Las Guerras de las Rosas: el rey Ricardo III de Inglaterra

historia en caras. Continuamos nuestra historia en persona sobre los personajes principales del conflicto épico en Inglaterra en el siglo XV: la Guerra de las Rosas Blancas y Escarlatas. La última vez nos detuvimos en el hecho de que el rey Eduardo IV murió de glotonería, borrachera y libertinaje, habiendo ahogado primero a su hermano, el duque de Clarence, en un barril de malvasía y dejando tras de sí a su hijo Eduardo V y a su hermano Ricardo, quien. Llevaba el título de duque de Gloucester y era el undécimo de doce hijos del duque Ricardo de York.




Se cree que durante mucho tiempo fue pequeño, además jorobado, y debido a la atrofia de su mano izquierda no podía utilizarla correctamente. "Ricardo el Jorobado" es como William Shakespeare escribió sobre él, pero los creadores de las series "La Reina Blanca" y "La Princesa Blanca" lo mostraron de manera completamente diferente. Y, aparentemente, tenían razones para ello. Aunque, nuevamente, sus contemporáneos notaron que tenía un porte noble y una hermosa apariencia, lo que lo hacía similar a su hermano, el rey Eduardo IV. Pero sus labios aparentemente finos y la expresión severa de sus ojos indicaban que tenía un corazón frío y un carácter arrogante. Sin embargo, incluso con su "corazón frío", sirvió fielmente a Eduardo IV, a diferencia de su malvado hermano ahogado. En las batallas de Barnet y Tewkesbury, luchó hombro con hombro con Eduardo, dirigió el ejército inglés en la guerra con Escocia y reveló considerables talentos militares. Y era un buen administrador. Es decir, contento con su posición secundaria, podría aportar muchos beneficios a su país. Pero... a juzgar por la información que nos ha llegado, Richard estaba consumido por la envidia de su hermano y la ambición, que por el momento ocultó hábilmente.

Inmediatamente después de la muerte de Eduardo IV, logró aislar a su heredero, el joven rey Eduardo V, y negociar con el duque de Buckingham, que odiaba a la familia Woodville, acciones conjuntas contra ellos. Como resultado, Earl Rivers, el tío materno del rey, y Lord Grae, el medio hermano de Eduardo, fueron acusados ​​de traición y, a pesar de las súplicas del joven rey, les cortaron la cabeza.


Richard fue declarado Lord Protector bajo el reinado del joven rey y ocupó un lugar cerca del trono. La reina Isabel aparentemente entendió que todo lo que estaba sucediendo era perjudicial para su familia y se refugió con sus otros hijos en la Abadía de Westminster. Pero por alguna razón permitió que su hijo menor viviera con su hermano. Además, Richard, con el pretexto de garantizar la seguridad de sus hermanos, instaló a sus sobrinos en la Torre de Londres, es decir, los encerró en un calabozo.


Sin embargo, sus acciones carecieron de legitimidad. Y así, para justificarse ante los ojos del público, el predicador Sho, a instancias suyas, comenzó a hablar en voz alta que los hijos del difunto rey eran ilegítimos. Las acusaciones también cuentan con el apoyo del alcalde de Londres, que conocía muy bien dónde soplaba el viento y hacia dónde iban las cosas. Como resultado, el parlamento reunido consideró ilegal el matrimonio de Eduardo IV con Isabel Woodville, ya que fue arreglado mediante brujería (!), y Eduardo no pudo casarse con Isabel debido a que prometió casarse con otra mujer, y hubo testigos. a esto, y había una ley que obligaba a cumplir tales promesas.


Naturalmente, de esta manera, los hijos de Eduardo fueron automáticamente removidos del trono y pasados ​​al hijo del duque de Clarence, pero como eran hijos de un criminal estatal ejecutado por traición, también fueron privados de sus derechos al trono. Y resultó que si antes había hasta seis aspirantes al trono y Richard, ahora la corona debería ir automáticamente a Richard. Así se convirtió en rey el tercer hermano de Eduardo IV, todos de la misma familia York.


