Los trucos de la princesa Ana para no ser impopular

Siempre ha estado a la cabeza entre los miembros de la familia real británica que más actos oficiales realiza a lo largo del año. Pero, tras el anuncio de que el rey Carlos III padece cáncer, al igual que su nuera, Kate Middleton, sus deberes reales se han multiplicado.

La hija de la fallecida reina Isabel II realiza una media de entre 12 y 14 actos oficiales a la semana, recorre cientos de kilómetros por tierra, mar y aire, y estrecha todas las manos con las que se encuentra en todos sus compromisos institucionales.

Se calcula que entre el pasado 15 y el 19 de abril, la hermana de Carlos III llegó a dar más de 677 apretones de manos al correspondiente número de personas entre representantes públicos, anónimos, empresarios y miembros de organizaciones benéficas. Así lo ha calculado una de las corresponsales de realeza del diario británico «Telegraph», tras acompañar a la princesa durante esa semana. «Es como un dinamo», asegura la periodista que le han comentado asistentes a algunos de esos actos. Hay quien incluso considera que «debería ser ella la futura reina».

El reportaje publicado en dicho medio británico aporta una serie de trucos que la hermana de Carlos III pone en práctica durante sus actos oficiales para que nada falle. Consciente de que muchas personas que asisten a estos compromisos reales se ponen nerviosas al saludarla, ella intenta tranquilizarles y ser más cercana haciéndoles preguntas sencillas. De esta manera no tienen más que responder con un dato fácil. Por ejemplo, «¿dónde vives?», «¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?», recoge «Telegraph», que suele preguntar.

Otro truco que Ana de Inglaterra suele usar, y que en algunas ocasiones le ha llegado a copiar el rey, consiste en regresar para hacer un último comentario cuando ya se disponía a despedirse del acto. Una táctica que emplea para que los interlocutores se queden con la sensación de que la princesa se quedaría más tiempo hablando con ellos.

Secretario privado

Aunque la hermana de Carlos III tiene la ayuda de un subsecretario que se encarga de aportarle detalles que pueden resultarle útiles durante cada uno de sus actos, también la propia princesa, según asegura al «Telegraph» otra de sus colaboradoras, el 95 por ciento de las veces es ella quien, al preparar cada acto, hace anotaciones sobre dónde y cuándo se encontró anteriormente con esa persona, si la conocía, o sobre con cuáles de las organizaciones que preside está relacionado ese interlocutor. Claro ejemplo de que Ana de Inglaterra es una «profesional».