Fue el pasado 5 de febrero cuando se supo que el rey Carlos III Le habían diagnosticado cáncer, sin entrar en más detalles sobre el tipo de tumor maligno que padecía el soberano de 75 años. El monarca había sido operado para tratar un agrandamiento de la próstata y, durante este procedimiento, se determinó la gravedad de la enfermedad.
Poco después de que saliera a la luz la amarga noticia, el hijo de Isabel II y Felipe de Edimburgo inició una Tratamiento pionero, menos invasivo y especializado. que otros, para enfrentar el cáncer. Han pasado tres meses desde entonces y, ahora, el marido de Camila Parkles Bowles ha detallado las consecuencias que le ha dejado este tratamiento, que aún recibe.
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Este lunes 13 de mayo, Carlos III visitó el Museo de Vuelo del Ejército en Middle Wallop, Hampshire, donde entregó a su hijo William el título que, durante varias décadas, ostentaba, el de Coronel en Jefe del Cuerpo Aéreo del Ejército. Ejército. Al margen del cargo que el monarca ha cedido a su hijo primogénito, Hubo un momento que no pasó desapercibido..
Durante una conversación con Aaron Mapplebeck, un veterano del ejército británico y sobreviviente de cáncer, reveló el patriarca de Windsor Los efectos secundarios que ha experimentado después de someterse a quimioterapia.. En la charla, Mapplebeck aseguró que, durante su tratamiento por cáncer testicular que recibió el año pasado, había perdió el sentido del gusto. Fue entonces cuando el rey de Inglaterra reveló que a él también le había pasado lo mismo.
Tras este breve discurso sobre su estado de salud, el monarca volvió a centrarse en el nuevo nombramiento de su hijo, al que elogió. “Es una gran alegría estar con ustedes, aunque sea brevemente, en esta ocasión.. Pero también me entristece mucho después de 32 años de conoceros a todos y admirar todas vuestras actividades y logros a lo largo del tiempo en el que he tenido la suerte de ser Coronel Jefe del Ejército”, dijo Carlos III en el discurso. de él.
“Espero que vaya viento en popa en el futuro con el Príncipe de Gales como nuevo coronel en jefe. Lo bueno es que es muy buen piloto, lo cual es alentador.. Cuídense mucho y no puedo decirles lo orgulloso que he estado de haber estado involucrado en esto todo este tiempo. Gracias”, concluyó visiblemente emocionado.
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En general, la mayoría de las personas que reciben tratamiento de quimioterapia tienden a experimentar ciertos cambios en su cuerpo, según la Asociación Española contra el Cáncer. Y esto se debe a que “la mayoría de los fármacos utilizados en el tratamiento de quimioterapia están diseñados para destruir las células mientras se dividen”, explica la institución.
Sin embargo, en este proceso también se ven afectadas las células sanas, cuya destrucción conduce al desarrollo de efectos secundarios. Según la asociación, estas dependen del tipo de quimioterapia que vaya a recibir el organismo, pero las más frecuentes son náuseas y vómitos, pérdida de apetito, caída del cabello (alopecia), susceptibilidad a infecciones y fatiga. “Otros órganos que pueden verse afectados por el tratamiento de quimioterapia, aunque con menor frecuencia, son el riñón, el corazón, los pulmones, la piel, la vejiga y el sistema nervioso”.
Centrándonos en el tipo de secuela que sufrió el rey Carlos III, la alteración del gusto”Generalmente es causada por daño directo a las papilas gustativas ubicadas en la lengua y el paladar.”, explica la organización. En este sentido, los pacientes “perciben una disminución del sabor de determinados alimentos o un sabor metálico o amargo en los mismos, especialmente con alimentos ricos en proteínas como la carne y el pescado”.
La Asociación Española Contra el Cáncer afirma que este síntoma suele desaparecer semanas después de finalizar el tratamiento de quimioterapia. Sin embargo, la modificación del gusto “puede hacer que el paciente deje de disfrutar la comida o incluso la encuentre desagradable, contribuyendo a la falta de apetito y pérdida de peso.”. Algunos de los consejos a tener en cuenta si sufres este efecto secundario son:
- Enjuáguese la boca antes de comer.
- Prepare comidas que luzcan bien y huelan agradablemente.
- Si la persona tiene sabor metálico, sustituir los cubiertos habituales por unos de plástico.
- Utilice especias o condimentos suaves en los alimentos.
