Orígenes y otras curiosidades

4 datos que tal vez desconozcas sobre Howard Carter, el descubridor de Tutankamón

Howard Carter

Howard Carter

Howard Carter fotografiado por Harry Burton en 1922, cuando se produjo el hallazgo de la tumba de Tutankamón. 

Rue des Archives/Tal / Cordon Press

Uno de los descubrimientos más trascendentales de la historia, especialmente en el campo de la egiptología, fue el hallazgo de la tumba de Tutankamón por parte del arqueólogo británico Howard Carter en el año 1922. 

El faraón había sido enterrado en el Valle de los Reyes, una gran necrópolis ubicada cerca de Luxor, en Egipto, donde se encuentran las tumbas de la mayoría de los gobernantes del periodo del Imperio Nuevo, una época influente en la que el territorio gozó de gran poder y riquezas. 

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Fijado a la idea de seguir excavando esta zona en un momento en el que se creía que esta ya había sido explotada y no tenía nada más que ofrecer, Carter consiguió demostrar que sus instintos eran una realidad: la momia de un faraón poco conocido todavía se encontraba en el recinto. 

 

Ahora, concretamente el 9 de mayo de 2024, se cumplen 150 años de su nacimiento, una efeméride que invita a conmemorar la vida y los logros de uno de los arqueólogos más reconocidos en todo el mundo. En Historia National Geographic te contamos 4 cosas que tal vez no conozcas sobre su apasionante trayectoria. 

tenía tan solo 17 años cuando viajó a Egipto para ejercer de dibujante

Howard Carter era hijo de un reputado ilustrador y heredó de este su talento por el dibujo, una habilidad que le sirvió de gran ayuda durante varios momentos clave de su vida, algunos de los cuales lo llevarían indirectamente hasta el descubrimiento de Tutankamón. Sin embargo, su verdadera pasión era el Antiguo Egipto.

Durante su adolescencia hizo algunos trabajos artísticos para aristócratas en su Inglaterra natal, y fue justamente una de estas familias, los Amherst, quienes organizaron su primer viaje a la tierra del Nilo para trabajar como dibujante del arqueólogo Percy Newberry, replicando las inscripciones halladas en las tumbas egipcias. 

Carter ya no volvería a vivir en su país de origen hasta una edad mucho más avanzada: se instaló en Egipto y trabajó junto a egiptólogos y arqueólogos, aprendiendo sus métodos y finalmente llevando a cabo sus propias excavaciones. 

LA MUERTE DE SU CANARIO SE HIZO INTERNACIONALMENTE FAMOSA

Algunas de las polémicas que rodearon el hallazgo de la tumba de Tutankamón tuvieron mucho que ver con lo paranormal, a falta de una explicación más racional para ciertos fenómenos que, en ocasiones, podían ser fruto de una simple casualidad. 

Una de estas historias tiene que ver con un canario cantor de color amarillo que Carter adquirió durante una de sus breves estancias en El Cairo. Este lo acompañaba a todas partes, desde su casa en Luxor hasta algunas de las excavaciones en las que participaba. 

Su canto conquistó incluso a los obreros egipcios que trabajaban con el arqueólogo, quienes lo apodaron "el pájaro de oro" y confiaban en que era un símbolo de la buena suerte. 

Howard Carter hablando distendidamente con unos oficiales egipcios.

Howard Carter hablando distendidamente con unos oficiales egipcios.

Howard Carter charlando con unos oficiales egipcios.

Cordon Press

Poco después del descubrimiento de la tumba del faraón, el canario sufrió una trágica muerte: fue devorado por una cobra. Los egipcios consideraron que aquél suceso era una venganza de Tutankamón por haber accedido a su tumba durante el descanso eterno. Un periodista del medio británico The Times reportó este acontecimiento asociado a una maldición que, allí en Egipto, estaba causando tanto revuelo. 

nunca recibió reconocimientos en su país de origen

Los grandes logros, ya sean del ámbito científico, artístico o deportivo, entre otros, suelen ser ocasiones muy celebradas en el país natal de aquellos que los consiguen porque, de algún modo, engrandecen el reconocimiento de su patria. 

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Sin embargo, Howard Carter nunca fue galardonado o reconocido de ningún modo en Inglaterra a pesar de la trascendencia de su trabajo arqueológico, que sí fue distinguido en algunas de las instituciones más prestigiosas del mundo, como la Universidad de Yale o la Real Academia de Historia de Madrid. ¿Por qué? Existen distintas teorías sobre el motivo de que esto ocurriera. 

Por una parte, los orígenes humildes de Carter no facilitaron su acceso a una formación académica en los campos de la arqueología y la egiptología. Su amplia carrera profesional fue fruto del trabajo de campo, así como todo su aprendizaje. Por otra, algunos dicen que el británico sufría de un carácter complejo y temperamental, y que realizó algunos hallazgos que no declaró e hizo desaparecer a su conveniencia. 

Mentuhotep II

Mentuhotep II

Detalle de la estatua de Mentuhotep II.

Wikimedia Commons

MUCHO ANTES DE TUTANKAMÓN ESTUVO Mentuhotep II

El gran hito histórico del descubrimiento de la tumba de Tutankamón marcó un antes y un después en la carrera de Howard Carter. No obstante, no fue el primero ni el único hallazgo que el arqueólogo hizo durante sus excavaciones en Egipto. 

En 1898, prácticamente recién llegado al país del Nilo para trabajar como dibujante, Carter sufrió un fortuito accidente a caballo y tropezó por azar con una piedra que le pareció inusual. Tiempo después tuvo la oportunidad de explorar esta localización y, mediante una profunda excavación, descubrió la entrada sellada de una habitación que contenía todo tipo de objetos, entre ellos una estatua envuelta en telas de lino. 

Esta resultó ser una representación del faraón Mentuhotep II, considerado por los muchos historiadores como el padre del Imperio Medio en Egipto, un nuevo periodo de prosperidad y expansión. 

La estatua se encontraba en muy buen estado de conservación, y el depósito donde fue encontrada ha proporcionado mucha información sobre las costumbres funerarias de la época.