Jose James, crítica de su disco 1978 en Mondo Sonoro (2024)
1978
Discos / José James

1978

7 / 10
Adriano Mazzeo — 13-05-2024
Empresa — Rainbow Blonde Records
Género — Jazz

En “1978”, álbum que desde el título se percibe autorreferencial ya que es el año de nacimiento de quien nos ocupa, José James condensa con criterio sus pocas pero fácilmente diferenciables identidades. Un ejercicio interesante y a tempo teniendo en cuenta que su última referencia de estudio fue aquel homenaje –magnífico, por cierto– al catálogo de Erykah Badu.

Si bien no hay tanto del José James del auspicioso debut “The Dreamer” de 2008, en el que el estadounidense de origen panameño-irlandés colaba ímpetu jazzero en sus composiciones, aquí aparece su yo más pop pero en una versión refinada respecto a algunos hits de su pasado. También lo hace la bestia que seduce a fuerza de funk certero, con canciones en las que cada intención y arreglo dan en la diana del buen gusto.Aunque el comienzo del álbum no vaticine una experiencia de éxito gracias al tímido y dubitativo “Let’s Get It”, que intenta funcionar como mantra introductorio pero lo que hace es retrasar el interés por el uso del recurso hipnótico –que hubiera sido más efectivo ponerlo en práctica una vez que el disco haya desarrollado su mood–, la nave se va acomodando poco a poco.

“Isis & Osiris” en segundo lugar comienza a hacer algo de justicia citando la influencia de –otra vez– Erykah Badu y el rap californiano noventero en esa base complaciente y es “Planet Nine” el que sacude las sábanas del disco: aunque no sea una bomba funk de dimensiones es real que no se puede bailar acostado.

En esta etapa del álbum es en la que James se comienza a sentir como pez en su agua: con “Saturday Night (Need you Now)” todo cambia. El cantante se levanta las solapas de la camisa, se pone las gafas de sol aunque sea noche cerrada y todos comenzamos a mover la patita. El siguiente corte es el que lo deja en el lugar que él mismo supo conseguir, las cosas se ponen al nivel esperado por interpretación, melodía y sobre todo por elegancia. Desde aquí en más el álbum aterriza en distintos espacios, algunos más llanos y maleables (la profunda y significativa balada de piano “For Trayvon” sentido tributo a Trayvon Martin, víctima del descontrol que los Estados Unidos viven en cuanto al uso de armas de fuego o la contagiosa, groovera y latinjazzera “38th & Chicago”) y otros más accidentados (la obvia “Dark Side Of The Sun” con un featuring tibio del rapper Baloji o “Place Of Worship” que da un agradable halo de world music gracias a la voz de la brasileña Xênia Franca, pero que quizá hubiera funcionado mejor como single fuera del álbum).

Con más aciertos que desvíos, en “1978” el hombre de Minneapolis demuestra estar con su creatividad y dotes vocales en plena vigencia, condición que le permite sostener una carrera definitivamente sólida.

 

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