Oliver van Noort, uno de los piratas más crueles de la historia, fue el primer holandés en dar la vuelta al mundo. Una notable hazaña que consiguió a costa de un desastre financiero
Oliver van Noort fue el primer holandés en dar la vuelta al mundo. Zarpó de Rotterdam a mediados de septiembre de 1598, pocos meses más tarde de la partida de la expedición de Jacob Mahu de la que escribimos en el capítulo anterior. Consiguió una notable hazaña, pero a costa de un desastre financiero.
Noort fue un pirata cruel que asaltó todos los buques que pudo en las costas sudamericana del Océano Pacífico y que, después de un combate en Filipinas, se dedicó a asesinar a los náufragos españoles en el mar golpeándoles con los remos mientras pedían socorro.
Fue una expedición organizada por la compañía Magelhaensche Compagnie formada y financiada por un grupo de mercaderes holandeses. El objetivo era seguir la ruta del inglés Cavendish doce años antes (ver el capítulo correspondiente de esta serie), alcanzar las costas de Chile y de las islas Molucas en búsqueda de la pimienta y la nuez moscada, para regresar bordeando África por el cabo de Buena Esperanza.
La flota puesta al mando de Noort estaba compuesta por dos buques mayores: el Mauritius y el Hendrik Frederick y dos más pequeños el Eendracht y el Esperance. La tripulación estaba formada por 248 hombres entre los que se encontraba como vicealmirante Jacobo Claasz.
Noort zarpó rumbo a Plymouth con el fin de embarcar a un piloto portugués que había viajado con Cavendish y era conocedor de las condiciones de navegación en las regiones meridionales del continente americano.
Navegando rumbo sur, bordeando la cota de África, en diciembre de 1598 llegaron a la isla portuguesa del Príncipe, frente a las costas de Gabón en el Golfo de Guinea (actual país de Santo Tomás y Príncipe).
En su intento de conseguir agua y alimento se enfrentaron a los portugueses perdiendo algunos hombres entre ellos su hermano, Cornelio van Noort, y el piloto portugués que embarcó en Plymouth.
Abandonó la isla rumbo a las costas sudamericanas tras el primer intento de rebelión entre su tripulación que se saldó con el desembarco y abandono de un piloto.
A primeros de marzo de 1599 arribaron a Rio de Janeiro (Brasil) donde fueron rechazados por los portugueses nuevamente.
Expulsados por los portugueses o por los indígenas en todos los lugares en los que intentaron desembarcar, la flota de Noort encontró, por fin, una pequeña isla, la Santa Clara, en las costas brasileñas donde pudieron desembarcar, descansar y recuperarse durante tres semanas.
Uno de los dos buques pequeños, el Eendracht, no estaba en condiciones de seguir la ruta por lo que fue quemado. Por entonces ya habían tomado la decisión de esperar a la próxima primavera austral para intentar el paso del Estrecho de Magallanes. A primeros de junio pusieron rumbo al estrecho.
Tres meses más tarde llegaron a Puerto Deseado (en la Patagonia argentina, en la provincia de Santa Cruz) donde repararon los daños y acopiaron provisiones. Perdieron tres hombres atacados por los indígenas y rebautizaron el Esperance renombrándolo como Eendracht.
A primeros de noviembre llegaron al estrecho. Durante la travesía fueron, nuevamente, atacados por los nativos y el vicealmirante Jacob Claasz trató de desertar, fue detenido, juzgado por un consejo de guerra y condenado a ser desembarcado en la costa.
A finales de enero de 1600, Claasz fue abandonado en la antigua colonia española de Puerto del Hambre (primer intento de poblar el estrecho aunque todos sus habitantes murieron de hambre), situado en un lugar cercano a la actual ciudad chilena de punta Arenas. Nunca más se tuvieron noticias suyas.
Unos días antes, tal y como hemos relatado en el capítulo anterior, se encontraron el navío de la flota de Jacob Mahu, el Lealtad (Trouw). Este Intentó seguir a la flota de Noort, pero al no lograrlo tuvo que navegar de vuelta a los Países Bajos.
A finales de febrero de 1.600, la flota holandesa entró en el Océano Pacifico después de cruzar el Estrecho de Magallanes. Contaba solo con dos naves, el Mauritius y el Eendracht. Habían perdido el contacto con el Hendrik Frederick debido a una densa niebla. Nunca se volvió a tener noticias de su paradero. Las penalidades habían reducido su tripulación de los 248 hombres iniciales a solo 147.
Navegaron rumbo norte bordeando la costa de Chile hasta la isla Mocha donde consiguieron ser avituallados por los habitantes mapuches (isla situada en las costas chilenas, en la provincia de Arauco frente a la región de Bio Bio).
En su navegación, rumbo norte, encontraron a un pequeño mercante de cabotaje español, El Buen Jesús, mandado por el capitán Francisco Ibarra quien, a la vista de su inferioridad, arrojó por la borda el cargamento de oro que transportaba valorado en 10.200 libras. Noort incorporó El Buen Jesús a su flota.
Todos los tripulantes españoles fueron puestos en libertad salvo el piloto a quien necesitaban por conocer las rutas del océano y el capitán.
