Este thriller criminal rompe con todos los esquemas que conocías sobre las películas policiacas
David Fincher es la mente maestra detrás de Zodiac, el thriller antagónico de Seven, que ofrece una perspectiva diferente de abordar el crimen real
Entre 1968 y 1963, la tranquilidad de los habitantes del norte de California se ve amenazada por una matanza sin precedentes. Frente a este escenario, un caricaturista decide convertirse en detective aficionado y se obsesiona con la idea de atrapar al asesino serial. Este es el resumen más estándar de Zodiac, el thriller con el que David Fischer marcó un hito en el género.
Si bien han pasado más de 17 años desde su estreno, la historia tiene todo lo necesario para cautivar a los seguidores de las mejores películas y series policiacas del momento, sobre todo, desde el punto de vista del argumento.
El thriller criminal que no se ajusta al molde tradicional
Robert Downey Jr. y Jake Gyllenhaal hicieron una interpretación excelente
En general, los thrillers criminales nacidos en la ficción siguen un esquema básico al estilo campbelliano. Aunque pueden contar historias completamente diferentes, sus estructuras narrativas guardan especial similitud. De esta forma, incluso las producciones modernas giran en torno a la premisa de arrojar pistas falsas y desvíos argumentales con el propósito de generar tensión y permitir el desarrollo de los personajes conforme se resuelve el crimen. Asimismo, el protagonista evoluciona durante su implicación en el misterio y todo termina en un final satisfactorio
Contrariamente, Fincher es especialista en dar la vuelta el molde que caracteriza al género, si bien en algunas de sus producciones encontramos una recompensa capaz de satisfacer, por norma, viene acompañada de una conclusión marcada por la tragedia, sin romper la coherencia. Así queda demostrado en Seven, donde podemos apreciar que las pistas conducen a la guarida del asesino, pero no existe una resolución positiva.
A través de Zodiac, el director quiso dar un paso más adelante, pone a prueba el efecto que genera un crimen sin resolver, una jugada arriesgada, pero que tiene lógica si consideramos que es la adaptación de hechos reales.
Fincher tuvo la opción de escoger cualquier otra investigación sobre asesinos seriales y ajustarla a una estructura narrativa capaz de brindar conclusiones definitivas, sin embargo, apostó por un caso que debe su fama al hecho de no estar resuelto.
El proyecto más arriesgado de David Fincher
La elección deliberada deja en evidencia el objetivo del cineasta: convertir a Zodiac en el instrumento que enfrenta al espectador con la realidad que implican las investigaciones de asesinato. De igual modo, apela al entendimiento de un factor que suele pasar a segundo plano en el mundo del cine, no todos los casos terminan en la captura del asesino.
A través de esta visión, Fincher expone los caminos sin salida que recorren los investigadores, el terror que viven los afectados e incluso, las ineficiencias de algunos sistemas judiciales.
¿Quién es Zodiac?
Esta película rompe todos los esquemas de cine criminal que conocías
Para aquellos que son muy jóvenes para recordarlo, Zodiac fue el apodo autodesignado de uno de los asesinos en serie más despiadados que operó en la ciudad norteamericana de San Francisco, durante la década de los 60.
A pesar de que solo fueron cinco las víctimas confirmadas, Zodiac es reconocido debido a la habilidad con la que burló a la justicia, la misma que despertó el interés de Robert Graysmith, de emprender una investigación por su cuenta y descubrir la verdad. Por desgracia, no alcanzó su cometido, hasta el momento, el caso sigue sin encontrar resolución.
De acuerdo a las declaraciones del cineasta, siempre se sintió atraído por la idea de llevar a la pantalla el guion basado en el libro de Graysmith. Su punto de vista es claro, considera que la ausencia de un final ordenado supone un final satisfactorio, ya que es algo que sucede en la vida real.
En definitiva, lo que hace especial a Zodiac es la facilidad con la que rompe los esquemas y derriba las convenciones clásicas que definen al género, convirtiéndola en una de las mejores series de asesinatos de Max. De forma magistral, Fincher consigue no solo alejarse de la narrativa tradicional, sino que pone en escena expectativas que se ajustan a la realidad. A diferencia de otros thrillers criminales, el enfoque se centra en reflejar la complejidad e incertidumbre que se vive durante los procesos de investigación en casos de la vida real. Asimismo, es un llamado a dejar de romantizar el horror y el dolor que esconden las historias de violencia, así como sus consecuencias.
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