó, pero encontró una vía de escape hacia un mundo que desconocía. Ahora regresa con ‘Sin latido’ (NdeNovela), una historia en la que por primera vez se atreve con una trama más oscura:«Tenía muchas ganas de escribir una novela policiaca», confiesa.

¿Qué oferta a sus lectores en ‘Sin latido’?

Una novela policiaca que transcurre en La Línea de la Concepción. Como punto de partida hay una chica que ha fallecido (Celeste) en extrañas circunstancias... No está claro si es un suicidio, un homicidio o un simple accidente. La policía comienza a hacer su trabajo al tiempo que otra mujer (Olivia), psicóloga y una vieja amiga de la fallecida cree que tiene en su mano un as para poder resolver la historia.

¿Un as para descifrar la muerte de Celeste?

Sí, cree que gente cercana a su entorno (tanto el de Celeste como el de Olivia) está implicada... Esa es la razón por la que opta por abrir una investigación que le va a ocasionar problemas.

Ésta ha sido la primera vez que escribe desde ‘casa’, ¿no?

Sí, Sin latido madura en La Línea de la Concepción. Mis otras novelas lo hicieron en Nueva York, París o Madrid... Me apetecía mucho escribir de una ciudad que amo desde que era una niña y conozco todos sus secretos. Es un escenario en el que me siento que estoy en casa.

¿En la trama no hay espacio para el narcotráfico?

No, no es un tema que los lectores se vayan a encontrar en la novela, ¿por qué lo pregunta?

¿El marco geográfico es uno de los «puntos calientes» del narcotráfico en este país? 

A mí no me gusta usar demasiado la palabra narcotráfico porque hay mucha gente que relaciona La Línea con delitos de droga y, en realidad, pocas son las personas que conocen este lugar. Aquí hay más de 63.000 habitantes y le aseguro que no todos trabajan en el tráfico de estupefacientes... Las personas que sólo asocian La Línea con el narcotráfico no conocen la belleza de esa ciudad.

Mi pregunta no iba en esa dirección, pero cuando hay una muerte, policías y en la zona se dan sucesos anudados con el tráfico de drogas, lo normal es querer saber algo más de la ficción.

Mi respuesta tampoco se la he dado para esconder un problema que existe aquí y en otros muchos puntos de la geografía española. Lo que intento aclarar es que la mayoría de los linienses no están en ese escenario porque son gente honrada y trabajadora. Hay un dicho popular que apunta que a la Línea se viene llorando y también te vas llorando porque ya no te quieres ir... La Línea es una ciudad amable, bonita, acogedora... Un lugar que desprende felicidad, su gastronomía es espectacular, unas playas preciosas...

"Nadie tiene la fórmula mágica para combatir una catástrofe tan descomunal como el problema migratorio"

No siga por ahí porque le va a quitar un buen puñado de turistas a Canarias.

No es mi intención [sonríe]. Además, Canarias es un lugar maravilloso para pasarlo bien. Todos los lugares tienen su encanto y en ningún momento yo pretendo ocultar que Gibraltar es un paraíso fiscal y que éste es un enclave geográfico estratégico en el que se da el tráfico de drogas y personas. Las fronteras marítimas son difíciles.

Lo que sí comparten con las Islas son los incesantes flujos migratorios que proceden de las costas africanas.

Eso es una crisis humanitaria de proporciones gigantescas... Todo lo que se haga por parte de las administraciones públicas va a resultar poco ante un drama de estas dimensiones. Nadie tiene la fórmula mágica para combatir una catástrofe tan descomunal, pero no nos podemos rendir sin luchar.

Las cifras de suicidios no paran de crecer y las medidas correctoras para controlar esta tendencia al alza son insuficientes"

¿Ha disfrutado estando en el lado oscuro?

Soy una lectora ávida de thrillers y, sinceramente, tenía muchas ganas de ofrecer una novela policiaca. Quiero escribir sin etiquetas [admite que no le gustar], contar las historias que me apetezcan... Sin latido es mi cuarto libro [antes llegaron Mermelada de pétalos, Cristales en el cielo de Manhattan y El sonido de las estrellas], pero aún no había escrito ningún thriller. No me lo he pasado mal [vuelve a reír], pero ahora mismo no le puedo asegurar al cien por cien dónde estaré en mi próxima historia. El hecho de tener un amigo policía (Pablo) me ha permitido ponerme en la piel, aunque sea un poquito, de un investigador para relatar una historia con mucho ritmo.

Ritmo, y la sombra de un posible suicidio, que es de largo uno de los problemas más graves que existen en la actual sociedad. ¿La salud mental nos está pasando factura?

La cantidad de vidas que se pierden de forma voluntaria nos debe llevar a reflexionar sobre qué es lo que estamos haciendo mal para que los problemas de salud mental sean una cuestión de Estado. Las cifras no paran de crecer y las medidas correctoras para controlar esta tendencia al alza son insuficientes. Investigando cuestiones clave para organizar Sin latido me di cuenta de que entre las embarazadas hay un porcentaje elevado de suicidios, algo que me llamó la atención porque se supone que estás afrontando uno de los momentos más felices de tu vida: nadie espera que traer vida a este mundo pueda ser una causa de peso para quitarte la tuya. Es una realidad que hay que abordar con toda contundencia posible.

De vuelta a la escritura, ¿usted debutó en este oficio a lo grande?

[pausa] Sí, fue un buen estreno. Yo no había publicado nada antes de acabar una novela que dejé leer a mi marido. Fue él quien la envió a los Premios Planeta... La sorpresa vino meses después cuando me dijeron que estaba seleccionada entre los 10 títulos que optaban al galardón de 2013. Yo no esperaba nada, pero a partir de ese instante ha sido una lucha constante por publicar.

¿Suena a un cuento literario?

Fue algo parecido. Cuando me vi en la gala rodeada con tantos escritores buenos [Yolanda Cruz Ayala se presentó con Mermelada de pétalos] lo único que pensé fue: ¿Qué hago yo aquí? Escribir siempre fue una de mis pasiones, pero vivir de esto es una misión imposible.