Beret: «Vengo de un barrio en el que no teníamos dinero ni forma de alcanzar los sueños» - Levante-EMV

Beret: «Vengo de un barrio en el que no teníamos dinero ni forma de alcanzar los sueños»

Beret inició su andadura en la música con sólo 17 años. Fue un amigo suyo quien le creó una cuenta en YouTube, en la que publicaba una canción suya. En pocos meses, el tema se difundió en numerosas plataformas. Casi diez años después, el artista se ha consolidado en la industria musical con temas como «Lo siento» o «Vuelve». Algunos de ellos, los interpretará el próximo 11 de julio en los Jardines de Viveros. 

Beret.

Beret. / urban

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Beret sólo tenía 17 años cuando se adentró en el mundo de la música. Él no necesitó ningún sello musical ni ninguna discográfica para llegar al público. En 2015 lanzó Efímero, su primer trabajo discográfico. Diez años después sigue encima de los escenarios interpretando sus canciones, en la mayoría de las cuales le canta al desamor. Algunos de sus temas más destacados son «Lo siento», «Ojalá», «Vuelve» o «Te echo de menos». Además, ha interpretado canciones con otros artistas destacados del panorama nacional como Malú, Reik o Camela. El artista repasará muchas de estas canciones el próximo 11 de julio en los Jardines de Viveros junto a Normal. 

Formas parte de la generación de artistas que se popularizó subiendo sus primeras canciones a YouTube, sin ninguna discográfica detrás.

Yo subí una canción medio obligado porque yo grababa a gente en mi casa. Recuerdo que a un amigo mío le pasé una canción, que grabé en mi estudio. Él se encargó de pasársela a gente sin mi permiso, sin yo saber nada. Pasó el tiempo y se hizo viral, así que ya no me quedó otra. Es curioso porque no la subí yo. De hecho, la subió él porque él me creó un canal de YouTube.

En aquel momento querías matarlo, pero ahora se lo agradeces.

Sí, sí, ahora vamos a medias

Eras muy joven cuando empezaste, ¿cómo ha cambiado Beret?

Yo tenía 17 años. Era muy joven, tenía mucha ansiedad. No sabía muy bien cómo me iba, no sabía nada porque en mi familia nadie sabe de música. Tampoco yo tenía ninguna idea de lo que era una gira o una carrera musical. Yo simplemente hacía letras, hacía mi música. Y, de casualidad, a la gente le estaba gustando. El mayor cambio es la serenidad que tengo ahora.

¿En algún momento, creíste que ibas a perder el rumbo?

Siempre he sido una persona muy centrada. Por más que la vida me haya cambiado, siempre he estado con las mismas personas, con mi familia... La vida te cambia. Obviamente yo no tengo nada que ver con el Beret de hace diez años. He salido de un barrio, que no teníamos dinero, no teníamos forma de alcanzar los sueños… Yo me sustentaba al mes con cinco euros, que me daban mis padres. Rapeaba en la calle con colegas y ahí me ganaba algo. Me ha cambiado la vida, pero a la hora de ser, sigo juntándome con la misma gente. No soy una persona a la que se le haya ido la cabeza.

Saber de dónde venías te ha permitido mantener los pies en el suelo.

Claro, yo creo que también es por eso. Siempre he sido tan feliz en la simpleza, por más que tenga, que haga o que sea. Lo que me hace feliz, me hace feliz y ya está.

Tus primeros temas estaban más enfocados al rap, pero ha habido un cambio en tu estilo musical. ¿Por qué decidiste cambiar ese rumbo?

Yo llevo rapeando desde que tengo diez años y ya me cansé. Yo ya estaba harto del rap. Yo hago ‘freestyle’ a día de hoy con colegas, pero ya no hago rap. Cuando tenía diecisiete años, yo seguía la batalla de gallos. Las primeras que se hicieron en mi barrio siempre han sido de raperos. Yo he crecido rimando porque en mi barrio no se escuchaba pop. Mi familia sí que escuchaba y yo lo escuchaba porque mis padres lo ponían en casa. Acabé un poco cansado y me di cuenta de que lo que quería contar no me era suficiente con el rap.

