MADRID
Diarios de Barrio

Ariel Rot a Calamaro: �'Oye, que voy a recoger mi casa y me voy para Madrid. Si te vienes, tienes aqu� una banda'. Y me dijo que por supuesto�

Lleg� a Madrid a los 16 a�os huyendo de la dictadura militar de Videla en Argentina. Todav�a adolescente, triunf� con Tequila y ya en Malasa�a dio su primer concierto con Los Rodr�guez. Ese barrio, cuyas calles recorremos, fue el lugar donde el bonaerense �puso el ancla por primera vez�

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Poco antes de despedirnos, medio en broma, medio en serio, Ariel Rot dice que se arrepiente de haberse acortado el apellido paterno y que ahora quisiera ser conocido como Ariel Rotenberg. El periodista le sugiere que nunca es tarde y, con una carcajada, este responde que es verdad, pero que de hacerlo se convertir�a en �un alter ego� dotado de su verdadera personalidad.

Lo de cercenar el apellido es ya una costumbre familiar en el clan de los Rotenberg. Lo hizo �l, lo hizo su �nica hermana, la actriz Cecilia Roth, y lo hizo su madre, la cantante y music�loga Dina Rot, que adem�s de usar como nombre art�stico el Rotenberg de su marido, lo abrevi� igual que despu�s har�a este rockero empedernido, guitarrista virtuoso, cantante y tambi�n amante del blues y el jazz. Ex miembro de Tequila, de Los Rodr�guez, de The Rota, Ariel Rot ha desarrollado una fruct�fera trayectoria en solitario durante los �ltimos a�os de su carrera.

El guitarrista de Buenos Aires toma una caf� en la Plaza del 2 de Mayo de Madrid.
El guitarrista de Buenos Aires toma una caf� en la Plaza del 2 de Mayo de Madrid.�ngel Navarrete

Nos ha citado en la m�tica Plaza del 2 de Mayo de Madrid. Rot acaba de finalizar la emisi�n en TVE de la cuarta temporada del programa que presenta, Un pa�s para escucharlo, con el que recorre Espa�a mientras se re�ne para hablar y tocar con los mejores m�sicos de cada lugar. Pero esta vez es �l quien nos va a guiar por el barrio con el que tiene una mayor conexi�n emocional: Malasa�a. �Fue mi primera casa verdadera, mi primera morada, porque hasta ese momento hab�a vivido un poco m�s como una jam session�.

En 1995 se compr� una casa en la calle de la Palma, a la vuelta del m�tico Siroco. �El lugar donde por primera vez puse el ancla, y ah� pasaron muchas cosas, entre ellas que fui padre o que empec� mi carrera en solitario. Todav�a me siento un vecino del barrio, a pesar de que ya no vivo aqu��, confiesa mientras habla de Malasa�a, como todos los madrile�os conocen a esta zona de la capital aunque en realidad ese no sea su nombre oficial. Este es el barrio de Universidad, en pleno distrito Centro, pero la historia de Manuela Malasa�a acab� d�ndole su popular denominaci�n. Esta costurera, seg�n los relatos hist�ricos de la �poca, muri� a los 17 a�os siendo uno de los personajes m�s recordados del Levantamiento del Dos de mayo de 1808 contra los franceses. Pero volvamos a la m�sica.

Ariel Rot, frente a la fachada del edificio de Malasa�a donde compr� su primera casa en propiedad.
Ariel Rot, frente a la fachada del edificio de Malasa�a donde compr� su primera casa en propiedad.�ngel Navarrete

Rot lleg� a Espa�a con 16 a�os desde Buenos Aires en 1976, tras huir junto a su familia de la represi�n ejercida por la reci�n instaurada dictadura militar de Videla porque su padre, Abrasha Rotenberg, hab�a fundado, junto a Jacobo Timerman, el peri�dico opositor La Opini�n. �Era inusual, porque m�s que dar noticias hac�an an�lisis editorial en un pa�s con una violencia incre�ble. Los atentados, las bombas y las amenazas estaban a la orden del d�a�, recuerda.

Por eso, tanto su padre como su madre estaban en la lista de personas contrarias al r�gimen militar, as� que tras muchas insistencia de sus allegados y su familia, finalmente cruzaron el Atl�ntico hacia Madrid. En aquella ola de exiliados, Rot coincidi� en la capital con su amigo de la infancia y futuro compa�ero de banda en Tequila, Alejo Stivel, con quien ya en tierras argentinas hab�a compuesto algunos temas.

