En el mundo del deporte, hay momentos que se graban en la memoria colectiva para siempre. El 15 de mayo de 1941, uno de esos momentos tuvo lugar en el campo de béisbol de los Yankees de Nueva York, cuando el jardinero Joe DiMaggio dio inicio a una hazaña que lo convertiría en una leyenda: 56 juegos consecutivos conectando al menos un hit.
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Ese día, los Yankees se enfrentaban a los Cleveland Indians en un partido doble. En el primer juego, DiMaggio conectó un sencillo en su primer turno al bate, pero luego se fue en blanco en sus siguientes tres apariciones. Sin embargo, en el segundo juego, la historia comenzó a escribirse.
El "Joltin' Joe" en llamas
DiMaggio conectó un doble en su primer turno al bate en el segundo juego, y a partir de ahí, la racha se desató. Durante los siguientes 55 partidos, el "Joltin' Joe", como era apodado, conectó al menos un hit en cada uno de ellos, acumulando un total de 91 hits en ese lapso. Su promedio de bateo durante la racha fue de .408, una cifra asombrosa que demuestra su dominio en el plato.
La racha de DiMaggio llegó a su fin el 10 de julio de 1941, cuando fue ponchado por el lanzador de los Indios, Al Smith. A pesar de su final, la hazaña de DiMaggio se convirtió en un hito histórico del béisbol que hasta la fecha permanece imbatible.
Más de 80 años después de su hazaña, Joe DiMaggio sigue siendo un ícono del béisbol. Su racha de 56 hits consecutivos es considerada una de las hazañas más grandes en la historia del deporte, y su legado continúa inspirando a generaciones de jugadores y fanáticos.