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Propiedades

La lujosa villa de Joseph Goebbles, ministro de Hitler, que ahora quiere regalar Berl�n

El ministro de Propaganda de Hitler mand� construir una lujosa villa cerca de los estudios de cine alemanes. All� entreten�a a jerarcas nazis y manten�a aventuras secretas con actrices.

Goebbles y su casa
Goebbles y su casaGetty
Actualizado

El gobierno de Berl�n est� dispuesto a regalar una villa que fue propiedad de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Adolf Hitler, con la esperanza de poner fin a un debate de d�cadas sobre si reutilizar o derribar el complejo, abandonado desde el a�o 2000. De no haber interesados con un proyecto que redunde en beneficio de la ciudad y haga justicia al complejo significado hist�rico del lugar, habr� demolici�n.

"Quien quiera hacerse cargo del solar, se lo regala el Estado de Berl�n", ha declarado el senador de Finanzas berlin�s, Stefan Evers. No precis� en su declaraci�n ante el Parlamento regional si tambi�n se considerar�an las propuestas de particulares, pero el mero hecho de no hacerlo ha desatado una polvareda. "No me gustar�a que el Estado de Berl�n cediera el lugar a alg�n particular que luego persiguiera objetivos ideol�gicos con la propiedad. En este contexto, la declaraci�n de Evers es muy desafortunada", afirma Oliver Borchert, alcalde de Wandlitz, municipio del vecino estado de Brandeburgo y en cuyo t�rmino se alza la villa.

Las autoridades berlinesas han intentado en repetidas ocasiones ceder el terreno a las autoridades federales o al vecino estado de Brandeburgo para no seguir pagando por el mantenimiento y la seguridad del complejo, pero nunca hubo respuesta. Varios grupos han intentado entretanto establecerse en la propiedad, con un terreno de 16 hect�reas, pero ninguna oferta se tom� en consideraci�n. Y no s�lo porque algunos de ellos estaban relacionados con la extrema derecha, sino porque Berl�n siempre ha buscado inversor p�blico.

Tras el �rdago de Berl�n, el Ministerio Federal de Obras P�blicas ha anunciado que est�n en conversaciones con las partes implicadas "sobre un posible desarrollo ulterior del solar", pero no comenta "las declaraciones del senador de Hacienda".

Goebbels, uno de los aliados m�s cercanos de Hitler, mand� construir la lujosa villa en 1939 en un paraje boscoso con vistas al lago Bogensee, cerca de Wandlitz, a unos 40 kil�metros al norte de Berl�n y a tiro de piedra de Babelsberg, los estudios cinematogr�ficos m�s antiguos del mundo y m�s importantes de Europa en los a�os 30. No fue casual la elecci�n del lugar. Goebbels, que viv�a en Berl�n con su mujer y sus seis hijos, utiliz� la villa y una casa anterior en el mismo lugar para entretener a l�deres nazis, artistas y actores, y supuestamente como nido de amor para aventuras secretas, pese a sus proclamas de moral e imagen de matrimonio perfecto con Magda, su esposa y madre de sus hijos. "Todo es silencio y tranquilidad aqu�. Es un idilio en la soledad", escribi� en noviembre de 1936 Goebbels en su diario. Una soledad que tambi�n utiliz� para escribir discursos incendiarios para la "guerra total".

Goebbels sent�a una atracci�n poderosa por el cine y l�gicamente en la villa hab�a una sala de proyecciones. Adoraba las pel�culas de Walt Disney y entre ellas Blancanieves y los siete enanitos. Hollywood le ayudaba a evadirse. Detestaba el cine militar y estaba convencido de que s�lo el de entretenimiento manten�a a la gente en casa, lejos de conspiraciones pol�ticas. Pero �l descubri� pronto el poder de la gran pantalla y, como ministro de Propaganda del Tercer Reich, se atribuy� el derecho de decidir qu� pel�culas se rodaban y qui�nes las protagonizaban.

La amante actriz

Contaban con ventaja las actrices que aceptaban enredarse entre sus s�banas. Una de sus relaciones m�s conocidas fue con la actriz checa Lida Baarov, lo que a punto estuvo de costarle su matrimonio. La ruptura fue el precio que pag� para que su esposa se instalara en la mansi�n del lago. La familia vivi� aqu� entre 1941 y 1945, hasta que se unieron a Hitler en su b�nker, donde se suicidaron tras acabar con su prole.

Goebbels transform� la industria del cine alem�n pero nunca logr� inculcar su pasi�n en Hitler. Chocaban en el uso de ese medio y en los gustos. A Hitler le gustaban las haza�as b�licas y entre ellas Viva Villa, pel�cula sobre la vida del revolucionario mexicano Pancho Villa. Goebbels se negaba a proyectarla por su factor de agitaci�n. Tampoco Eva Braun logr� que Hitler amara el cine, aunque fue en un cine donde naci� su amor, en los a�os 20, cuando ella trabajaba como asistente y modelo de Heinrich Hoffman. El fot�grafo, que luego se convertir�a en el retratista oficial del dictador, siempre le ped�a a Eva que se sentara junto a Adolf.

Tras la II Guerra Mundial el terreno se utiliz� brevemente como hospital y luego pas� a manos de las juventudes del Partido Comunista de la RDA, que construyeron un centro de formaci�n con varios grandes bloques de alojamiento.

Tras la reunificaci�n alemana en 1990 el terreno volvi� a ser propiedad del Estado de Berl�n. Sin embargo, la ciudad no le dio ning�n uso. Desde entonces, el lugar se ha convertido en una atracci�n para los excursionistas, que pueden recorrer los terrenos cubiertos de maleza y asomarse a las ventanas de la villa, que van del suelo al techo. Las baldosas y ventanas est�n en buen estado, pero a las 30 habitaciones privadas y 40 de servicio que tiene la residencia se les cae el techo. Es visible la huella de la lluvia en el suelo. Quedan, atrapadas en el tiempo, sus impresionantes salones, la suite de Goebbels y una sala de proyecciones de 100 metros cuadrados dise�ada especialmente para �l. Cost� 2,3 millones de marcos de entonces. Explica Peter Demetz en su libro Dictadores en el cine: Lenin, Mussolini, Hitler, Goebbels y Stalin, que el f�hrer vivi� una experiencia traum�tica en el cine. �sta, otra m�s, fue a ra�z de una pel�cula que vio en su adolescencia sobre la prostituci�n.

El municipio de Wandlitz ha presentado varias propuestas, pero si nadie mueve ficha, "al Estado de Berl�n no le quedar� m�s remedio que llevar a cabo la demolici�n".