Aunque su acercamiento a la m�sica ya ven�a de lejos, incentivado desde siempre en su casa. �Mi madre ensayaba con un guitarrista en casa, y, para m�, era un momento excitante y casi sagrado. Me sentaba ah�, no abr�a la boca y b�sicamente miraba al guitarrista, no a mi madre. Tal vez tendr�a que haberlo equilibrado m�s y cantar�a mejor�, afirma con sorna quien con ocho a�os se iniciaba al piano y a los diez, ya enamorado de la guitarra el�ctrica, se pas� al rock anglosaj�n y argentino. Sobre todo, el segundo, �por ser en castellano�, a trav�s de grupos como Manal, cuyo guitarrista, Claudio Gabis, fue luego su profesor de guitarra y �ahora vive en Madrid�;Almendra, la banda de Luis Alberto Spinetta, o Pappo, �un guitarrista excepcional de blues que luego se inclin� m�s hacia el rock duro�. Pero esa afici�n se hizo m�s fuerte en Madrid junto a Estivel, comprando revistas musicales, de Popular 1 a Disco Express, en las que descubrieron un local por Diego de Le�n, el New M&M. All� tocaba la Spoonful Blues Band, con Juli�n Infante y Felipe Lipe como integrantes, que acabar�a siendo el germen de Tequila. �Les dijimos que quer�amos un bajista para tocar con nosotros. Me pidieron mi n�mero de tel�fono y a los meses llamaron dici�ndome que eran ellos los que estaban buscando un guitarrista�, explica.

Rot, delante del estanco donde compraba tabaco, ahora reconvertido en bar.
Rot, delante del estanco donde compraba tabaco, ahora reconvertido en bar.�ngel Navarrete

Con el tiempo, lleg� el turno de Alejo Estivel como cantante y el cambio de nombre a Tequila. Como los dos argentinos ya tra�an algunos temas compuestos, esos fueron los primeros del repertorio. �Ensay�bamos todos los d�as de cuatro a nueve de la noche, y en esa �poca por primera vez descubr� los bajos de Arg�elles, que fue donde conoc� a un mont�n de amigos�. Y, de paso, Ariel Rot, encontr� un nuevo Madrid, el suyo: �Hasta entonces viv�a en una especie de gueto argentino, por Plaza de Castilla, que es donde nos instalamos casi todos al principio�.

Sus influencias por aquella �poca ya eran Faces y los Rolling. �Nuestra generaci�n empez� a escuchar m�sica, pero digamos que todo lo que vino luego, la Movida, la new wave y todo eso, ten�a m�s influencias de los Ramones o de otro tipo de grupos. Para nosotros, aparte de la est�tica, la destreza instrumental era importante�, relata el m�sico, que en 1978 graba su primer �lbum y abre la puerta a sus grandes �xitos como Rock and roll en la plaza del pueblo, Salta! o Dime que me quieres, que a�n perduran en el imaginario colectivo de la m�sica.

El m�sico, frente a la puerta del Siroco, donde tocaron por primera vez Los Rodr�guez.
El m�sico, frente a la puerta del Siroco, donde tocaron por primera vez Los Rodr�guez.�ngel Navarrete

Recordando esos a�os abandonamos la Plaza del 2 de mayo, zona de trapicheo y de yonquis en los 80 hoy convertida en hogar de modernos: �O ten�as muy claro a lo que ven�as o ten�as que andarte con cuidado�. Aunque la vida callejera madrile�a la descubrir�a sobre todo en la zona central de Arturo Soria, la m�s cercana a la calle Alcal�, �que era muy barrial�. All� se estilaba la vida de bar, de botellines, del futbol�n, �de comprarse medio taleguito de chocolate� o de ir a La Ventilla. �All� �ramos ciudadanos ilustres en un barrio parecido a las pel�culas de quinquis que se ven ahora mucho. Por cierto, que fuimos un par de veces a comer a casa de Eloy de la Iglesia�, rememora sobre el director de pel�culas como El Pico (1983) o La estanquera de Vallecas (1987).

Es en 1979 cuando Rot abandona el nido familiar para irse con su hermana Cecilia a un piso que alquilaron en el Paseo del General Mart�nez Campos. ��bamos y ven�amos, pero lo mantuvimos subalquilando. Era un pisazo, llegando casi a la Castellana, un palacete totalmente decadente. Fue un lugar de mucha reuni�n del mundo de la m�sica y el cine de esa �poca�, detalla. Y tambi�n donde empez� su enganche a la hero�na, sustancia de consumo habitual en aquellos a�os y que seg� cientos de vidas juveniles. �Cuando est�s enganchado, tu novia es s�lo una�, afirma el autor de letras como Me est�s atrapando otra vez, centradas en esa adicci�n.