A finales de marzo, Oliver van Noort atacó Valparaíso (capital de la Región de Valparaíso, en la costa del Océano Pacifico, en la zona central chilena) donde incendió a tres naves fondeadas en el puerto, pasando a cuchillo a las tripulaciones.
También interrogó al capitán que le informó que El Buen Jesús transportaba oro y le contó lo que había pasado con la flota de Mahu.
A la altura de la costa peruana, Noort se enteró de que el virrey de Perú, Luis de Velasco y Castilla, conocía perfectamente la salida de las dos flotas de Holanda y había dispuesto unas fuerzas para combatirlas.
A Noort lo estaba esperando una escuadra mandada por Juan de Velasco y formada por cuatro galeones en las costas de California. Este, sin posibilidades de sorprender ningún otro navío o puerto, decidió dirigirse a las Filipinas siguiendo la ruta de Drake y de Cavendish.
Previamente, procedió a abandonar El Buen Jesús que hacía mucha agua y a asesinar al piloto al que ya no necesitaba.
Pasó por la Isla de los Ladrones (Isla de Guam, perteneciente al archipiélago de las Marianas y desde 1898 incorporada a Estados Unidos), y alcanzó las Filipinas a mediados de octubre de 1600 con dos buques el Mauritius y el Eendracht.
Fondeó en la bahía de Manila haciéndose pasar por un buque español, engaño que no fue creído por los españoles y que le obligó a abandonar la bahía.
En Manila, el Gobernador y Capitán general Francisco Tello de Guzmán no disponía de recursos ya que todos ellos estaban empleados en las luchas contra los nativos de Joló y Mindanao.
Temiendo un golpe de mano sobre los almacenes de Cavite, dispuso que el oidor de la Real Audiencia de la ciudad Antonio de Morga y Sánchez (sevillano como el Gobernador) se dirigiera al apostadero de Cavite para tomar el mando de las escasas fuerzas disponibles y se enfrentara a los holandeses de van Noort.
Morga fortificó el arsenal de Cavite y se pusieron en orden de combate los dos mejores buques existentes: una galizabra (embarcación a vela de unas 100 toneladas) que se estaba empezando a construir y un patache (buque de pequeño tonelaje) de Cebú que estaba varado en el astillero mientras se carenaba.
Trabajando noche y día, en 30 días, ambos buques estuvieron listos y armados cada uno con 11 cañones.
Mientras tanto, los holandeses habían capturado un barco chino de los llamados sampanes. El capitán chino le informó de la existencia del Galeón de Manila (ver capítulo correspondiente de esta serie) por lo que Noort decidió esperar al galeón en las proximidades de la Isla de Corregidor situada en la entrada de la bahía de Manila. Seguía, pacientemente, esperando interceptar al galeón cuando los buques españoles atacaron.
El gobernador nombró general al oidor Antonio de Morga que decidió embarcarse en el patache San Antonio y almirante a Juan de Alcega que embarcó en la galizabra San Bartolomé. Las ordenes eran abordar los dos navíos españoles al Mauritius, dejando a un lado al Eendracht.
De Morga atacó al Mauritius al que abordó obligando a los holandeses a refugiarse en el entrepuente. Tomaron la bandera y el estandarte del príncipe Mauricio, mientras el almirante Alcega, obviando las órdenes y considerando tomado el buque, se dirigió directamente a por el Eendracht.
Se combatió durante seis horas hasta que empezó a incendiarse el buque holandés, al tiempo que al propio buque español se le habían abiertos las costuras y comenzaba a hundirse.
Ordenada la retirada de los asaltantes españoles, los holandeses se recuperaron mientras el San Antonio se hundía. Apagaron el fuego y se dedicaron a asesinar a los náufragos españoles que le pedían auxilio atacándolos con picas y golpeándolos con remos.
De Morga se salvó nadando y consiguió mantener en su poder las banderas ganadas al enemigo. Alcega tomó el otro buque prácticamente sin pérdidas y regresó a Manila con los tripulantes holandeses que, como piratas, fueron ahorcados.
A la vista del resultado, van Noort, que intentaba conquistar Manila, decidió abandonar la bahía y poner rumbo a Borneo y Java,
Regresó a Róterdam a finales de agosto de 1601, después de un viaje de casi tres años y con solo 45 marineros de los 248 con los que partió.
La expedición apenas obtuvo resultados económicos, pero fue la primera vez que unos holandeses dieron la vuelta al mundo lo que sirvió de inspiración para la creación de la Compañía Holandesas de las Indias Orientales y para instaurar la presencia holandesa en el Océano Pacífico.
Joaquín de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y «135 Presidentes del Ejecutivo español en la Decadencia española (1788 -1905)»
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
- Lucena Salmoral, Manuel. Piratas, Bucaneros, Filibusteros y Corsarios en América. Colecciones Mapfre.
- Hurtado Larraín, Homero. Navegantes y corsarios por los mares chilenos. Armada de Chile, IV parte.
- Fernández Duro, Cesáreo. Historia de la Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. VII, Expediciones a Ultramar. Instituto de Historia y Cultura Naval.
- La urca Eendracht. Año 2020, Suplemento N.º 31 a la REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 149.
- Navarro Pantac, Esperanza. Cinco siglos del destino Marítimo del Perú. Instituto de Estudios Histórico-Marítimo del Perú