Si algo caracteriza tu música es el contenido de la letra, ¿le das más importancia que a la propia melodía?

Anteriormente, yo era una persona que hacía poesía y después la convertía en canciones. O sea, yo hacía poemas y, después, con el paso del tiempo, a la hora de la canción, me metí en un instrumental y escribí encima. A día de hoy, hay un equilibrio porque me doy cuenta que, a veces, se pierde la intensidad del mensaje si no se hace con una buena forma. No es lo mismo recitarlo, que cantarlo. Nunca sacaría una canción que solamente tuviera buena melodía. En cambio, sí que sacaría una canción que solo tuviera buena letra.

Siendo tan perfeccionista, te fijarás en el contenido de las canciones actuales. ¿Carece de esto la industria musical?

A nivel general, yo creo que sí. De letrista, que yo siga y me flipe, están Sabina, Jorge Drexler…En cuanto a raperos, hay un montón, como Nach y hay un montón de rap ‘underground’, que tiene letras increíbles, que no conoce nadie. Las canciones actuales, yo me las pongo y me encantan. Pero yo intento buscar una complejidad en la letra que, a veces, creo que hasta me paso. Muchas veces, escucho la música comercial y obviamente me falta un poco eso, pero no está mal tampoco. Yo comprendo que el rap, por ejemplo, es más de letras y el pop comercial, no es tanto.

Muchas de tus letras se convierten en lemas o frases entre los adolescentes, que llegan a hacerse tatuajes con ellas.

Sí, hay canciones mías que la gente se ha tatuado enteras. He visto en persona, miles de tatuajes. He visto hasta mi cara tatuada. He visto cada cosa increíble. Hubo una época que te metías en Instagram y parecía que yo era el generador de frases.

¿Consideras que tu público sigue siendo adolescente o ha crecido contigo?

Ha ido creciendo. Cuando yo empecé, era público pequeño. Ahora salgo a la calle y me para una persona de 30 años. Se ha hecho muy general. De hecho, últimamente me sigue mucho más público de más de 40 años. Son personas que me iban siguiendo. Se está haciendo muy típica la frase de ‘Mi madre te escucha’. Y antes era la hija o el hijo.

Tu último disco, Resiliencia, nació en uno de los momentos más complicados de tu vida. ¿El título es una referencia autobiográfica?

Sin duda. Fue en una época complicada y el título habla de volver a ser uno mismo, a pesar de las circunstancias.

En muchas de tus canciones, le cantas al desamor, pero con cariño.

El otro día estaba con un colega y me di cuenta que había cantado un montón de canciones de desamor, pero nunca he hecho un desamor muy heavy. Siempre he mostrado un desamor con cierta esperanza. Espero no estar nunca tan mal para hacer una canción así. Nunca he hecho un tema en el que me muestre despechado. Siempre tengo un hilo de esperanza.

Son una especie de sanación frente a una ruptura.

Sí, literalmente.

¿Te has planteado escribir sobre el amor?

Cuando estoy enamorado, lo que menos quiero es escribir. No tengo tiempo para escribir. Cuando estoy mal, sí. Voy a desahogarme, pero cuando estoy bien, estoy aquí enamoradísimo.

¿Eres tan intenso en tu día a día como en tus letras?

Aquel que no me conoce piensa que yo me paso el día llorando, sufriendo… Pero no. Yo soy una persona muy intensa. No sé hacer las cosas a medias. Es mucho o poco. Soy intenso obviamente porque no sé vivir de otra forma. Me ha ido muy bien en la vida, en las relaciones. He tenido dos novias en mi vida, que han sido de larga duración. Siempre he dado con buenas personas. He dedicado tiempo con personas buenas.

En los últimos años, eres uno de los artistas que forma parte de los carteles de distintos festivales. ¿Eres más de conciertos o festivales?

De concierto, sin duda. En los festivales, hay que convencer a alguna gente y en los conciertos no. En los conciertos, la gente ya te conoce. En los festivales, hay algún despistado que no conoce y tienes que convencer.

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