CALAMARO Y MART�NEZ CAMPOS

Con la disoluci�n en 1983 de Tequila, Rot saca su primer �lbum en solitario, Debajo del puente, que le devuelve a Buenos Aires por el gran �xito en su pa�s natal, sumado a sus problemas de drogas. Dos a�os despu�s llegar� otro disco, V�rtigo, y el inicio de su relaci�n con Andr�s Calamaro, al que conoce en una emisora de radio. Despu�s, regresa a Madrid a ra�z de una llamada de su amigo Juli�n Infante, que le dice que hay un concierto de los Rolling Stones. Eso y la necesidad de volver para no perder la nacionalidad espa�ola. Es en ese momento cuando se produce la llamada a su nuevo amigo Calamaro: �'Oye, que yo voy a recoger mi casa y me voy para Madrid. Si te vienes, tienes aqu� una banda', le dije. Y me respondi� que por supuesto�.

El guitarrista, en la Plaza de las Comendaroras, recuerda lo feliz que era en Malasa�a y resalta la tranquilidad que se respira.
El guitarrista, en la Plaza de las Comendaroras, recuerda lo feliz que era en Malasa�a y resalta la tranquilidad que se respira.�ngel Navarrete

Como el piso de Mart�nez Campos a�n lo ten�an subalquilado, lo pudieron recuperar y entre esas paredes surgieron Los Rodr�guez. �Era inviable que Andr�s y yo vivi�semos en Madrid si no ten�amos un piso donde estar, los alquileres ya eran muy caros�, detalla mientras recuerda su primer concierto juntos en diciembre de 1990 en la sala Siroco de Malasa�a, muy cerca de donde contin�a este paseo. Al llegar a la calle de la Palma, Ariel se�ala la que fue su primera casa en propiedad y descubre, no sin cierta sorpresa, que el se�or al que se la vendi� todav�a tiene puestas sus mismas cortinas rojas americanas. �Era una casa maravillosa con cuatro balcones. Me pas� algo genial, y es que mi vecino puerta con puerta era un argentino contrabajista de una filarm�nica, Rub�n Giorgis. Escuchaba mucho rock y se hab�a formado en Viena�, evoca Rot sobre el que fue su estudio de grabaci�n y lugar de encuentro musical. Las jam sessions se suced�an mientras por all� pasaban los hermanos Makaroff, Federico Lechner o Andy Chango, entre otros muchos.

Tambi�n en esa casa naci� su primer hijo y fue su hogar hasta 2003. �Nunca estuve m�s a gusto en un sitio, produje much�simo, pero se nos qued� algo peque�a porque lo hab�a comprado para m� solo y necesit�bamos una vivienda m�s familiar, m�s confortable�, cuenta al tiempo que el recorrido por Malasa�a empieza a llegar a su final. �Por aqu� hab�a una carnicer�a que ya no existe. Recuerdo que una vez, esperando mi turno, compuse el estribillo de Baile de ilusiones. Estaba bloqueado, ten�a s�lo las estrofas, me faltaba el estribillo y ah� me sali�: 'el que no baila est� muerto...'�, va desgranando por los distintos rincones desaparecidos del barrio.

Al pasar por El Cangrejero, un castizo local de la calle Amaniel, el guitarrista comenta que ese es el sitio donde mejor se tira la cerveza en toda la ciudad. Y ah� aprovechamos para pedir que nos defina Madrid en pocas palabras: �Es amigable, una ciudad f�cil. No se me ocurre mejor sitio urbano donde vivir�. En pocos pasos nos plantamos en la Plaza de las Comendadoras, �ltima parada de este trayecto. �Me est� dando pena haberme ido. Adoraba esta zona, por eso la eleg�. Fui muy feliz en este barrio�, culmina Rot.

CUESTIONARIO CASTIZO

1. Una comida. No lo como muy a menudo, pero me flipa, y es el cocido madrile�o, por supuesto. Me est�n entrado unas ganas enormes de comerme uno ahora mismo, acompa�ado de una botella de vino, obviamente.

2. Un recuerdo. Mi primer recuerdo de la ciudad es mi llegada a Madrid, la primera noche que pasamos en ella. Mi madre, mi hermana Celia y yo dormimos en el Hotel Mayorazgo de la Gran V�a. Mi padre no estaba porque se hab�a quedado en Argentina. Fue bajar a la calle para ver d�nde est�bamos, comenzar a caminar y a un lado de la Gran V�a estaba una pel�cula sobre un concierto de los Rolling Stones, era Ladies and Gentleman: The Rolling Stones (1973). Fue como un milagro. Y por el otro lado encontr� una tienda de guitarras. Es mi primer recuerdo de Madrid. Una especie de profec�a.

3. Plan de domingo. Hay algo maravilloso en Madrid que es el vermut. Tal vez uno de los mejores inventos espa�oles, as� que el domingo es un muy buen d�a para disfrutarlo.

4. �Y por la noche? Si tengo que elegir un plan nocturno, el que m�s me gusta es tocar, tener un concierto. Yo antes sal�a, sal�a, sal�a... Ahora solamente con mis conciertos ya tengo suficiente.