El Bienio Progresista (1854-1856) y el Reinado de Isabel II

1. El Bienio Progresista (1854-1856)

El régimen liberal funcionaba de diferente manera en la teoría y en la práctica. La reina llamaba siempre a los moderados al gobierno, por lo que los progresistas se sublevaban para intentar acceder al poder.

En 1854, los progresistas y los moderados más progresistas protagonizan el levantamiento de Vicálvaro (La Vicalvarada) y obligan a la reina a llamar al poder a los progresistas. Tras este pronunciamiento, lanzan un llamamiento a la población civil para que participe en el ejército (Manifiesto de Manzanares). La reina cede ante la presión de los militares y de cierta población civil, y encarga a los progresistas formar gobierno.

Fue un período de dos años en los que los aspectos fundamentales fueron: La Constitución de 1856, la Ley de Desamortización de Madoz en 1855 y la Ley de Ferrocarriles en 1855.

1.1. Constitución de 1856

Esta es una constitución “non nata”, no fue proclamada. Establece el principio de soberanía nacional y una división de poderes más clara. El poder legislativo estaba formado por unas Cortes bicamerales: el Congreso y el Senado, ambas Cortes serían elegidas mediante sufragio universal masculino. El poder ejecutivo estaba en manos del rey, que lo delegaba en sus ministros. El poder judicial estaba en manos de los tribunales de justicia.

Esta constitución establecía una amplia gama de derechos individuales (reunión, etc.). Antes de que entrase en vigor, los progresistas que habían sido quienes la crearon fueron expulsados. Los partidos políticos gobernaban más para sus seguidores que para todo el conjunto liberal, esto ocurría sobre todo con los moderados; sin embargo, los progresistas tenían más en cuenta los intereses de estos moderados. Esta situación hace que durante el siglo XIX haya muchas constituciones, lo que no será bueno para el país.

1.2. Desamortización de Madoz – 1855

Madoz retoma la desamortización de Mendizábal allí donde había quedado paralizada, tras el Concordato con la Santa Sede. Continúa con la nacionalización de los bienes de la Iglesia, se nacionalizan también los bienes comunales, que eran tierras que tenían los Ayuntamientos que no eran de un propietario individual, sino que eran de propiedad colectiva y permitían la subsistencia de los campesinos más pobres. Estos campesinos se beneficiaban de estos bienes ya que podían llevar a su ganado a pastar a esos campos, obtenían leña de sus bosques, cazaban en esas zonas…

Con esta ley se nacionalizan esos bienes y se subastan al igual que los bienes de la Iglesia, fue la burguesía quien se aprovechó de esto. Estos bienes ahora eran propiedad privada, lo que perjudicaba a la población. Los campesinos van a la miseria, no tienen donde trabajar, por lo que la única solución es emigrar (éxodo rural) del campo a la ciudad.

La burguesía obtuvo un doble beneficio: compran esos bienes a precio de saldo y además obtienen mano de obra barata para las industrias de los campesinos que llegan a las ciudades sin nada.

1.3. Ley de Ferrocarriles – 1855

Fue establecida también por Madoz, la aparición del ferrocarril en España supondrá el fomento de la actividad económica, vertebraba económicamente al país, transportaba mercancías a larga y media distancia a un bajo precio. En 1855 el tendido ferroviario en España era prácticamente inexistente, solo había dos líneas: una de Mataró (industria textil) a Barcelona (importante mercado) y otra de Madrid (importante mercado) a Aranjuez (producción de fresas).

En sus orígenes, el ferrocarril tiene una función económica, Madoz pretende con esta ley incentivar la construcción del ferrocarril en España y reactivar así la actividad económica. El gobierno español no tiene dinero para la construcción, por lo que la ley pretende facilitar la llegada de capitales privados, crea las condiciones necesarias para que quienes disponían de ese capital lo invirtiesen aquí, obtendrían a cambio desgravación fiscal, importación de materiales libres de impuestos… etc.

La mayor parte de los recursos serían franceses (bancos), a cambio se concedía el uso de esas líneas al inversor. Esta ley fue el punto de partida para la construcción del ferrocarril.

Esta construcción se desarrollará en diferentes etapas de acuerdo a un plan radial (desde el centro se tendían líneas a la periferia, Galicia, País Vasco, Portugal… los lugares más activos económicamente). A partir de 1865 se comenzó con la construcción, pero esta tendría más impulso durante el período de la Restauración.

Se estableció además una reforma educativa, Ley de Moyano, que fomentaba la educación pública.

2. Última Etapa del Reinado de Isabel II (1856-1868)

En 1856 los progresistas son desalojados del poder y se inicia la última etapa del reinado de Isabel II, que durará desde 1856 hasta 1868 y que se basará en el turnismo entre los liberales y los moderados.

Los más progresistas del partido moderado y los más moderados del partido progresista forman la Unión Liberal, un partido que se encontraba en el centro entre el partido moderado y el partido progresista. El general que está al frente de este partido será O’Donnell. El nuevo gobierno anula la Constitución de 1856 y reestablece la de 1845, que era una constitución moderada.

2.1. Gobierno de la Unión Liberal

Durante la primera mitad de este período gobernará la Unión Liberal, liderada por O’Donnell, de sus políticas se destaca la política exterior, con la que buscaba el prestigio de España, restaurando el desaparecido Imperio Español, ya que desde Fernando VII, España había perdido su imperio colonial. O’Donnell intentará sustituir la pérdida de las colonias americanas con la conquista de otras colonias en el norte de África, movido por los intereses de las empresas, las fábricas… Esta política llevó a nuevos conflictos hasta ya entrado el siglo XX, con esta política O’Donnell pretendía terminar con las divisiones internas ante un enemigo exterior común.

En el interior, lo más significativo sería el intento de desarrollar económicamente el país, se incrementaron las inversiones públicas (Plan de Ferrocarriles, Canal de Isabel II) y se intentaba beneficiar determinados sectores económicos.

Desde el punto de vista político se basó en la Constitución de 1845 con algunas reformas emprendidas por Bravo Murillo.

2.2. Vuelta al Poder de los Moderados

Los últimos años de reinado de Isabel II contempla la vuelta al poder de los moderados, liderados por el general Narváez y excluyendo a todos los demás partidos políticos, se crea un monopolio de poder que contaba con el beneplácito de la reina. Esto llevó a un descontento cada vez mayor con los moderados y también con la reina.

Aparece el partido demócrata, todas las fuerzas políticas estaban en contra del partido moderado y, por consiguiente, en contra de la labor de la reina. Este descontento se plasmará en 1866 con el Pacto de Ostende, firmado por todas las fuerzas políticas contra los moderados. Esta oposición contará con el apoyo de diferentes sectores sociales, entre ellos los estudiantes y determinados sectores del ejército, esta oposición se plasmará en una serie de sublevaciones, entre ellas la de los Sargentos del Cuartel de San Gil, que se saldó con un montón de muertos y una represión brutal por parte de Narváez, lo que aumenta el descontento de los liberales.

En los años posteriores mueren O’Donnell y Narváez, y con la muerte de este último surge la sublevación de la Gloriosa, con la que se termina el gobierno moderado de Isabel II.

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