Milan gana como un toro salvaje en el Giro | El Periódico

La ronda italiana

Milan gana como un toro salvaje en el Giro

El velocista italiano se anota la victoria en una etapa llana muy animada por el viento a las puertas del anuncio de una nueva exhibición de Tadej Pogacar en la segunda contrarreloj de la carrera.

Así te hemos contado la 13ª etapa del Giro.

Jonathan Milan celebra la tercera victoria en el Giro.

Jonathan Milan celebra la tercera victoria en el Giro. / GIRO DE ITALIA

Sergi López-Egea

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Jonathan Milan ganó a lo bestia para poner un ramito de flores a una etapa que sobre el papel podía haber resultado la más aburrida de este Giro pero que al final se convirtió en un espectáculo donde estaba prohibido dormirse sobre el sofá porque en cualquier momento podía saltar la banca. Venció como un toro, como gusta que lo llamen cuando ya empieza a convertirse en un reclamo del ciclismo italiano.

Fue el día en el que el viento cercano a Bolonia trató de jugar una mala pasada al pelotón, sobre todo a Milan, tercera victoria en este Giro y ya convertido plenamente en el heredero de Mario Cipollini. A 60 kilómetros de la meta sopló el aire lateral lo que era una llamada para tratar de cortar de cuajo al pelotón si algún equipo se animaba. Lo hizo el Ineos de Geraint Thomas, tercer clasificado, que movió el árbol del Giro para ver qué ocurría. A Tadej Pogacar, evidentemente, no lo pillaron despistado y tampoco a Daniel Martínez, el ciclista colombiano del Bora que ocupa la segunda plaza de la general. Con Milan fue distinto.

Pedaleaba el ciclista italiano tranquilo al fondo del pelotón y de repente vio asfalto de por medio entre él y la cabeza de carrera, donde había que estar si se tenía asumido luchar por la victoria de etapa. Fue una persecución que se alargó durante una decena de kilómetros. Milan quiso cometer la tontería de enlazar en solitario lo que era una condena al fracaso en toda regla. Tenía a compañeros del Lidl a su lado y por fin consiguieron conectar.

El intento de Gaviria del Movistar

Animó el viento, que puso peligro y que impulsó el ritmo del pelotón hasta que se llegó a la meta de Cento, pequeña localidad cercana a Ferrara, en la región de Emilia-Romaña. Allí Fernando Gaviria, el velocista colombiano del Movistar, trató de conseguir lo imposible, que más que ganar la etapa, era tumbar a Milan, que surgió como ese toro salvaje convertido en ciclista para conseguir la tercera victoria en este Giro que aún le guarda dos oportunidades, el jueves que viene en Padua, en una etapa de relajación entre montañas, y el domingo 26 de fin de fiesta en Roma donde espera coronarse Tadej Pogacar, porque cualquier otra circunstancia sería una sorpresa monumental.

El fenómeno esloveno lleva tres etapas en las que se ha tomado el Giro como un entrenamiento, refugiado en el pelotón donde ha salvado mínimos problemas, como el viento de este viernes, pero que le ha servido para recuperar fuerzas y para preparar este sábado otro golpe de efecto. En los 31 kilómetros de la contrarreloj puede dejar a casi cuatro minutos de distancia al segundo clasificado de la general a las puertas de una gran etapa de montaña, el domingo, con la ascensión al Mortirolo.

Se trata de una ‘crono’ absolutamente llana que tiene a Filippo Ganna como principal favorito, aunque deberá estar atento a la fortaleza de Pogacar deseoso de poner una autopista de por medio con sus rivales y quién sabe si amargarle la victoria al gran contrarrelojista piamontés.

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