Zapeando charla con Javier Cabo, doctor en medicina, cirugía cardiovascular y catedrático de ingeniería biomédica y uno de los mayores expertos en trasplantes de corazón, sobre la criogenización, una técnica que ya han utilizado 500 personas en todo el mundo, entre ellas cinco españoles, con la intención de volver a la vida en el futuro cuando la ciencia médica permita curar el mal por el que fallecieron.

Como explica el doctor, hay que diferenciar el proceso de criogenización, que pertenece al campo de la criónica, "es decir a la ciencia ficción", puntualiza, y la criopreservación o vitrificación tisular, "que no tiene nada que ver". Como expone, la criopreservación "se realiza sobre seres vivos, animales o vegetales, y la intención que tiene es llegar al punto de ebullición del nitrógeno para disminuir las funciones bioquímicas y mantener al cuerpo vivo sin actividad para que no consuma energía y esté criopreservado".

Esto difiere de la criogenización que "lo único que hace es congelar el cadáver, es decir, congela unas células muertas", expone. Ambas cosas no tienen nada que ver ya que "estamos hablando de seres vivos y de muertos", añade. "La criogenización no deja de ser una técnica funeraria más igual que es el enterramiento o la cremación", concluye.