Sin embargo, los hijos de Eduardo continuaron avergonzando a Richard. Entonces ordenó que los mataran y que sus cuerpos fueran enterrados debajo de las escaleras. Sin embargo, esta es sólo una de muchas versiones. Lo cual rechazan los creadores ingleses de la serie “La Reina Blanca”. El hecho es que Richard no era de ninguna manera un tonto malvado y debería haber comprendido completamente que la villanía estúpida no conduce al bien. Además, hubo muchas personas que también se beneficiaron de su asesinato, y estos, en primer lugar, fueron los enemigos de Richard, quienes luego comenzaron a acusarlo de matar a niños inocentes. Esto también fue beneficioso para la madre del futuro Enrique VII, Margaret Beaufort, de quien ya hemos hablado en esta serie. Ella también podría haber intentado acortar el camino de su hijo hacia el trono eliminando a los posibles herederos al trono. En cualquier caso, la desaparición de los “príncipes de la Torre” estuvo rodeada de misterio y siguió siendo un misterio, aunque sus restos parecían haber sido encontrados.


Sea como fuere, este asesinato le salió por la culata a Richard. El duque de Buckingham dejó de apoyarlo y comenzó a preparar su derrocamiento. En primer lugar, se decidió casar a la hija mayor de Eduardo IV, Isabel, con Enrique Tudor, conde de Richmond, pariente de los duques de Lancaster, y así legalizarlo como heredero al trono de Inglaterra con mayores derechos que los de Ricardo. III. Luego, en octubre de 1483, se levantó un levantamiento en varios condados bajo el lema “¡Inglaterra y Lancaster!" Richard anunció una gran recompensa para los jefes de los rebeldes y al principio logró el resultado deseado: Buckingham fue capturado. Después de lo cual fue juzgado y ejecutado. Enrique Tudor huyó a Francia, pero aunque el levantamiento aparentemente fue aplastado, Ricardo todavía sentía que “la traición se estaba gestando en todas partes” y que su posición seguía siendo precaria. Y resultó que cada vez más ejecuciones sólo sumaban más seguidores para el joven Tudor.


Durante dos años reunió sus fuerzas, después de lo cual, en agosto de 1485, con dinero del gobierno francés, reunió un ejército y desembarcó en Inglaterra. La batalla decisiva por la corona de Inglaterra tuvo lugar bajo el mando de Bosworth. Aunque Enrique tenía menos tropas, su posición era más ventajosa. Sin embargo, el rey mostró un coraje considerable en esta batalla y luchó con mucha valentía. Atacando a Henry con una lanza lista, arrojó a su abanderado al suelo y pudo infligir varios golpes al propio Henry con una espada. Quizás hubiera podido ganar, sobre todo porque tenía más tropas que su oponente, pero entonces Lord Stanley, uno de sus confidentes, de cuya lealtad Richard no tenía dudas, en el momento más decisivo de la batalla se pasó al lado de Enrique Tudor y atacó a las tropas de su señor. Richard cayó del caballo y murió en una pelea a pie. Este fue el final de la línea masculina de York. Bueno, la corona que cayó de la cabeza muerta de Ricardo fue recibida allí mismo, en el campo de batalla, por el conde de Richmond, quien se convirtió en el rey Enrique VII y fundador de la nueva dinastía Tudor.


¿Fue Ricardo III un mal rey en nuestra comprensión de la palabra y en la comprensión de sus contemporáneos? Eduardo IV robó y ejecutó a sus oponentes, pero la gente lo amaba, y todo porque durante su reinado no se cobraron impuestos adicionales: el rey ya tenía suficiente botín de sus nobles súbditos.


Pero Ricardo III se distinguió por el hecho de que, como estadista, mejoró el trabajo de oficina, amplió el comercio con el continente, siguió una política de proteccionismo y patrocinó las artes, especialmente la arquitectura y la música. Pero lo más importante, y por lo que también fue querido por el pueblo, fue que prohibió las exacciones violentas. Después de todo, ¿a quién le gustaría que se le obligue voluntaria y forzosamente a ceder lo que ha adquirido? ¿Era más cruel y sanguinario que, digamos, su hermano mayor? No, no más que él... Pero el mismo Shakespeare lo hizo pasar por un monstruo. Probablemente fue beneficioso para Enrique VII, que sucedió a Ricardo, ser considerado de esta manera, y luego este punto de vista se difundió ampliamente y llegó a la pluma de William Shakespeare. Y, sorprendentemente, "el jorobado Ricardo" fue fiel y devoto de su hermano, el rey Eduardo, y no conspiró contra él, ni apoyó en esto al duque de Clarence, su segundo hermano. Además, se hizo famoso... por su honestidad, lo que justifica plenamente su lema: "Loyaulte me lic", que significa "La lealtad me hace firme".