El crimen organizado siembra el terror en las minas ilegales de Sudáfrica
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El crimen organizado siembra el terror en las minas ilegales de Sudáfrica

Johannesburgo (AFP) – Nunca "sabes cuando te va a alcanzar una bala perdida o te van a violar", dice la joven sudafricana Lutho Makheyi cuando habla del suburbio donde vive al oeste de Johannesburgo, asolado por grupos criminales que controlan la explotación minera ilegal.

Soldados sudafricanos detienen a mineros clandestinos el 14 de diciembre de 2023 en Kagiso, cerca de Johannesburgo
Soldados sudafricanos detienen a mineros clandestinos el 14 de diciembre de 2023 en Kagiso, cerca de Johannesburgo © WIKUS DE WET / AFP
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A menos de tres semanas de las elecciones legislativas del 29 de mayo, la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los sudafricanos junto al desempleo crónico y la corrupción.

En este suburbio a 10 km de la capital económica de Sudáfrica, fundada en plena fiebre del oro a finales del siglo XIX, facciones rivales se enfrentan para recuperar lo que queda del preciado mineral.

"Un amigo murió en un tiroteo. Es traumático, no sabes si estarás vivo mañana", dice la joven de 21 años en esta tierra sembrada de escoriales, pozos y zanjas dejados por la actividad minera.

Situado frente al suburbio obrero de Riverlea, el barrio de chabolas de Zamimpilo está formado por cientos de cabañas de plancha o madera.

Los mineros clandestinos, llamados "zama zamas" ("quienes todavía lo intentan" en zulú), viven allí junto a sus familias que esperan desde hace años una vivienda social.

Uno de estos mineros, cubierto de arena y con una linterna en la frente, pasa junto a Nobukho Novozoka, que está aterrorizada por el efecto de la violencia cotidiana en sus hijos.

Un minero clandestino busca oro cerca de Johannesburgo, la capital económica de Sudáfrica, el 11 de agosto de 2023
Un minero clandestino busca oro cerca de Johannesburgo, la capital económica de Sudáfrica, el 11 de agosto de 2023 © Shiraaz Mohamed / AFP

"Mi hija, que tiene 17 meses, se esconde cuando escucha disparos. Me dice: 'Mamá, agáchate'", explica la mujer de 38 años.

Cuando lleguen las elecciones, ella no irá a votar. No le ve ningún interés.

En el centro del campamento, los niños juegan alrededor de una zanja que sirve de vertedero donde comen unos enormes cerdos.

Promesas

Hace algunos meses, el ministro de la Policía acudió a ese lugar tras el hallazgo de varios cadáveres y prometió actuar contra la inseguridad.

Desde entonces, "nada ha cambiado. Se desplegaron policías durante tres meses pero la explotación minera clandestina continuó ante sus ojos", explica Nokuzola Qwayede, de 42 años.

Soldados sudafricanos despliegan una operación contra la minería ilegal en una barriada en las afueras de Kagiso, en la periferia de Johannesburgo, el 14 de diciembre de 2023
Soldados sudafricanos despliegan una operación contra la minería ilegal en una barriada en las afueras de Kagiso, en la periferia de Johannesburgo, el 14 de diciembre de 2023 © Roberta Ciuccio / AFP

La policía preparó una redada la semana pasada, pero terminó en fiasco, según presenció la AFP. Alguien había lanzado el aviso a los "zama zamas" que habían huido cuando llegaron los agentes.

El año pasado, la policía arrestó a miles de sospechosos, muchos de ellos extranjeros.

El gobierno se dijo "gravemente preocupado por esta plaga" e incluso ha desplegado militares para cerrar las explotaciones abandonadas, según un portavoz del Ministerio de Minería.

Pero el investigador especializado de la Universidad de Johannesburgo, Dale McKinley, advierte que el problema está lejos de desaparecer porque "algunos políticos están detrás de estas actividades ilegales".

Según sus informaciones, una parte de los mineros clandestinos antes trabajaban para empresas que han cerrado.

Muerte y extorsión

En Riverlea, Anthony Sherman ve a menudo hombres con grandes sombreros, que aparcan sus vehículos de lujo cerca de los pozos y parecen recaudar dinero.

"La verdadera solución sería desmantelar Zamimpilo" para "eliminar las incesantes trifulcas" y "proteger a la población", dice este responsable religioso.

Sudáfrica presenta una de las tasas de criminalidad más altas del mundo. Y ante las cercanas elecciones legislativas, la oposición culpa de esta situación al Congreso Nacional Africano (CNA) en el poder.

Mineros clandestinos trabajan en una explotación ilegal al oeste de Johannesburgo, la capital económica de Sudáfrica, el 11 de agosto de 2023
Mineros clandestinos trabajan en una explotación ilegal al oeste de Johannesburgo, la capital económica de Sudáfrica, el 11 de agosto de 2023 © Shiraaz Mohamed / AFP

Un "zama zama" con una chaqueta sucia y rasgada que dice llamarse Thobani tiene el cuerpo cubierto de cicatrices, incluida una herida abierta en el muslo. Después de una semana excavando, vuelve a la superficie para reabastecerse.

"Muere tanta gente" en la profundidad de los pozos abandonados. "Tengo miedo", confiesa a la AFP.

Pero el negocio es tentador. Su grupo recientemente extrajo oro por un valor de más de 2.000 dólares, que compartieron entre todos.

Sin embargo, parte del dinero lo pagan a grupos armados que dicen garantizar su seguridad pero que, en realidad, los extorsionan. El precio de no pagar puede ser el asesinato.

Otros son extorsionados bajo tierra por esbirros que les quitan el mineral obtenido con su trabajo.

Pero "por ahora, continúo", se resigna Thobani encogiéndose de hombros.

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