La iglesia del Espíritu Santo de Barcelona: la historia del templo que derribarán para construir una facultad de Medicina

La iglesia del Espíritu Santo de Barcelona: la historia del templo que derribarán para construir una facultad de Medicina

La capilla de la iglesia fue quemada en 1936, mientras que el templo como se conoce actualmente se inauguró en 1967

Alberga una vidriera de 200 metros cuadrados creado por el taller Raventós en 1965

Omella suspende 'a divinis' a un párroco de Barcelona por oponerse a la venta de su templo

La iglesia del Espíritu Santo PARROQUIAESPERITSANT

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Una iglesia en Barcelona se ha hecho famosa por un acontecimiento poco habitual en el mundo eclesiástico: su futuro derrumbe para construir una facultad de Medicina. Esto ha provocado revuelo entre los feligreses, la suspensión del párroco y la posible pérdida de una vidriera con casi 70 años de antigüedad.

Hablamos de la iglesia del Espíritu Santo, ubicada en el barrio de El Guinardó de Barcelona, que fue bautizada con ese nombre en 1926 a partir de la Parroquia de la Virgen de Montserrat, mientras que la que se conoce actualmente se inauguró oficialmente en 1967.

En tanto, en 1933, el obispo Irurita publica la orden de creación de la nueva parroquia que se empieza a construir un año después, cuando se inaugura la capilla del Santísimo, pero en 1936, durante la guerra, la capilla fue quemada.

Las obras del actual templo del Espíritu Santo comenzaron en 1958, bajo el rectorado de Andrés Puigdueta y la dirección del arquitecto Manuel Puig. La iglesia es una de las pocas abiertas las 24 horas en Barcelona, y alberga una vidriera de 200 metros cuadrados creado por el taller Raventós en 1965.

El 6 de febrero de 1994 el cardenal Ricard Maria Carles oficia la dedicación del templo y posteriormente, con el rector Joan Serra, se ampliaron las dependencias parroquiales, en 1990 se inauguró una gran sala polivalente.

Una vidriera de casi 70 años

La vidriera ha sido uno de los pilares en el que los creyentes han sustentado sus intentos de paralizar el proyecto de demolición. El vitral desaparecerá del todo cuando se lleve a cabo el derrumbe de la iglesia, ya que forma parte de la fachada.

La parroquia del Espíritu Santo de Barcelona, con el gran vitral sobre su entrada Religion en libertad

Desde la Asociación Amigos del Templo Parroquial del Espíritu Santo de Barcelona aseguraban que los vitrales de la iglesia son «artísticamente valiosos», por lo que intentaron que estos se catalogaran como Bien de Interés Cultura Local. En la destrucción de la vidriera, que consideran una de las mayores de su tipo de Cataluña, han apoyado su demanda para evitar el derrumbe.

Sin embargo, el esponsable de comunicación de la diócesis, el diácono Ramón Ollé, señaló en 'Religión en Libertad' que el vitral «nunca se ha catalogado como nada especial». «Es un vitral de técnica barata que se hacía en los años 60 incorporando vidrio a estructuras de hormigón», apuntó.

Ollé aseguró que el constructor estaba mirando si había alguna forma de salvarlo. «Quizá haya que redibujarlo y volverlo a hacer», expresó.

Acuerdo de junio de 2022: una facultad de Medicina y un templo más pequeño

El Arzobispado de Barcelona presentó en junio de 2022 su plan de reforma para la parroquia, que incluía la construcción de otro templo de dimensiones más reducidas y una facultad de Medicina de la Universitat Blanquerna-Ramon Llull, según acordaron con la Fundación Blanquerna, una fundación diocesana.

En concreto, el proyecto contempla destinar al templo y a usos parroquiales un espacio de 713 m2, mientras que el futuro centro universitario ocuparía 4.096 m2.

La parroquia del Espíritu Santo de Barcelona, vista desde la entrada religion en libertad

Ollé apuntó que la polémica no tenía sentido, ya que la parroquia «ni se vende ni se cierra». Lo que hacemos es cambiar un edificio viejo, que tenía problemas, por uno nuevo, donde el templo será más pequeño pero tendrá mejores locales parroquiales«, ha apuntado, asegurando que en el nuevo templo cabrán »perfectamente« 300 o 400 personas en misa.

Más de 9.000 firmas y la suspensión del párroco

La Asociación Amigos del Templo Parroquial del Espíritu Santo de Barcelona, interpuso una demanda para evitar el derribo del edificio, mientras que «feligreses y ciudadanos preocupados» impulsaron una recogida de firmas a través de change.org, que cuenta con 9.647 firmas.

En ella, detallan que la parroquia no es «solo un edificio» si no que es una comunidad vibrante con «adoración eucarística perpetua, una vida sacramental activa y un grupo dedicado a San José que atiende a los pobres y necesitados».

Por su parte, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha suspendido 'a divinis' al sacerdote Josep Maria Llorca Albero, párroco de la iglesia del Espíritu Santo, ubicada en el barrio de El Guinardó, por oponerse al derribo.

En un comunicado de este jueves, Omella, harto de que sus órdenes no se cumplieran por la oposición del grupo de fieles, ha comunicado además que el templo «pierde el carácter de lugar sagrado en sus totalidad» y que a partir de ahora será la iglesia del Hospital de San Pablo la que ejerza las funciones de iglesia de la parroquia del Espíritu Santo.

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